48 horas en Miami Beach: art dèco, ‘lambos’ y fiesta entre palmeras y playas turquesa

De la fotogénica Ocean Drive y sus edificios art dèco a las paradisíacas playas de South Beach pasando por galerías de arte, boutiques o el drag brunch más divertido, exprimimos 48 horas en Miami Beach

Caseta de salvavidas inspirada en el art dèco en Miami Beach

Hasta las casetas de los salvavidas destilan glamour en Miami Beach. Foto: GMCVB

Siempre es verano en Miami Beach. Despreocupada, alegre y festiva, esta alargada franja de tierra frente a la costa de Florida conocida por sus playas de arena blanca, sus aguas turquesas y su arquitectura art dèco invita a vivir en unas vacaciones eternas.

Divertida, excesiva y con un punto extravagante, aquí los Ferrari que pasean a todas horas por Ocean Drive son azul eléctrico y los Lamborghini -los ‘lambos’ que dicen los influencers– verde flúor, los yates amarrados en embarcaderos privados llegan a ser más grandes que las mansiones y hasta las casetas de los salvavidas en las playas son de postal.

Enmarcada entre el puerto de cruceros más grande del mundo y los rascacielos de Brickell, el centro financiero de Miami, Miami Beach se compone de varias islas que se disponen en paralelo al continente, al que se une por varios puentes, con la bahía de Biscayne al oeste y el océano Atlántico al este.

Vista de la calle Ocean Drive, en Miami Beach
Ocean Drive es la calle mas fotografiada de Miami Beach. Foto: GMCVB.

Y, aunque se promociona junto al Gran Miami, que incluye también los barrios Coral Gables y Coconut Grove, el artístico Wynwood o el sofisticado Design District, Miami Beach es una ciudad aparte. Más bien un micromundo. Uno que vive a ritmo tropical -la nutridísima comunidad latina tiene mucho que ver-, donde nunca falta la fiesta ni la música, ya sea en la playa o a la luz de los neones de los locales de moda de noche. Tenemos 48 horas para exprimirlo, y lo vamos a hacer al máximo.

Día 1: de los manglares a las playas de arena blanca

Puede que Miami Beach tenga restaurantes increíbles, galerías de arte o una vibrante escena musical. Pero seguro que has venido buscando sol, mar y arena. Y eso es lo que vamos a darte.

South Miami Beach. Foto: MBCVB.

Destino turístico de playa por excelencia en los EE UU, lo cierto es que originalmente no había palmeras ni flamencos (pese a que esta ave sea hoy uno de sus símbolos) y sí manglares y cocodrilos en esta zona pantanosa de Florida.

Un granjero que fracasó cultivando cocos y aguacates a principios de siglo XX, John Collins, triunfó en cambio como promotor inmobiliario, constituyendo Miami Beach Improvement Company en 1911 (es el primer uso registrado del término Miami Beach) y construyendo un puente, al que puso su apellido, conectando la isla a la ya existente ciudad de Miami.

También levantó un casino y un hotel frente al mar, germen de lo que sería un enorme desarrollo residencial y turístico que continuaron el magnate del automóvil Carl G. Fisher o los banqueros John y James Lummus. Solo entre 1920 y 1925 Miami Beach incrementó su población en un 400%.

Ni el terrible huracán de 1926 que redujo Miami Beach a escombros ni la Gran Depresión de 1929 podrían parar ya el crecimiento de este gigantesco resort que, también es cierto, ha atravesado horas bajas, como nos mostró la famosa serie Miami Vice.

Caseta de salvavidas en las playas de Miami Beach
Las casetas de salvavidas mas bonitas en mundo en Miami Beach. Foto: GMCVB.

Desde los años 90, sin embargo, la llegada de artistas como Roy Lichtenstein o diseñadores como Gianni Versace impulsó una nueva escalada de lujo y glamour en Miami Beach. Un tour en barco permite admirar desde el agua las ostentosas viviendas de los millonarios y famosos que han hecho de esta ciudad su residencia (especialmente en las islas artificiales de Gorce Island, Star, Hibiscus o Palm) y entre los que se cuentan Jennifer López, Ricky Martin, Shakira, Gloria Stefan, Julio Iglesias, Cindy Crawford, Karlie Kloss o Gianluca Vacchi.

