La Colección Steinbruch desembarca en el Reina Sofía

Con alrededor de 100 obras y especialmente orientada al arte contemporáneo latinoamericano, es la primera vez que se muestra al público parte de la colección de Susana y Ricardo Steinbruch

La muestra deja ver un 10% de la Colección Steinbruch. Foto: Museo Reina Sofia.

Jugando con diferentes temporalidades y geografías pero centrada en el arte contemporáneo latinoamericano (y especialmente brasileño) y en las prácticas artísticas que tuvieron lugar en Europa del Este durante la segunda mitad del siglo XX, la Colección Steinbruch se deja ver por primera vez en el Museo Reina Sofía.

Aunque estrechamente ligados al museo –son patronos y miembros muy activos de la Fundación Museo Reina Sofía- e incluso han realizado medio centenar de depósitos o préstamos y donado 7 obras, esta es la primera vez que Susana y Ricardo Steinbruch, brasileños con nacionalidad española, presentan al público parte de su colección en una exposición monográfica, que lleva por nombre Un acto de ver que se despliega.

Colección Steinbruch

Abierta hasta el próximo 13 de marzo de 2023 en la primera planta del Edificio Nouvel, la muestra incluye artistas de renombre del panorama latinoamericano como Cildo Meireles, Hélio Oiticica o Lygia Clark, que alterna con otros menos conocidos para el público español como Fernanda Gomes -que ocupa la primera sala- o Leonilson, al que el Museo Serralves de Oporto acaba de dedicar una exposición.

Novi Zagreb, Sanja Iveković. Foto: Museo Reina Sofía.

Esta selección se combina con piezas artísticas de la segunda mitad de del siglo XX procedentes de Europa Central o del Este, en los que se encuentran autores como Mangelos o Mladen Stilinovic, y que la pareja de coleccionistas comenzó a adquirir hace años de manera pionera.

Aunque reconocen que nunca pensaron en construir una colección ya que “no era el punto de llegada, según afirmaba Susana Steinbruch durante la presentación de la muestra en el museo, sus más de mil piezas tienen un sentido conjunto. En palabras del director del Reina Sofía, Manolo Borja-Villel, “aporta una lectura que parte de lo particular y va más allá”.

A su juicio, la selección realizada por los Steinbruch ofrece una narración amplia, una “contemporaneidad múltiple y simultánea”, que establece conexiones inesperadas entre artistas de distintas etapas y partes del mundo.

Una colección, han contado, que partió de solo dos cuadros, los que tenían cuando se casaron. Pronto se dieron cuenta de que “no podían vivir sin el arte”.

Permutations, Leonor Antunes. Foto: Museo Reina Sofía.

Procedentes de familias estrechamente vinculadas con la escena artística brasileña, siempre han adquirido piezas con las que han desarrollado una relación “muy personal”, según Ricardo Steinbruch.

‘Un acto de ver que se despliega’

Comisariada por el propio Manuel Borja-Villel con la colaboración de Beatriz Martínez Hijazo, la muestra Un acto de ver que se despliega huye de la visión lineal para proponer un recorrido que comienza con un proyecto monográfico específico de la brasileña Fernanda Gomes, Cartografía íntima de vivir, y que transita desde los movimientos antiarte de la antigua República Federativa Socialista de Yugoslavia al neoconcretismo o las respuestas artísticas que suscitaron los contextos políticos de las décadas de los sesenta y setenta.

Las salas segunda y tercera, de hecho, establecen diálogos entre los núcleos que constituyen la piedra angular de la colección: Brasil y Europa Central y del Este.

Mientras la primera relaciona las tendencias neoconcretas brasileñas (representadas a través de artistas como Geraldo de Barros, Willys de Castro, Waldemar Cordeiro, Luiz Sacilotto, Amílcar de Castro, Lygia Clark, Lygia Pape y Hélio Oiticica) con los movimientos anti-arte de la antigua Yugoslavia (en los que destacan Julije Knifer o Krasińksi), en la siguiente se rastrean las evoluciones en torno a la forma y el vacío que emergieron de dichos contextos con obras de Sergio Camargo, Anna Maria Maiolino, Dóra Maurer, Maria Bartuszova, Antonio Dias o Leonor Antunes.

Las patatas de Víctor Grippo. Foto: Museo Reina Sofía.

Las botellas de Coca Cola y los billetes de Cildo Meireles o las patatas de Víctor Grippo protagonizan la siguiente sala, Intersecciones, que aloja también periódicos intervenidos por Antonio Manuel, la imagen histórica del mariscal Tito alterada por Sanja Ivecović o el puzle de Regina Silveira.

Un espacio dedicado esencialmente a la obra del artista vietnamita Danh Vö muestra su reflexión poscolonial que cuestiona de forma radical las implicaciones políticas y coloniales del lenguaje o la idea de pertenencia y da paso a En Donde el mapa corta, donde se reflexiona en torno a la geografía física y humana con piezas como la obra 40 nego bom é um real, de Jonathas de Andrade, el artista encargado del Pabellón de Brasil de la Bienal de Venecia de este año.

También están representado el artista brasileño Leonilson (nunca se había mostrado en España un conjunto tan grande de sus obras) y la suiza Mira Schendel, que cierra el recorrido con una selección de piezas que abarcan casi la totalidad de su trayectoria y que bordean la idea de territorio o se instalan en la experimentación con y desde el lenguaje.

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