Sierra de Francia: estos son los pueblos más bonitos de Salamanca

El toque pintoresco de pueblos como Garcibuey, Herguijuela de la Sierra, La Alberca y Miranda del Castañar invita a desconectar en la naturaleza de Castilla y León

La Alberca

Soportales de la plaza Mayor de La Alberca. Foto: ©Javier Prieto Gallego.

La Sierra de Francia, en la provincia de Salamanca, no es una división territorial sino un concepto, una identidad que reúne a una quincena de pueblos de arquitectura serrana, con valles en los que se descubren castillos y palacios y yacimientos arqueológicos; un patrimonio cultural que se complementa con su calendario de tradiciones y fiestas.

La Mancomunidad se presenta como el “espacio que más conjuntos históricos atesora en toda la provincia” salamantina, donde varias de sus pequeñas localidades forman parte de la red de ‘Pueblos más bonitos de España’.

Veamos algunos de ellos

Garcibuey

Garcibuey presenta una interesante síntesis de pasado y futuro. Es un fiel ejemplo de la arquitectura serrana con sus casas de pizarra, adobe y piedra, la iglesia románica de San Andrés, la ermita del Humilladero o las cercanas pinturas rupestres de la Hoyita del Coscorrón.

Vistas de Garcibuey. Foto Javier Prieto Gallego

Pero allí también hay un interesante circuito de arte urbano con 19 murales de formatos medio y grande, donde se mezclan retratos hiperrealistas, pinturas naif o animales de estética steampunk.

Herguijuela de la Sierra

Más pinturas rupestres se pueden encontrar en el Risco de los Altares, cerca de Herguijuela de la Sierra, en un valle donde suelen aparecer huellas fosilizadas de antiguos tribolites.

Garcibuey cuenta con un curioso circuito de arte urbano con 19 murales que decoran fachadas y muros del pueblo

El olmo de Herguijuela de la Sierra. Foto Javier Prieto Gallego

La localidad de empinadas calles, de arquitectura popular, tiene una iglesia de s.XVI dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y un olmo que domina la plaza y que solía ser el centro de vida social.

La Alberca

Este fue el primer pueblo de España declarado Conjunto Histórico, gracias a la belleza de su casco antiguo con calles que recuerdan a la judería, con casas de piedra y balcones con entramado de madera y siempre lleno de flores, como las de la Plaza Mayor.

Sierra de Francia

El pueblo tiene una larga tradición de artesanías textiles, como los trajes de vistas que destacan con sus bordados de vivos colores, que suelen decorar los balcones en la fiesta de Corpus.

Las Casas del Conde

En la margen izquierda del río Francia se encuentra esta localidad que goza de un microclima que permite crecer los narcisos en enero, así como bancales de olivos y vides que comparten los huertos con árboles frutales; mientras que alrededor del pueblo se encuentran bosques de robles, castaños, alisos y fresnos.

Las Casas del Conde. Foto Javier Prieto Gallego

Las calles, irregulares y paralelas al río, suelen desembocar en antiguas cruces de piedra que conducen al Calvario. A no perder de vista los balcones tapizados de geranios de colores.

Miranda del Castañar

Otro lugar declarado conjunto histórico y que suele estar entre los pueblos más bonitos de España.

Ubicado en una loma abrupta y en el cruce entre los ríos Francia y Alagón, su antiguo casco urbano fue inexpugnable durante generaciones.

La estratégica posición de Miranda del Castañar. Foto Javier Prieto Gallego

Entre las casas de arquitectura popular serrana sobresalen palacetes blasonados, así como una interesante iglesia gótica y el sobrio castillo del Conde de Miranda, del s.XV.

Mogarraz

Mogarraz también suele destacar a la hora de buscar los pueblos ideales para una escapada.

En Mogarraz el sonido del agua es permanente por los numerosos regueros o los 400 caños de los que brota el líquido

Retrato de la exposición Retrata2-388 de Mogarraz. Foto Javier Prieto Gallego

Rodeado de bosques atlánticos de robles y castaños, con calles estrechas y sinuosas donde se escucha cómo el agua transcurre entre regueros o brotando de sus 400 caños, tiene una larga tradición de bordados serranos y joyerías.

Entre sus atractivos históricos estám la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, la cruz de los judíos y el Calvario.

San Martín del Castañar

Este pueblo fue uno de los primeros en ser Conjunto Histórico Artístico de la provincia, gracias al buen estado de edificios como el castillo medieval con sus torres que funcionan como mirador, la iglesia de San Martín de Tours del s.XIII y la plaza de toros del s.XVIII.

Paseo peatonal de San Martín del Castañar. Foto Javier Prieto Gallego

Cerca, las aguas del arroyo Canderuelo presenta pozas y cascadas que son buscadas por residentes y visitantes en verano. En la zona está el yacimiento visigodo de La Legoriza, rodeado de olivares y molinos harineros.

Sequeros

Esta joya de la Sierra de Francia, ubicada a 950 metros, es un magnífico atalaya para contemplar los valles, sobre todo si uno se acerca al Mirador de la Cruz.

Calles con entramados en Sequeros. Foto Javier Prieto Gallego

Su casco urbano tiene huellas de las culturas árabe y judía, con callejuelas sumamente estrechas como la del Infernillo o la del Concejo, con balconadas que están a punto de tocarse, y con rincones como la plaza Eloy Bullón o la iglesia parroquial.

Sotoserrano

La arquitectura del pueblo es la típicamente serrana, con detalles como la Plaza Mayor o la iglesia románica de Nuestra Señora de la Asunción.

El curioso meandro de Melero. Foto Shutterstock

El Meandro del Melero es una curiosa formación natural donde el río Alagón da un giro de casi 360 grados

Pero uno de sus grandes valores es el curioso Meandro del Melero, donde el río Alagón entra en la provincia de Cáceres y se enrosca en torno a la isla de Romerosa, en un giro de casi 360 grados.

Villanueva del Conde

En este pueblo las casas tienen patios interiores, llamados huertinas, a las que solo se pueden acceder desde las viviendas o a través de un entramado de callejinas.

Olmo e iglesia de San Sebastián y San Fabián en Villanueva del Conde. Foto Javier Prieto Gallego

Las fachadas presentan pórticos de piedra, llamativas escaleras exteriores y paredes de tramonera.

La tradición del bordado se ha reinterpretado con esgrafiados y mosaicos que adornan varias de las casas.

a.
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