La naturaleza más salvaje también puede ser artística
La última edición del concurso de fotos Nature TTL muestra facetas desconocidas del mundo animal retratada por profesionales y aficionados

La mirada de un león, una de las imágenes ganadoras de ese concurso. Foto Tomasz Szpila | Nature TTL
¿Cómo lograr la foto perfecta con modelos que ni saben que los están fotografiando, o es más, que no saben ni sabrán lo que es una cámara? Eso es lo que sucede al momento de retratar animales salvajes (tampoco es muy fácil con los domésticos); por lo que estas imágenes tienen un gran mérito.
La nueva edición del concurso de Nature TTL Photographer of the Year 2022 recibió más de 8.000 fotografías, donde en las tomas ganadoras se ve la combinación de pericia, destreza técnica y, sobre todo, una gigantesca paciencia.
El premio del gato
El premio mayor fue para Dennis Stogsdill, ganador también en la categoría ‘Comportamiento animal’ con la foto titulada Un gato y su premio.
Se trata de un caracal, un huidizo felino de orejas puntiagudas que había atrapado un flamenco en el lago Ndutu, en el Bajo Serengenti (Tanzania).
Quizás pueda ser una imagen algo morbosa, pero el jurado la distinguió porque “muestra la naturaleza en su total crudeza”, en una composición que destaca el contraste de colores con el fondo oscuro del fango.
Baño de polvo
Otra imagen finalista en la misma categoría es la de Michael Snedic, que capturó a un imponente elefante africano en el cráter de Ngorongoro (Tanzania) en el momento en que se echaba polvo con su trompa. Eso sí que es estar en el momento justo.
Años para una foto
Dada la dificultad de poder retratar algunas especies animales, tanto científicos como fotógrafos usan cámaras trampa, camufladas en rocas o árboles.
Durante tres años Sascha Fonseca colocó cámaras trampa para fotografiar al huidizo leopardo de las nieves en las montañas de la India
Así fue como Sascha Fonseca pudo retratar a un leopardo de las nieves, un animal extremadamente difícil de ver, buscando presas en los picos de Ladakh, en la India.
El fotógrafo estuvo tres años usando estos dispositivos para fotografiar estos felinos en un panorama bastante complicado: “mucha altitud, poco oxígeno, un terreno que parecía lunar, tener que buscar localizaciones productivas, colocar el equipo en su lugar y mantenerlo durante largos períodos”.
Pero logró un resultado magnífico.
La raya se abre paso
El ganador en la categoría de ‘Vida submarina’ fue Andy Schmid, quien en las Maldivas fotografió a una raya whipray rosa que se abre paso en un cardumen de cientos de peces estandartes justo al atardecer.
Si a alguien la escena le recuerda al transporte escolar de Buscando a Nemo, tiene razón.
El vuelo de la polilla
En ‘Mundo pequeño’ Tibor Litauszki usó un par de trucos para poder fotografiar el vuelo de una polilla en una tarde-noche de verano.
Con una luz LED y el apoyo de un flash realizó una exposición múltiple mientras el insecto cruzaba la escena. Y así logró esta fantástica toma en el Parque Nacional de Őrségi, en Hungría.
La noche es para los animales
El ganador de Vida salvaje urbana fue Jan Piencha, quien fotografió a un conejo que cruza una carretera en Kassel (Alemania).
La raya que se abre paso entre los peces en un arrecife recuerda a las primeras escenas de ‘Buscando a Nemo’
“Durante el día este sitio de los suburbios está lleno de gente que va a trabajar. Pero a la noche pertenece a los animales que salen a jugar bajo las luces”, dijo el autor.
Pericos en lucha
Y cerramos con el ganador de la categoría ‘Menores de 16 años’: Achintya Murthy, de la India, quien fotografió a un par de periquitos de Malabar.
Quizás parezcan que están dialogando o compartiendo una muestra de cariño, pero en realidad estaban peleando por quedarse en un tocón que tenía granos de arroz, cuenta el autor.