Un viaje gastronómico por las películas de James Bond

A lo largo de sus 25 películas James Bond es un compendio de gastronomía de lujo. Sin embargo, su última película no es el mejor ejemplo

Daniel Craig y Ana de Armas comparten el último Dry Martini de James Bond

El humanizado, enamorado e introspectivo James Bond de Daniel Craig, no tiene demasiado tiempo para comer en Sin tiempo para morir y menos para beber.

Sólo se salva una memorable escena, a todas luces demasiado corta, en Santiago de Cuba, en la que Bond junto a una excelsa Ana de Armas pide un dry martini por compromiso y se cachondea del legendario “agitado pero no mezclado”.

Pero James Bond es un personaje de buen beber y mejor comer, en las 15 novelas originales de Ian Fleming y en las 25 películas posteriores, en las que aparecen sus rutinas gastronómicas y su gusto por los productos caros y exquisitos.

Infografía: Jordi Català

Además, en los múltiples viajes por diferentes países Bond trata de pedir siempre los mismos platos: en Francia langosta, en Italia tagliatelle verdi o espaguetis a la boloñesa y en Estados Unidos, cangrejos de roca y mantequilla. 

En ‘Sin tiempo para morir’ Daniel Craig se cachondea del legendario Martini “agitado pero no revuelto”

Pero cuando el espía está en su casa de Londres (Wellington Square, Chelsea) sus hábitos y los lugares donde comer son prácticamente los mismos de su creador Ian Fleming, y crean una gran ruta de peregrinación para mitomaníacos. 

Infografía: Jordi Català

Desayunando con James Bond

En Londres, el desayuno se lo prepara su ama de llaves, la escocesa May, que consigue huevos de gallinas francesas de amigos campesinos.

Consiste en un huevo hervido durante tres minutos y medio, servido en un cuenco azul oscuro de bordes dorados, acompañado de bacon, salchichas o salmón ahumado escocés.

Infografía: Jordi Català

Bond desayuna con el Times entre las manos y dos tazas grandes de café fuerte, de granos molidos, comprado en De Bry de París o en Oxford Street, y preparado en una Chemex.

Bond, curiosamente, odia el té; al que define como un opio plano, blando, que hace perder el tiempo a las masas.

También desayuna -siempre servido en vajilla Minton- tostadas de trigo integral, mantequilla Jersey, mermelada de fresa Tiptree Little Scarlet o Cooper’s Vintage Oxford Marmalade y miel Mount Hymetus, noruega, todo ello comprado en Fortnum & Mason, en Piccadilly, lugar en donde también adquiere el caviar beluga ruso, que 007 adora, «El problema no es cómo conseguir suficiente caviar, sino cómo conseguir suficientes tostadas», dice.

Infografía: Jordi Català

Qué come James Bond al mediodía

Si Bond está en la sede central del MI6, puede comer en el comedor del personal, pero también en el restaurante Scott, en Coventry Street, con el jefe de Estado Mayor, Bill Tanner; o con su secretaria, Mary Goodnight

007 suele pedir para comer cangrejo aliñado y Velvet Negro o urogallo asado y lo acompaña con vino, cerveza Guinness o champán rosado. 

«El problema no es cómo conseguir suficiente caviar, sino cómo conseguir suficientes tostadas».

James Bond
Infografía: Jordi Català

Los restaurantes favoritos de 007 coinciden mucho con los de Ian Fleming, que por cierto había trabajado para el servicio secreto británico durante la guerra; locales que tanto en su trabajo como espía, como en su ocio personal, frecuentó.

Los restaurantes favoritos de 007

Los restaurantes de confianza de Bond en Londres son una larga lista de excelencia, entre ellos The Ivy, en Covent Garden, donde Fleming anunció a un amigo que había escrito “la historia de espías para acabar con todas las historias de espías”. 

Además Bond-Fleming frecuentan Bertorelli’sL’Étoile, en Charlotte Street; Wilton’s, en Jermyn Street; y a ambos les encantaba siempre la elegancia y los mariscos del Ritz Grill Scott’s, en Coventry Street.