Buen clima (aquí es junio todo el año), una ubicación idílica como puerta de entrada al Caribe, una favorable política fiscal y, claro, sus playas de aguas cristalinas que se obtuvieron dragando la bahía de Biscayne están entre las razones de un éxito que, nos cuenta Jennifer Haz, directora de Relaciones con los medios europeos de Greater Miami Convention & Visitors Bureau (GMCVB), no ha dejado de aumentar desde la pandemia.

Quien no puede comprar una casa también quiere veranear en Miami Beach: solo en 2023 alrededor de 26,5 millones de visitantes escogieron esta ciudad que se alzó, por sexto año consecutivo, con el premio Destino de estilo de vida líder en el mundo de los World Travel Awards o, lo que es lo mismo, los ‘Oscar del turismo’, de donde se llevó también los galardones de Destino de playa líder en América del Norte y Ciudad destino líder de América del Norte.

Imagen aérea de South Beach y Port Miami en Miami Beach.
South Beach y el Puerto de Miami. Foto GMCVB.

Como base de operaciones, es frecuente que los viajeros tengan como objetivo South Beach (lo verás también como SoBe). Aquí se encuentran desde hotelitos en edificios art dèco primorosamente restaurados hasta novísimos y lujosos resorts, como Miami Beach Edition, Faena Hotel o The Setai.

Desde los años 90, Miami Beach vive una escalada de lujo y glamour que impulsa la incesante llegada de turistas y residentes

Algo más al norte -y con un precio bastante más asequible-, encontramos el Cadillac Hotel & Beach Club, Autograph Collection Hotels, en Collins Avenue. Inaugurado originalmente en 1940, fue diseñado por el conocido arquitecto Roy F. France y es uno de los hoteles art dèco originales de la ciudad.

Fachada exterior del Cadillac Hotel & Beach Club en Miami Beach
Foto: Cadillac Hotel & Beach Club.

En 2018 se remodeló íntegramente, manteniendo y restaurando elementos como las molduras de motivos vegetales del lobby pero incorporando una estética de glamour que bebe del ambiente de la Riviera italiana de mitad de siglo XX.

Entre una exuberante vegetación aparece una gran terraza con dos piscinas (una solo para adultos y otra familiar) y un acceso directo a la arena que conduce a su beach club, con cabañas, tumbonas y sombrillas bajo las que relajarse cóctel en mano con la vista perdida en la arena banca y el agua que se declina en preciosas tonalidades de azul.

El hotel cuenta además con un restaurante, Donna Mare, donde se sirven también los desayunos, así como una cafetería y heladería, Il Merkato, además del Lobby Bar, donde disfrutar de una copa de vino o una cerveza artesana.

Foto: Cadillac Hotel & Beach Club.

Pero no vamos a privarnos de la escena nocturna esta primera noche. La iniciamos en Villa Azur Restaurant & Lounge, un restaurante de inspiración mediterránea que aúna con desparpajo cocina francesa y ambiente italiano (y además forma parte del programa Miami Spice Restaurant Month, con menús a precio cerrado de 60 dólares que, créenos, merece la pena teniendo en cuenta el ticket medio de los establecimientos en Miami Beach).

Si es posible, pide mesa en el patio donde, tras una cena ideada por el experimentado chef francés Vincent Catala con platos bien trabajados entre los que destaca el carpaccio de wagyu, los ravioles du Dauphiné, el magret de pato o el salmón Gravlax y maridados con vino o cócteles de autor, una programación de música y Djs en directo pone a bailar hasta al más rezagado mientras las bengalas anuncian aquí y allá el descorche de botellas de champán.

Termina la noche con una copa en un bar de estilo clandestino en Swizzle Rum Bar and Drinkery.

Villa Azur Restaurant & Lounge. Foto: Mar Nuevo.

Día 2: arte y compras en Miami Beach

De espaldas a las tentadoras aguas del Atlántico también hay vida en Miami Beach. Entre las visitas imprescindibles, el patrimonio art dèco de la ciudad que incluso da nombre a un distrito, el que se extiende entre las calles 5 y 23 a lo largo de Ocean Drive, Collins Avenue y Washington Avenue.

