Sorolla y Vicente: cuando pintar un jardín es un arte en sí mismo
Una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente presenta la pasión de este artista segoviano y del pintor valenciano por la belleza y la luz de sus jardines

Un diálogo artístico entre Vicente y Sorolla a través de los jardines. Foto Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente
Pocos pintores de España han logrado plasmar los juegos de luces y sombras en los jardines con tanta maestría como Joaquín Sorolla, al punto que logró convertir sus pinturas de estos espacios familiares en una especialidad.
Al pintor expresionista abstracto Esteban Vicente también le fascinaban los jardines. El artista, ya radicado en EEUU, en 1961 compró una granja en Long Island donde pasaba horas cultivando y cuidando sus plantas y flores, un campo de color que lo trasladó como “una experiencia sensorial que quedó reflejada en sus obras”, indica Ana Doldán de Cáceres, directora conservadora del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente
Este centro de arte de Segovia, dedicado a su obra, presenta la muestra A la luz de jardín. Sorolla-Vicente, donde hasta el 2 de octubre se exponen 80 obras de ambos artistas en un interesante diálogo entre estilos, colores y composiciones; a pesar de ninguno de los dos llegó a conocerse en la vida real.
La pasión de Sorolla por su jardín
El jardín privado de Sorolla se encuentra en la actual casa museo de Madrid, un espacio estructurado en tres secciones al estilo de los patios andaluces, que lo retrató en numerosas obras de arte desde 1916 hasta cerca de su muerte en 1923.
En el museo segoviano se presenta una “pequeña pero intensa” selección de obras fechadas entre 1916 y 1919, donde se ve el gusto de Sorolla por ese espacio íntimo, en el que se siente libre y que refleja un cambio en su pintura.
Las pinturas de Sorolla de su jardín de Madrid refleja un cambio de estilo, menos descriptivo y más experimental
En su madurez artística y personal ya no le interesaba tanto describir con pinceladas una flor o un detalle ornamental, sino buscar la experimentación, atrapar el color, la luz, la atmósfera y dejar sentadas las bases hacia la abstracción.
Las miradas de Vicente a su mundo natural
En el caso de Vicente la naturaleza está presente en sus trabajos, pero en 1964 vuelca su mirada a su jardín de Long Island, como había hecho Sorolla medio siglo antes.
De hecho organiza la distribución de flores autóctonas por colores, como si fueran un campo de color paralelo al de sus propias pinturas.
Vicente organizaba la distribución de flores autóctonas por colores, como si fueran un campo de color paralelo al de sus propias pinturas
Exposiciones paralelas
Su arte abstracto de colores intensos pero algo suavizados, “de luz ardiente y atmósfera tranquilizadora”, muestra la naturaleza orgánica de su jardín.
Y así como el pintor valenciano, quita de la composición todo aquello que sea superfluo, donde “la pintura se desvanece y se presenta casi transparente”.
Para reforzar la influencia que tuvo el arte de Vicente a ambos lados del Atlántico, esta exposición de arte y jardines se presenta por duplicado: además de la muestra en Segovia también se exhibe en el Parrish Art Museum, cerca donde este pintor tuvo su casa estudio.