Este es el pueblo más bonito de Málaga (y no es de extrañar)

La imagen de un pueblo de casas blancas con geranios rojos se repite en varios puntos de la provincia de Málaga. Pero Frigiliana es diferente. Les contamos por qué

Frigiliana, uno de los pueblos más bonitos de Andalucía. Foto Turismo de Andalucía

 A 55 kilómetros de la ciudad de Málaga y a solo siete de Nerja está Frigiliana, que más allá del orgullo de los locales, muchos visitantes coinciden en que es uno de los pueblos más bonitos de la Costa del Sol. Y varios afirman que debería estar primero en cualquier listado de preferencias.

Muy cerca del Mediterráneo, rodeado del Parque Natural de Tejeda-Almijara, es una de las joyas de la Axarquía; donde los vecinos se toman el cuidado y limpieza de sus calles con el mismo honor con que mantienen el estilo de paredes encaladas y puertas o marcos de ventanas de colores intensos, con el toque adicional de geranios rojos o rosados.

Su complicada orografía se sortea con cuestas y escaleras, con el suelo empedrado y que en muchos casos presentan dibujos de formas geométricas.

Las calles empinadas y las macetas con plantas se repiten en cada barrio. Foto: Turismo de Andalucía

Desde la Calle Real subiendo por Frigiliana

La Calle Real es la principal vía de comunicación del casco antiguo, la única que puede ser transitada por vehículos, y que como ramas de un árbol salen las calles estrechas y los callejones que se expanden por el barrio.

El punto en que la Calle Real se divide con la cuesta del Apero es uno de los rincones más fotografiados de Frigiliana

En un momento el visitante se encontrará que la calle se bifurca en una arteria con escalones, que es la cuesta del Apero, quizás el punto más fotografiado del pueblo.

Desde varios rincones para admirar el pueblo. Foto: Turismo de Andalucía

Miradores y atalayas

Otra de las calles más bonitas es El Zacatín, mientras que en el sector del Barribarto se llega al Callejón del Peñón, donde hay unas hermosas vistas del pueblo y de la costa cercana de Nerja.

Otro mirador recomendado es el de la calle Santo Cristo; pero si se quieren atrapar las vistas más altas, hay que estar preparado para subir al Castillo de Lízar.

En un estado de ruinas, se encuentra en la cima del Cerro La Sabina, al que se llega tras una caminata de al menos media hora cuesta arriba. Pero el esfuerzo vale la pena.

La herencia árabe

Volvamos al Barribarto, catalogado como es uno de los barrios árabes mejor conservados de España y declarado Conjunto Histórico Artístico en 2014, donde a cada paso se ve la influencia mudéjar en las viviendas.

En sus calles blancas sazonadas con el rojo de las flores una serie de 12 azulejos relatan la rebelión de los pobladores árabes ante la avanzada de la conquista cristiana en la Edad Media.

El Barribarto es uno de los barrios árabes mejor conservados de España

Terraza de la Casa del Apero. Foto: Turismo de Andalucía

Para organizarse en una visita se sugiere comience en la Casa del Apero, donde se encuentra la oficina de turismo (no dejes de subir a su mirador) y en cuya arquitectura tradicional también funciona el Museo Arqueológico y la Casa de la Cultura.

Se trata de una vivienda del s.XVII que había sido construida como caseta para guardar los animales y las herramientas de trabajo, motivo de su nombre actual.

La fábrica de miel

El palacio renacentista de los Condes de Frigiliana, que data de 1620, no solo es interesante por su arquitectura histórica sino porque allí está la única fábrica de miel de caña de azúcar de Europa.

Si bien está cerrada al público cada tanto organizan visitas guiadas, por lo que hay que consultar a la dirección de turismo local, recuerdan en Turismo de Andalucía.

Vistas panorámicas de Frigiliana. Foto: Turismo de Andalucía

La fábrica fue uno de los motores que impulsó la economía local en su transición de aldea árabe a pueblo cristiano, y en los bajos se encuentra la tienda Artesanía de Frigiliana, ideal para llevarse un recuerdo auténtico.

Como en tantos lugares, esta transición también alcanzó al plano religioso, como se ve en la iglesia de San Antonio de Padua que se construyó en 1676 sobre los restos de una mezquita árabe.

La convivencia de tres culturas

A pesar de estos choques culturales y sociales Frigiliana ha tenido fama de ser uno de los núcleos más tolerantes entre musulmanes, judíos y cristianos.

Iglesia de San Antonio de Padua. Foto: Turismo de Andalucía

Esta convivencia ha quedado reflejada en la Fuente de las Tres Culturas, construida en mármol a la que se llega tras circular sobre el callejón del Inquisidor (vaya metáfora urbanística), donde se representan la cruz, la medialuna y la estrella de David en una estructura geométrica.

Esos mismos símbolos se repiten en una escultura de nombre similar ubicada a pocos minutos, un interesante recuerdo de este pueblo que brilla en la Axarquía malagueña.

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