Un buen punto de partida para conocerlo es el Art Deco Welcome Center en Lummus Park donde puede rastrearse el origen de este movimiento que tuvo su época de esplendor entre los años 20 y 40 y que dejó en la ciudad más de 800 edificios caracterizados por sus fachadas simétricas de colores pastel, los ornamentos de motivos marinos y florales, las ventanas semicirculares o los dibujos geométricos.

Colony Hotel. Foto: GMCVB.

Operado por la Miami Design Preservation League, una organización creada en los años setenta para evitar el deterioro de este patrimonio que en muchos casos estuvo al borde de la destrucción, de aquí parten también los tours oficiales, como el que guía Mark Gordon, en el que nos conduce al mítico The Carlyle, famoso por su aparición en las películas Una jaula de grillos o Scarface, el Leslie, The Breakwater, el Cardozo, el antiguo Ritz Plaza.

Tampoco hay que perderse hoteles como el National o el Delano, cuya remodelación a manos del diseñador Philippe Starck lo ha convertido en uno de los más aclamados de la zona.

Park Central Hotel. Foto: GMCVB.

Siempre entre los más fotografiados, el Colony Hotel, que ha servido de escenario a películas y series como Dexter, el Clevelander Hotel, el Park Central Hotel (hoy The Gabriel Miami South Beach), The Webster, The McAlpin, la oficina de correos Miami Beach US Post Office y, por supuesto, Villa Casa Casuarina, la que fuera mansión de Gianni Versace hasta su asesinato en 1997 este mismo lugar (hoy es un hotel boutique de lujo con solo diez suites y restaurante).

En la misma Ocean Drive, a pocos metros de la fastuosa mansión, siempre con algún ‘lambo’ aparcado en la puerta (si tu sueño es conducir uno de estos coches se pueden alquilar por alrededor de unos 300 dólares la media hora) espera el Palace Bar & Restaurant donde sí o sí hay que reservar para el brunch drag más divertido de una ciudad considerada la más gayfriendly del país. Y es que asistir en directo al show de las reinonas más descaradas Miami al ritmo de Cuanto tu vas de Chenoa es una experiencia difícil de igualar.

Drag queen actuando en El Palace, Ocean Drive (Miami Beach)
Drag brunch en El Palace, en Ocean Drive. Foto: GMCVB.

Otra opción para el almuerzo, a solo unos pasos, la encontramos en Pink Taco, uno de los locales de la cadena creada por Harry Morton (hijo de Peter Morton, cofundador de Hard Rock Cafe) donde se rinde culto a la cocina callejera mexicana en un ambiente desenfadado dominado por calaveras gigantes y neones.

Tómate uno de sus tacos birria, al pastor o de carnitas con tortillas de maíz teñidas de rojo, sus apetitosas enchiladas de langosta y una generosa ración de nachos y riégalo con alguno de sus mezcales o tequilas (tienen una impresionante selección), un cóctel Paloma o la bomba de sabores que es el Margarita Flight porque, ¿quién quiere solo un margarita cuando puede tener cuatro?

Pink taco. Foto: Mar Nuevo.

Tras el almuerzo ponemos rumbo al relajante Miami Beach Botanical Garden, un oasis tropical entre tanto brilli brilli y luces de neón de South Beach.

Creado en 1962 frente al Centro de Convenciones de Miami Beach Lincoln Road es en realidad un conjunto de jardines -japonés, de palmeras, de orquídeas o de árboles y plantas nativas-, estanques y senderos frente al mar. Además de organizar visitas, clases de yoga o eventos culturales, también cuenta con una tienda de semillas y plantas para llevarte un pedacito de Miami Beach a casa.

El paseo continúa hacia Española Way y Lincoln Road, el distrito comercial por excelencia de la ciudad. En total, 1,5 km de recorrido peatonal con todo tipo de tiendas y restaurantes, pero también galerías de arte, como la de Romero Britto, toda una institución en Miami y donde encontrar sus coloridos lienzos, pero también esculturas, camisetas y todo tipo de recuerdos con su reconocible sello.

Vista de la calle peatonal Lincoln Road, en Miami Beach
Lincoln Road. Foto: Mar Nuevo.

