Emily en París: las localizaciones más fascinantes de la segunda temporada

París sí, pero también Saint-Tropez y Versalles: la segunda temporada de Emily en París te hará desear volver a recorrer todos estos lugares increíbles de Francia

La serie vuelve a jugar con París como uno más de los personajes. Foto: Netflix.

Te pudo gustar o no, no vamos a entrar si cae en clichés o es una oda a la frivolidad, pero si algo es absolutamente indiscutible en la serie Emily en París -que, por cierto, ha conseguido colocarse entre lo más visto de Netflix desde el estreno el 22 de diciembre de su segunda temporada tras alzarse en 2020 como la serie de comedia más vista de la plataforma- es que retrata una París preciosa.

Estrenada en plena pandemia, los primeros capítulos fueron todo un soplo de aire fresco a nuestro encierro y un regalo –no aceptamos la discusión- a la vista, con paseos por los jardines de Luxemburgo, aperitivos en el Café de Flore, running por las orillas del Sena, trabajo en la Place de Valois, fiestas con vistas a la Torre Eiffel y hasta una noche en la Ópera Garnier.

La serie, protagonizada y producida por Lily Collins, también nos regaló un fabuloso vestuario, en este caso diseñado por Marylin Fitoussi y Patricia Field, la estilista que creó los looks más icónicos de Carrie Bradshaw para Sexo en Nueva York, y que dejó tras de sí millones de compras de boinas o gorritos bucket (aquí tampoco cabe la discusión).

De viaje con Emily en París

En esta segunda temporada seguimos de nuevo a Collins en el papel de Emily Cooper y en su vida como publicista norteamericana en París. Ya más asentada en la ciudad –aunque, es cierto, sin progresar mucho con su francés ni acabar de entender las costumbres galas-, Emily trata de centrarse en el trabajo y salir airosa de un triángulo amoroso con su vecino Gabriel (Lucas Bravo) y Camille (Camille Razat) para lo que se centra en el trabajo.

Además de plazas y rincones de París, la segunda temporada de la serie nos invita a viajar a Saint-Tropez y al Palacio de Versalles

Rodeada de personajes ya conocidos, como su jefa Sylvie Grateau (Philippine Leroy Beaulieu), su amiga Mindy (Ashley Park), o sus compañeros de trabajo Luc (Samuel Arnold) y Julien (Bruno Gouery), y otros nuevos, como su jefa en EE UU, Madelein (Kate Walsh), y Alfie (Lucien Laviscount), Emily sigue recorriendo rincones de París, como el cementerio de Père Lachaise, las riberas del Sena o el Palais Garnier, pero también se aventura más allá de la capital para llevarnos a lugares como Saint-Tropez o el Palacio de Versalles.

Estas son algunas de las localizaciones más fascinantes que podemos ver en la segunda temporada de Emily en Paris.

Lily Collins protagoniza y produce la serie. Foto: Netflix.

Gare de l’Est

Una de las escapadas de Emily en esta segunda temporada tiene como destino la Costa Azul. El punto de partida, además de la Place de l’Estrapade ubicada en el distrito 5 de París donde se encuentra su apartamento, es la Gare de l’Est.

Situada en el distrito 10, el edificio, construido a mediados del siglo XIX, es obra del arquitecto François-Alexandre Duquesney y del ingeniero Pierre Cabanel de Sermet y está catalogado como Monumento Histórico desde el año 1975.

Como curiosidad, de aquí salió, el 4 de octubre de 1883, el primer tren Orient Express con destino Constantinopla. En la actualidad acoge líneas de alta velocidad, tanto nacionales como internacionales, principalmente hacia Alemania y Suiza, como de media distancia, regionales y de cercanías (aunque no a Saint-Tropez, donde se dirige Emily).

Gare de l’est. Foto: Pixabay.

Grand-Hôtel du Cap-Ferrat

Sin olvidar del todo el trabajo, Emily pasa un fin de semana en Saint-Tropez acompañada de Mindy y Camille. Se quedan en el Grand-Hôtel du Cap-Ferrat, una propiedad Four Seasons que, en realidad, no se ubica en esta localidad sino en Saint-Jean-Cap-Ferrat, entre entre Niza y Mónaco, una península conocida por sus magníficos hoteles y jardines y suntuosas villas situadas en un entorno natural.

Epítome de la elegancia en la Costa Azul desde hace un siglo (cuenta también con el distintivo distinción Palace de France del gobierno galo), el Grand-Hôtel du Cap-Ferrat ha contado entre sus huéspedes a Elizabeth Taylor y Winston Churchill y ofrece increíbles vistas al mar, lujosas habitaciones y una cocina provenzal reinterpretada por el chef Yoric Tièche, galardonado con una estrella Michelin, en su restaurante Le Cap Gastronomic.

Grand-Hôtel du Cap-Ferrat. Foto: Four Seasons.

En su también exclusivo Club Dauphin Restaurant, junto a la piscina, podemos ver a Emily disfrutando de la Riviera francesa.

