Andorra, el micropaís más curioso

Durante siglos nadie se acordó de Andorra. Remanente de los antiguos principados feudales, en la Edad Media creó una fórmula política de dos copríncipes que le permitió sobrevivir durante siglos a la convulsa historia europea, y crear una identidad que no es española ni francesa, sino que es pirenaica. O andorrana, más bien.

Que un estado tenga menos de 470 km2 ya es una rareza, lo que lo ubica en el extraño podio de los 20 países más pequeños del mundo.

La fórmula de los copríncipes permitió a Andorra sobrevivir en la agitada historia europea de los últimos ocho siglos

Pero no es la única curiosidad de esta nación rodeada de montañas, que de tener una economía rural de subsistencia pasó a ser un potente centro bancario y financiero, además de ofrecer una variada propuesta de turismo activo con sus pistas de nieve en el invierno y de senderismo y bicicleta el resto del año.

Territorio de bosques

Su pequeña geografía encierra varias sorpresas: el 90% de su territorio es forestal, donde se encuentran 60 lagos custodiados por 70 picos, varios de ellos cerca de los 3.000 metros de altura.

Y de esa superficie, un 10% fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con sitios de gran valor paisajístico e histórico como el Valle del Madriu-Perafita-Claror.

Un país para conocer a pie

Hay pocos países que se puedan recorrer a pie. Descartando El Vaticano o Mónaco quizás podríamos nombrar a San Marino o Liechtenstein. Y Andorra, claro. Porque este estado cuenta con cientos de rutas para hacer en bicicleta o a pie.

Uno de los recorridos más completos es el de Coronallacs, un trazado circular de 92 km con salida y llegada en Escaldes-Engordany, que conecta los cuatro refugios de alta montaña; y que se puede hacer en cinco etapas a una media de 18 km diarios, según el estado físico del excursionista.

El Parlamento de 28 miembros

Entre sus curiosidades políticas, Andorra cuenta con un parlamento de solo 28 miembros, lo que lo lleva a ser uno de los más pequeños del mundo.

Pero también es uno de los más antiguos, porque su creación data de 1419. Si se visita la Casa de la Vall, la antigua sede, se puede conocer la cocina donde los representantes de las siete parroquias comían y debatían.

En el antiguo parlamento los consellers debatían pero también comían y dormían, porque era imposible regresar a sus pueblos en el día

Y en esta casa dormían, porque los caminos rurales del principado hacían imposible ir y volver en el día.

En la antigua sala de debates aún existe un armario con siete llaves, donde cada conseller tenía una de ellas, y que se usaba para guardar los documentos más importantes.

Otros datos políticos curiosos son que las mujeres mayores de 25 recién obtuvieron el derecho a voto en 1970 (edad rebajada al año siguiente) y que la primera constitución fue sancionada en 1993.

Concentración de museos y templos románicos

Aunque tiene poco más de 77.000 habitantes Andorra tiene una de las mayores tasas de museos por kilómetro cuadrado del mundo.

En sus núcleos urbanos se cuentan 20 museos, como el Carmen Thyssen Andorra, el de Casa Rull en Sispony (La Massanna) que permite conocer cómo era la antigua vida rural, el del Centro de Arte de Escaldes-Engordany con maquetas de arte románico, o el nuevo Espai Columba, con una fascinante inmersión multimedia a este arte medieval.

Precisamente en las montañas y en medio de sus ciudades hay unas 40 iglesias y santuarios románicos, entre las que destacan la de Santa Coloma (con su curioso campanario lombardo) y la de Sant Miquel d’Engolasters, que atesora un llamativo conjunto artístico.

Curiosidades de las alturas

Ubicada a 1.050 metros de altura, Andorra la Vella es la capital de un estado más alta de Europa. Allí se concentra la mayor oferta gastronómica, comercial y residencial del principado, y no deja de llamar la atención su intenso ritmo urbano rodeado por la calma de los Pirineos.

Otra curiosidad relacionada con las alturas es el nuevo puente tibetano ubicado en la parroquia de Canillo, que con 603 metros de largo es el segundo más largo del mundo.

Cuelga a 160 metros de altura, y al atravesarlo se puede contemplar la belleza del Valle del Río.