Lincold Road alberga, además, exuberantes palmeras y arte público, así como muestras temporales, como la que ha llevado durante la Semana del Arte este año la gigantesca escultura cinética Burning Man R-Evolution de Marco Cochrane, con 13,7 metros de altura y 14.500 kg equipada con 16 motores que hacen moverse el pecho de un cuerpo femenino que, más allá de la carga sexual, representa la fuerza y la liberación de la mujer.

Tras las compras, aprovecha para cenar en alguno de sus locales, con propuestas de todo tipo de cocinas imaginables. Muy recomendable, Havana 1957 es un restaurante que nos transporta a La Habana de los años 50.

Especializado en ron (no te pierdas sus sabrosos cócteles) y lleno de recuerdos y fotografías, cuenta también con una terraza sobre el paseo donde disfrutar de sus platos, entre los que destacan los tamales, las empanadas de ropa vieja, el cóctel de camarones, el churrasco a la cubana o el pantagruélico sándwich cubano.

En la misma calle, el hermoso Colony Theatre y The New World Center acogen espectáculos y conciertos.

La mejor zona para salir de fiesta es Ocean Drive. Foto: Mar Nuevo.

Sin embargo, para vivir la auténtica fiesta de Miami Beach hay que volver a la zona de Ocean Drive. Aquí mismo se encuentra el legendario Nikki Beach Miami, con distintas zonas de bar, pub y restaurante. Más tipo discoteca es LIV Nightclub, por cuyas cabinas pasan los DJs más famosos del mundo como DJ Tiesto o David Guetta, pero también celebrities y otros VIP.

Y, como gran descubrimiento, nos quedamos con Twist, un club de ambiente LGTB+ donde es imposible aburrirse: tiene siete barras y todo tipo de salas con músicas y atmósferas muy diferentes, DJs, drag queens y fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Villa Casuarina, la que fuera mansion de Gianni Versace, es hoy un hotel boutique con restaurante y club. Foto: Mar Nuevo.

Día 3, bici, playa y brunch de altos vuelos

Coge fuerzas en el desayuno porque hoy toca pedalear. En el Hotel Cadillac disponen de bicicletas de préstamo gratuito (si no, siempre están las del servicio público Citi Bike) perfectas para recorrer el Miami Beach Boardwalk, un sendero que rodea toda la ciudad en aproximadamente 9 millas (14,5 km) entre las calles 1 y 87 y siempre mirando al mar.

En sentido sur, atravesaremos Mid Beach sobre la que se asientan algunos de los hoteles diseñados originalmente por el maestro del art dèco Morris Lapidus como Fontainebleau Miami Beach y Eden Roc Miami Beach. No dejes de echar un vistazo, en la terraza del Faena Hotel, a la escultura Gone But Not Forgotten de Damien Hirst, un enorme esqueleto de mamut lanudo bañado en oro que descansa dentro de una vitrina en la terraza de la piscina.

Cada poco tendrás que parar a hacer fotos a las instagrameables casetas de los socorristas (y aprovechar para darte un baño en la playa de aguas transparentes que esperan tras las dunas) antes de atravesar Lummus Park, que discurre en paralelo al sendero entre las calles 5 y 14, y donde siempre hay gente jugando al voleibol o haciendo dominadas (y luciendo cuerpazo) en su gimnasio al aire libre Muscle Beach.

South Pointe Park. Foto: Mar Nuevo.

En el extremo sur de Miami Beach, se abre South Pointe Park, otro gran espacio verde junto al mar, en este caso con jardines, áreas infantiles, senderos y un muelle que se adentra en el océano para disfrutar de vistas panorámicas que incluyen el Downtown Miami y las terminales de cruceros. Busca dentro del parque Smith & Wollensky, un restaurante con una gran terraza exterior y vistas al canal, así como a Fisher Island y la ciudad de Miami.

En el extremo opuesto, el paseo conduce a North Beach, con playas menos conocidas y, por ello, más tranquilas y de ambiente más familiar. Tras atravesar Allison Park, con sus esculturas de tortugas marinas, concluye en North Beach Oceanside Park, con espacios para pícnic y parrillas entre senderos sinuosos y vegetación a dos pasos del océano.

