¿Qué tienen en común Juana ‘La loca’ y Britney Spears?

Cristina Fallarás publica ‘La Loca’, una novela que coloca al personaje de Juana I de Castilla frente al espejo de la actualidad para cuestionar cómo el pretexto de la locura ha servido (y sirve) para apartar a las mujeres del poder

Cristina Fallarás publica ‘La Loca’ sobre la figura de Juana de Castilla. Foto: Marta Calvo.

Juana I de Castilla, prisionera en su propio reino y apartada del poder primero por su padre y, más tarde, por su hijo. Britney Spears, reina del pop tutelada por su padre durante más de 13 años. 500 años de diferencia y la misma excusa para controlar a dos mujeres: la supuesta locura que las incapacita.

Dice Cristina Fallarás que al estudiar la figura de Juana I de Castilla, que pasaría a la historia con el apodo de ‘La loca’, “se me hizo evidente de forma abrumadora cómo la violencia que sufrió es literalmente exacta a la que seguimos viviendo las mujeres en la actualidad, cómo nada ha cambiado a lo largo de los siglos”.

A la vez, añade, “descubrí que la historia de Juana ‘La loca’ dista mucho de aquella que se nos ha relatado”. De esas investigaciones y de esas reflexiones surge La Loca (Ediciones B), la historia nunca contada de Juana I de Castilla. No solo suya.

Una historia de maltrato y poder

Según explica la periodista y escritora, La Loca no es tanto una novela histórica, sino la historia de maltrato y desprecio que sufrió la reina por parte del patriarcado. Una historia “de maltrato económico” que siglos después siguen sufriendo muchas mujeres, como la propia Britney Spears, que hace pocos meses lograba deshacerse de la tutela de su padre con el apoyo del movimiento global #FreeBritney.

Cristina Fallarás. Foto: Laura Muñoz Hermida.

“Leía sobre Juana y veía a Britney”, explica Fallarás en una entrevista con Efe. “No solo le quitan todo diciendo que está loca, sino que se aprovechan y la siguen haciendo reinar mientras se encargan de gestionar su dinero. ¿Cuántas veces pasa eso sin que nos demos cuenta? En el caso de Juana es evidente. Juana no estaba loca en absoluto”.

“Descubrí que la historia de Juana ‘La loca’ dista mucho de aquella que se nos ha relatado”

Cristina Fallarás

Porque efectivamente, Juana fue reina de Castilla de 1504 a 1555, y de Aragón y Navarra, desde 1516 hasta 1555. De facto, sin embargo, apenas ejerció ningún poder en esos más de 50 años de reinado. Incluso fue privada de libertad y, desde 1509 vivió encerrada en Tordesillas, primero por orden de su padre, Fernando el Católico, y después por orden de su hijo, el rey Carlos I.

Mujeres despreciadas por ‘locas’

Con esta nueva novela, la autora ha querido contar la historia de Juana, una de las muchas figuras femeninas despreciadas por el discurso histórico del patriarcado, un ejercicio que ya hizo en su último libro sobre María Magdalena.

En el libro se contrapone la figura de la reina de Castilla a una mujer contemporánea para reflexionar sobre cómo el pretexto de la locura ha servido, a lo largo de los siglos, para apartar a las mujeres de poder.

“Se empieza por aislar a la mujer de su familia, de sus amigos, luego llega el maltrato también físico, y luego la declaran loca y le aplican maltrato económico quitándole todo lo que tiene”.

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Antes de escribir, revela, pensó: “¿Cuál es la mujer de la que sabemos menos?” y llegó a la conclusión de que esa era Juana, un nombre inseparable del complemento ‘la loca’, una supuesta condición que anulaba cualquier otra faceta o logro de su vida.

De hecho, que se haya dedicado tan poco tiempo por los historiadores a estudiar quién fue realmente Juana I de Castilla demuestra, a su juicio, un maltrato también académico de una historia “que cuentan ellos”.

Juana La Loca bajo la lupa feminista

Fallarás se dedica a revisar, en clave feminista, las leyendas que han sobrevivido en torno a la reina, a la que, recuerda, se encerró en Tordesillas y fue azotada y obligada a comer a la fuerza. Así, se vincula su supuesta locura con el amor y los celos hacia su marido, así como por el dolor que sintió tras su muerte, una visión muy popularizada en el Romanticismo.

“No solo le quitan todo diciendo que está loca, sino que se aprovechan y la siguen haciendo reinar mientras se encargan de gestionar su dinero. ¿Cuántas veces pasa eso sin que nos demos cuenta?”

Cristina Fallarás

Se decía que Juana, ‘ciega de amor’, habría guardado y transportado insepulto el cadáver de su marido, algo para lo que Fallarás, entre otros estudiosos que están revisando su historia, tiene otra explicación: “Solo lo hizo porque si ese cuerpo no estaba enterrado no la podían volver a casar con ningún otro hombre, que era lo último que quería”.

También subraya el “uso del cuerpo” de la mujer, un cuerpo femenino que “somete a Juana a pesar de ser reina”.

Retirarse a un convento (o a una comunidad secreta de mujeres)

Fallarás destaca también el papel central que tiene también en el libro la comunidad de monjas, tanto para la historia de Juana, que estuvo en un convento de Clarisas pese a que siempre había mostrado signos de indiferencia religiosa (ya encerrada, su hijo Carlos ordenaría que la obligasen a recibir los sacramentos, aunque fuese mediante tortura), como para la historia paralela contemporánea, en la que una mujer enajenada aparece en un recóndito lugar de la selva habitado por una comunidad secreta de mujeres.

“Para mí es muy interesante la idea de la comunidad no gestante de mujeres. A las monjas no las juzga ni Dios. Si las monjas gestaran, las juzgarían”. Retirarse a un convento ha sido desde hace siglos “una forma de liberación absoluta para muchas mujeres”, señala y con la que, de hecho, ella misma ha fantaseado con ello alguna vez.

“En algún momento de dolor y de maltrato absoluto he pensado que me gustaría meterme en un convento y no tener que hablar más de mi vida y no tener que hablar más con hombres”.

Premio Buenas Prácticas de Comunicación No Sexista y Premio de Periodismo feminista María Luz Morales, Cristina Fallarás es autora también de Rupturas (2003), No acaba la noche (2006), Así murió el poeta Guadalupe (2009), Ahora contamos nosotras (2009), Las niñas perdidas (2011), premio Hammett 2012 de la Semana Negra de Gijón, o El Evangelio según María Magdalena (2021).

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