Saint-Tropez

Adicta al trabajo –otra de las críticas a la serie fue que en contraposición con su personaje los franceses son presentados como vagos-, Emily celebra una fiesta para promocionar el champagne de la familia de Camille en un beach club de la Costa Azul.

El ficticio Laurent G es en realidad Paloma Beach y se ubica en la playa del mismo nombre en Saint Tropez.

Otra de las fiestas épicas de este viaje tiene lugar en el opulento palacio Ragazzi House, en realidad el Château Diter, una villa igualmente lujosa de la Riviera francesa.

En Saint-Tropez vemos también a Emily delante del Café Senequier y su famosa fachada roja frente al puerto, en pie desde 1887.

Café Senequier. Foto: Netflix,

Villefranche-sur-Mer

A unos tres km se encuentra el pueblo pesquero de Villefranche-sur-Mer, donde se ubica la pequeña capilla donde Emily se encuentra con Camille y cuyo nombre real es Chapelle Saint-Pierre.

La encontramos en el muelle Courbet de la localidad y está decorada con frescos del artista Jean Cocteau con escenas de la vida en el mar y de la vida de San Pedro.

Chapelle Saint-Pierre. Foto: Netflix.

La Samaritaine

Amante de la moda, Emily frecuenta lugares como La Samaritaine, unos grandes almacenes recientemente reformados y actualmente emblema de la firma de lujo Louis Vuitton y que aparecen hasta en dos episodios, el primero de ellos en un enredo a cargo de Petra, uno de los nuevos personajes al que da vida la actriz francesa Daria Panchenko.

Remodelado por el grupo LVMH, La Samaritaine ha reabierto recientemente sus puertas. Foto: Getty Images.

También aparecen las famosas (y lujosas) Galerias Lafayette Haussmann; concretamente su restaurante Tortuga, que corona el buque insignia de la compañía en el Boulevard Haussman y que ofrece increíbles vistas a la Ópera Garnier.

Restaurante Tortuga. Foto: Netflix.

Cementerio Père Lachaise

El día de su cumpleaños, Emily se da un paseo por el Passage Choiseul (Place du 11 de noviembre de 1918), una galería acristalada en el distrito de la Ópera de París que data del siglo XIX, si bien fue restaurada y reabierta en 2013. Acoge restaurantes, pastelerías, tiendas de ropa y galerías de arte.

Ese mismo día y para celebrar su cumpleaños, su compañero de trabajo Luc la lleva al cementerio Père Lachaise. Sentados a pocos metros de las tumbas de Honoré de Balzac o Eugène Delacroix, este trata de que la americana comprenda que es es imposible apreciar la vida “sin contemplar la muerte”.

Cementerio Père Lachaise. Foto: Fabrice Nerfin | Unsplash.

En Père Lachaise también están enterrados Jim Morrison, Edith Piaf (cuya música suena a menudo en Emily en París) y Oscar Wilde, entre otros.

Además, Luc descubre a Emily otros lugares como Cinema Le Champo o, simplemente, Le Champo. Calificado como monumento histórico en 2000, este lugar es ya un clásico del cine, con apariciones como en la cina Jules et Jim de François Truffaut.

Café Marly

Una de sus glamourosas comidas de trabajo tiene lugar en el Café Marly, precisamente en el primer capítulo de la nueva temporada. Situado a pocos metros de la pirámide del Louvre y la entrada principal del museo, es un restaurante de lujo que existe en la realidad. Lo encuentras en el 93 de Rue de Rivoli.

Café Marly. Foto: Netflix.

Perrotin Paris

El lugar donde trabaja Camille es una galería de arte real, Perrotin Paris, fundada en 1990 por el marchante de arte Emmanuel Perrotin y ubicada en el 76 de la Rue du Turenne, muy cerca del museo Picasso y con sedes en Nueva York, Hong Kong, Seúl, Tokio y la ciudad favorita de Mindy, Shanghái.

Precisamente Mindy comienza a trabajar en un nuevo lugar que, aunque por las tomas exteriores parece el teatro Nouvelle Eve, en realidad, según Tudum, se rodó en Roxie, un club con música en vivo ubicado en el distrito 8.

También la veremos cantando delante de la Fontaine Saint-Michel en el Barrio Latino.

Mindy cantando delante de la Fontaine Saint-Michel. Foto: Netflix.

Palacio de Versalles

Otro de los momentos cubre de la temporada tiene lugar fuera de la ciudad de París, concretamente un desfile de moda que se organiza en el Palacio de Versalles.

El suntuoso Salón de los Espejos será el escenario de la presentación de la nueva línea de lencería del diseñador Gregory, con guiño a María Antonieta incluido.

El Palacio de Versalles también tiene su aparición estelar. Foto: Netflix.

Pont Neuf

Y aunque el Pont des Arts aparece varias veces a lo largo de la segunda temporada de la serie, la escena final de esta entrega tiene lugar en otro puente, Pont Neuf, donde la protagonista reflexiona sobre su futuro asomada a las aguas del Sena. Y, por si lo estabas dudando, por supuesto, de esa decisión dependerá la tercera temporada de Emily en París.

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