Entre las mejores playas de la zona, Hallandale Beach y Haulover Beach, cerca de Bal Harbour y Sunny Isles Beach, en ambos casos con grandes extensiones de arena blanca y aguas cristalinas y, la última, con una sección nudista (una de las pocas en Miami).

Más tranquilas y familiares, las playas de North Beach. Foto: GMCVB.

A punto de despedirnos de Miami Beach, nos ponemos bien guapos para disfrutar de uno de los brunch más exclusivos de la ciudad, el que sirve Mila. Recomendado por la Guía Michelín, cuenta con diferentes conceptos, todos guiados por una suerte de viaje culinario que va desde el Mediterráneo hasta Japón y que incluye una barra omakase y un espacio solo para socios, así como una azotea en la cuarta planta donde se sirve cada domingo este desayuno tardío que acaba siempre en fiesta.

De acuerdo, no hemos venido a Miami a comer jamón ibérico. Pero no le vamos a decir que no, sobre todo si es Cinco Jotas que un camarero está cortando al momento. Tampoco hay que negarse a las ostras y el caviar que se sirven ilimitadamente en medio de un ambiente que respira lujo sereno y donde los acabados de madera se mezclan con piedra y tejidos naturales, esculturas, pinturas y artesanías en cerámica o metal.

Mientras sopla la brisa del Atlántico (hay salón interior y terraza que se abre entre vegetación y fuentes de agua), el festín continúa con la sección de quesos, embutidos y ensaladas, mezze con riquísimos hummus, caviar de berenjenas y tzatziki, ceviches y una surtidísima barra de sushi, shasimi y makis.

El mejor brunch de Miami Beach en Mila. Foto: Mar Nuevo.

Entre las propuestas calientes, deliciosos huevos Benedict o tortillas al gusto, salmón a la brasa, chuletas New York y deliciosos platos a la robata como pollo, verduras y cordero. Aunque parezca imposible (todo se sirve sin límite y siempre luce impecable), hay que dejar sitio para el postre, que tiene reservada una zona con todo tipo de tentaciones dulces que van desde macarons a sorbetes, brochetas de frutas y chocolate, waffles o pasteles.

El precio parte de 100 dólares con bebidas sin alcohol y varía en función de la propuesta líquida, que va desde champagne rosé N.V. Voirin-Jumel Tradition (130 dólares) a Dom Perignon Brut 2013 (320 dólares) pasando por Ruinart Rosé RV (165 dólares).

La salida del vuelo o del crucero se acerca. Pero, antes, para poner el broche a estas 48 horas en Miami, aún da tiempo a un plan más: si te apetece cultura, dirígete a The Bass, un museo de arte contemporáneo con una interesante colección, WEAM, el único museo de los EE UU dedicado al arte erótico o The Wolfsonian-FIU, un espacio dedicado al diseño que sirve, a través de piezas de mobiliario, artes decorativas, objetos, libros, pósteres y otros objetos, para entender los cambios políticos y sociales entre 1885 y 1945.

Crandon Park beach. Foto: GMCVB.

Si quieres terminar con la imagen de una playa en la retina (una realmente espectacular), pon rumbo a Crandon Park Beach en Key Biscayne, un arenal de 5 km y aspecto salvaje con playas que emergen entre manglares y altísimos cocoteros y donde es posible practicar kayak y snorkel (y ver la impresionante vida marina a pocos metros de la orilla). Y, todo, con una de las mejores vistas del skyline de la ciudad.

Nuevo vuelo directo Barcelona-Miami

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Desde 199 euros por trayecto, la ruta replica la filosofía ‘fly your way’ de la compañía con una experiencia totalmente personalizada donde se puede escoger pro anticipado desde la anchura del asiento a los menús en los diferentes servicios de comida.

Asientos en la clase premium economy de Level
Clase premium economy Level. Foto: Mar Nuevo.

Para un viaje tan largo, merece la pena decantarse por la clase premium economy, con una cabina más exclusiva y silenciosa y asientos con un plus de comodidad, mayor espacio entre ellos y más reclinación. Esta opción permite, además, embarque prioritario, flexibilidad de cambios y un kit de viaje muy divertido que se presenta en una botella de agua rellenable a la que darás mucho uso durante la estancia en Miami.

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