Steve McCurry: una vida fotografiando un mundo desconocido

El autor de la famosa foto de la niña afgana lleva cuatro décadas retratando la belleza y las desgracias del mundo, una vida llena de emociones fuertes que se reflejan en un documental biográfico

McCurry en una reciente exposición en Madrid. Foto Luca Piergiovanni | EFE

Los ojos más famosos del fotoperiodismo, los de la niña afgana Sharbat Gula que aparecieron en National Geographic en 1985, fueron retratados por un hombre cuya mirada ha recorrido países en guerra y bajo catástrofes naturales, pero también que ha visto la vida cotidiana y la belleza de lugares remotos.

Se trata de Steve McCurry, uno de los fotógrafos de viajes más importantes del mundo, cuya vida y obra se puede ver en el documental McCurry: The Pursuit of Colour (La búsqueda del color), que se estrena en 25 salas de España.

Dirigido por el documentalista Denis Delestrac, ganador de más de 40 premios en su carrera, las cámaras siguen a McCurry en atiborrados trenes de la India, en polvorientas aldeas de Madagascar, en pueblos aislados del mundo en Bután, mostrando el día a día de fotografiar una realidad diferente.

Y también en su estudio, donde debate con sus colaboradores sobre el retoque, el concepto de verdad y el trabajo de postproducción que hay para que una foto termine publicada en una revista o expuesta en una galería de arte.

McCurry en las islas Galápagos. Foto Silversea Cruises

Ser invisible

“Parte de su sabiduría es su invisibilidad”, dice uno de los testimonios que se pueden ver en el tráiler, un valor que todo fotógrafo tiene que tener en claro para poder ganar la confianza de la gente en instantes, y que a los pocos segundos se olviden de él.

McCurry ha sido fotógrafo de guerra, se ha decantado por los retratos de gente del mundo, y últimamente se ha centrado en mostrar las consecuencias del cambio climático

Es esa misma confianza que logró que Gula posara con solo 12 años en un campamento de refugiados en Pakistán, y que aceptara volver a hacerlo ya con 29 años (aunque su mirada refleja que su vida fue más dura de lo que pensamos).

Otras miradas que tampoco se olvidan de sus fotos son la de las personas con el espíritu devastado por las guerras, los monzones, las inundaciones, la pobreza o la desigualdad social.

Cartel de la película de McCurry

Pero también es capaz de mostrar la belleza oculta de niños corriendo entre gigantescos baobabs o con juguetes rudimentarios en un pueblo de Centroamérica.

Colaboración con Silversea

A muchos de estos destinos McCurry ha llegado gracias a la colaboración que tiene con la compañía de cruceros de lujo Silversea Cruises, de la que es embajador hace seis años.

Así la dupla del fotógrafo y el equipo de filmación han podido llegar a la India, Madagascar, Bután, las tierras heladas del Ártico, las montañas Virunga de Uganda donde residen los gorilas o las estepas castigadas por el viento en Mongolia.

El director del documental Denis Delestrac. Foto Silversea Cruises

Una infancia dura y una carrera entre protestas y guerras

En la presentación del documental que se hizo en Barcelona McCurry, que se presentó como “un tipo tímido”, recordó como su dura infancia lo llevó por la vocación de la fotografía: por un accidente no podía jugar con los niños y desarrolló capacidades como “un observador”, en tanto los castigos en un internado cristiano le llevaron a tener una sensibilidad mayor ante las injusticias.

“La guerra me escogió”.

Steve McCurry

Así fueron sus primeros pasos profesionales, fotografiando la discriminación racial en un EEUU convulsionado por las protestas y la Guerra de Vietnam. Pero “harto de hacer las mismas fotos en blanco y negro” viajó a la India “y el mundo se me abrió por fin”, contó.

Los ’80 lo encontró en medio de los conflictos bélicos, sobre todo retratando la dura vida de los refugiados en Afganistán, Siria, Jordania y Líbano. “La guerra me escogió”, dijo.

McCurry en la presentación en Barcelona. Foto Silversea Cruises

La década siguiente lo lleva a buscar el lado humano en otros pueblos, ya sea de Filipinas, Tíbet o Nueva York, su ciudad natal, donde chocó con el 11-S en primera persona.

Alerta de un planeta en peligro

Los últimos años los ha dedicado a fotografiar “al planeta en peligro”, desde las densas selvas de Madagascar a los témpanos del Ártico; donde Silversea Cruises le dio el apoyo logístico para llegar a 35 países.

Para tener una carrera así McCurry solo conoce una sola receta: “trabajar, trabajar y trabajar”. Y aunque no lo diga, también es clave contar con sensibilidad humana y tener la capacidad de hacerse invisible.

a.
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