Viaje por la belleza sin igual de las islas griegas

El libro ‘Islas griegas’ invita a descubrir nuevas miradas del mosaico de rocas, pueblos, tabernas, playas y molinos que se despliegan en el mar Egeo

Una de las tantas ermitas aisladas en las islas griegas. Foto Katerina Katopis Lykiardopulo

El mar Egeo es un lienzo de un azul tan intenso que parece creado por Photoshop, que se expande por 240.000 kilómetros cuadrados y baña las costas de cientos de islas. Habitadas hace 5.000 años, en ellas se han tejido los mitos griegos que han dado origen a la civilización occidental, y en su presente están aquellas que son mecas turísticas y otras que viven en su economía agrícola como si el tiempo no hubiera pasado.

La fotógrafa, periodista y aficionada a la aviación Katerina Katopis-Lykiardopulo ha visitado más de 100 países pero asegura que “no hay lugar como Grecia”.

Sus fotos y los textos de Chrysanthos Panas son el billete para un viaje diferente en Islas Griegas, un lujoso libro de Assouline que se pondrá a la venta el 11 de abril.

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El portal a una dimensión sin tiempo

“A pesar de ser pequeñas en tamaño, las islas del Egeo están tan atadas al pasado, el presente y el futuro de la civilización que dan la impresión que los tres estados temporales ocurren al mismo instante, como si respirar su aire salado nos transportara a una dimensión sin tiempo”, indica Panas.

“En las islas del Egeo da la impresión que el pasado, presente y futuro ocurren al mismo tiempo”.

Chrysanthos Panas
Las islas griegas son escenarios de numerosas producciones de moda. Foto Katerina Katopis Lykiardopulo

Quien haya estado allí recordará la perpetua presencia del azul, el mismo tono potente que Grecia exhibe en su bandera, el que se pintan las cúpulas de las iglesias que hacen juego con el mar, los marcos de las puertas y ventanas que contrastan con las paredes encaladas, y los mascarones de las barcas de pescadores que descansan en las playas de guijarros.

Como recuerda el autor, ese despliegue cromático llevó al poeta y premio Nobel Odysseas Elytis a escribir “¡Oh, Dios, usas tanto azul que no podemos verte!”.

La postal más famosa de Santorini. Foto Katerina Katopis Lykiardopulo

Un viaje fotográfico por el Egeo

En estas imágenes vemos las casas de piedra de Sifnos, donde sus restaurantes tienen una de las preparaciones más sabrosas de los frutos de mar.

Están los molinos de viento de Koundouros, en la isla de Kea (cerca de Atenas), que fueron convertidos en coquetos apartamentos; las escalinatas para llegar a Chora, capital de Milos (sí, la de Venus) con el mar turquesa a sus pies; los corales de Sarakiniko, las huellas venecianas de Folegandros y las ruinas de la Grecia Antigua como las de Naxos.

Hay islas demasiado famosas por el turismo como Mykonos o Santorini, con sus piscinas infinitas que se asoman al precipicio y sus hoteles boutique; pero también muchas otras que escapan al radar turístico y que son como cajas de Pandora para conocer una belleza que se queda corta en superlativos.

La fotógrafa captura momentos únicos de la belleza helénica. Foto Katerina Katopis Lykiardopulo

Están los templos solitarios como el de Folengandros en medio de una vegetación que lucha contra las rocas, las casas de Amorgos que trepan por los acantilados como si fueran enredaderas de ladrillos y cal, el pequeño laberinto cuesta arriba de Astypalaia, la magia de Hydra que hechizó a Leonard Cohen y Henry Miller y el mosaico de casas de paredes amarillas y techos rojos de Kastellorizo .

Moda, celebridades y tradiciones

Los colores de las islas griegas se han usado infinidad de veces en fotografías de moda, como son testigos las imágenes de producciones en Paros o Santorini.

Como imán de celebridades, cada tanto se cuelan fotos de archivo como la de David Bowie en Patmos, de Sofía Loren en un alto de la película La sirena y el delfín (filmada en 1957 en la citada Hydra); o de Jacqueline Onassis paseando en carruaje por las estrechas calles de Spetses.

Las islas griegas invitan a realizar un viaje como el de Ulises en la ‘Odisea’, para descubrir un mundo nuevo y volver a casa rejuvenecido

Además se ven imágenes con décadas a sus espaldas que muestran procesiones en puertos minúsculos, pulpos secándose al sol, bailes tradicionales o a niños jugando bajo un sol de justicia.

Un barco navega por el azul profundo del Mar Egeo. Foto Katerina Katopis Lykiardopulo

Recuerdos de la Odisea

“Viajar por las islas griegas es una experiencia comparable a la de la Odisea. Navegar estos mares es un viaje por el mundo, donde se conocen personas y descubren nuevas experiencias, y en la que se regresa a casa rejuvenecido y tras haberse reencontrado con uno mismo”, dice Panas.

Quizás no tengamos a Ulises como guía, pero este libro es una interesante puerta para asomarse al Egeo y descubrir el fascinante microcosmos de la polinesia griega.

a.
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