Infografía: Jordi Català

Bond, por ejemplo, invita a Scott’s a su colega Bill Tanner, en Los diamantes son para siempre. Pero al escritor y su personaje también les gusta la comida italiana de Quo Vadis, en Dean Street; del Savoy Grill en el Hotel Savoy, donde Fleming llevó al propio Sean Connery a comer. De hecho el Savoy aparece en varias novelas y en la película Quantum of Solace

A cenar con James Bond

Cuando cena solo Bond lo hace de forma muy sencilla. Su menú varía entre tres platos: lenguado a la plancha (casi siempre), bistec de ternera con patatas fritas, o carne asada fría con ensalada de patatas, con algo de champán o vino.

Infografía: Jordi Català

Si está en Italia, son espagueti a la boloñesa; y si viaja, siempre está abierto a nuevos sabores, como el doner kebab de Estambul, “un cordero muy joven, asado al carbón, con arroz salado y un montón de cebolla”. 

De vez en cuando también cena en un club privado o en uno de los restaurantes amados de Fleming. En Vive y deja morir, Bond y Felix Leiter degusgan almejas con pollo frito Maryland en Ma Frazier’s en la Séptima Avenida. Y en Diamantes para la eternidad se ve de nuevo a 007 en Nueva York, pero comiendo caviar y chuletas con espárragos en Sardi’s, y cenando huevos Benedict y fresas en Voisin’s.

Infografía: Jordi Català

Las sugerencias de James Bond para beber

James Bond siempre encuentra momentos de relax entre acción y acción para disfrutar de un Dry Martini de vodka con Martini seco; aunque Fleming lo prefería con ginebra. 

El primer cóctel para 007 inventado por el escritor fue el Vesper, (ginebra Gordon’s, vodka de grano, Kina Lillet y piel de limón y… ¡se agita!) que aparece en Casino Royale (1953) y rinde homenaje a la protagonista femenina Vesper Lynd. 

Infografía: Jordi Català

Daniel Craig recupera el Vesper en su versión cinematográfica del Casino, donde Bond responde: «¿Tengo cara de que me importe?» cuando el camarero pregunta si lo quiere mezclado o agitado.

Cómo preparar el famoso Dry Martini de James Bond

Sin embargo, el famoso Dry Martini de James Bond, que siempre pide como: “un vodka con Martini seco, agitado no mezclado” (shaken not stirred), no se prepara en las barras como en los films.

Los bartenders siempre mezclan en los Dry Martini clásicos. A pesar de lo que diga Bond mezclar es lo correcto para no aguar la bebida.

Dry Martini, la bebida favorita de Bond.

Además la ginebra es la base de un buen Dry Martini, porque sus botánicos equilibran el vermut, lo que le es imposible al vodka.

Añadir una aceituna aliñada o rellena enmascara el sabor de la base del Dry. Una fresa o un twist de limón o naranja, complementan a la perfección.

A pesar que Bond prefiera el Martini ‘agitado, no mezclado’, esta preparación necesita mezclarse para no aguar la bebida

El personaje de Bond y el alcohol van ligados, lo que dado el enorme éxito de audiencia brinda a las marcas de bebidas alcohólicas la gran oportunidad de publicitarse de forma en la gran pantalla. 

Caviar de beluga, uno de los objetos de deseo de James Bond. Foto Tyler Nix | Unsplash

Sin duda el hecho de que Craig, el último de los James Bond haya resultado el más bebedor de todos los 007 (menos en Sin tiempo para morir) obedece al enorme incremento de patrocinios e inversión de publicidad de las marcas.

Así, por aparecer asociadas al estilo de vida del espía más popular de la historia del cine marcas como el champagne Bollinger, el bourbon Jim Beam, el vermut Martini, las vodkas Smirnoff o Belvedere, la lager Red Stripe o la popular cerveza Heineken pagan millones de euros.

a.
Ahora en portada