El regreso de Picasso a su academia de Bellas Artes de Madrid

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde el artista estudió a fines del s.XIX, analiza cómo trató al cuerpo humano en la muestra ‘Picasso: rostros y figuras”

‘Mujer’, una de las obras de Picasso que presenta la Real Academia de Bellas Artes. Foto Mariscal | EFE

En 1897, tras haber estudiado dos años en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, el adolescente Pablo Picasso llegó a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando impregnado de las ideas del modernismo que traía de Cataluña.

La experiencia duró un año, hasta que la escarlatina que impactó en su salud lo obligó a regresar a Barcelona.

Sin embargo no cerró definitivamente las puertas con este centro académico: casi al final de su vida, en 1971, fue elegido académico honorario de la entidad.

El regreso a la Real Academia

125 años después el genial malagueño regresa a Real Academia, y será en la exposición Picasso: rostros y figuras; un recorrido por su larga carrera a través de pinturas y estudios del cuerpo humano.

La exposición consta de 58 obras de la Real Academia y la Foundation Beyeler. Foto Mariscal | EFE

La exposición, que se puede ver hasta el 15 de mayo, consta de 58 obras que abarcan desde el protocubismo hasta sus creaciones tardías, entre siete pinturas y dos esculturas de la Foundation Beyeler y 45 estampas, tres dibujos y una escultura de las colecciones académicas.

La cercanía con Picasso

Esta fundación fue inaugurada en 1997 por Ernst y Hildy Beyeler, y está considerado como uno de los museos privados más importantes del mundo.

La muestra consta de 58 obras, entre de la Real Academia y la Foundation Beyeler, y permiten conocer cómo Picasso evolucionó en la creación de figuras humanas y rostros

El matrimonio Beyeler se comprometió de diversas maneras con la obra de Picasso, con quien también tenía una sólida amistad; a través de la realización de 11 exposiciones monográficas, y con las transacciones de más de mil obras del artista.

La muestra abarca desde el protocubismo a sus creaciones más tardías. Foto Mariscal | EFE

Las obsesiones de Picasso

Las figuras y los rostros, el cuerpo y el retrato eran motivos habituales en la obra de Picasso, siempre obsesionado por reflejar la relación entre el pintor y la modelo.

En la muestra se puede ver uno de los testimonios más elocuentes en dos series emblemáticas de estampas, La obra maestra desconocida y La Suite Vollard, ambas en las colecciones de la Real Academia, junto a otras piezas de excepcional valor en su creación gráfica, como La comida frugal.

Cerca de estas creaciones, que pueden ser admiradas en su totalidad por vez primera desde hace muchos años, se exponen las obras maestras llegadas desde Basilea, una ocasión única de visitar una singular retrospectiva en un contexto donde Picasso pasó algunos momentos esenciales de su formación.

La exposición está abierta hasta el 15 de mayo. Foto Mariscal | EFE

Una exposición especial

“No será la exposición más grande de Picasso, pero sí es una de las más especiales”, gracias a la particular mirada sobre el cuerpo humano, que hilvana “un diálogo entre las obras”, dijo Sam Keller, director de la Fundación Beyeler, en la presentación.

Este criterio es compartido por Estrella de Diego, comisaria junto a Raphaël Bouvier, quien describió la muestra como “una exposición pequeña, casi de gabinete, que permite trazar un vínculo casi afectivo con las piezas y percibir la relación que existe entre ellas”.

De Diego explicó que se han encontrado el expediente de Picasso “que muestra que era un buen estudiante”.

En esta institución el creador del Guernica aprendió técnicas como la del vaciado, “que el artista usaría frecuentemente”, señaló la comisaria, como se puede ver en obras como Mujer, de 1907, contemporánea al famoso Las señoritas de Aviñón.

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