Salga el sol por Antequera, una ciudad de primera

Antequera posee el 80% del patrimonio monumental de la provincia de Málaga. Una ciudad que sorprende por su belleza, gastronomía y vida

Vista de Antequera desde la Alcazaba. Foto: Turismo de Andalucía.

Antequera es una ciudad monumental y ancestral, en la que las leyendas y mitos tienen un papel protagonista. Una de estas leyendas cuenta que, un día del año 1410, el infante don Fernando de Aragón, tras meses sitiando la Antequera tomada por los árabes, tuvo una visión en la que Santa Eufemia –virgen y mártir calcedonia– le animó a realizar el asalto final a la plaza. Al amanecer del día siguiente, Don Fernando reuniría a sus hastiadas huestes y les arengaría con aquella mítica frase de “Salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera”. Y logró su ansiada victoria.

Hoy en día, ese refrán lo utilizamos cuando nos la jugamos en alguna situación de incertidumbre. Algo que no ocurre cuando visitamos Antequera, pues es una ciudad que nunca defrauda al viajero.

Romanos, árabes y cristianos

Un buen recorrido por Antequera debe comenzar en su vieja alcazaba. Aunque la construcción es árabe, al explorarla encontramos también el templo cristiano de la Real Colegiata de Santa María La Mayor –levantada en el siglo XVI en una mezcla de estilos gótico y renacentista– y, junto a ella, en un nivel inferior, las excavaciones arqueológicas que sacaron a la luz un valioso conjunto de termas romanas.

Perfil de Antequera con la característica Peña de los Enamorados. Foto: Turismo de Andalucía.

Y es que ya los romanos edificaron viviendas, calles y estructuras defensivas donde más tarde los árabes erigieron la doble muralla de la alcazaba.

Esas antiguas protecciones siguen hoy en pie, y son, junto a las torres –la del Homenaje, la Blanca y la Torcida–, los jardines y las espectaculares panorámicas, los elementos más atractivos de la alcazaba de Antequera.

Decenas de iglesias y conventos

Desde los distintos puntos de observación de la alcazaba se contempla el bellísimo perfil de Antequera, con sus cientos de tejados rojizos protegiendo del sol y la lluvia a los edificios de fachadas encaladas.

Nada menos que 33 de esos edificios son iglesias. Una densidad espectacular para una ciudad de las dimensiones de Antequera.

Iglesia de San Sebastián en Antequera. Foto: Turismo de Andalucía.

Cuentan que la razón reside en la gran abundancia de familias nobles en la zona, las cuales aprovecharon su poderío económico para financiar la construcción de templos y conventos.

Incapaces de visitar todas, caminamos hasta el encantador barrio del Carmen para conocer la hermosa iglesia de Nuestra Señora del Carmen construida en estilo mudéjar entre finales del XVI y principios del XVII y la céntrica iglesia de San Juan de Dios, de humilde aspecto exterior, pero que cuenta con un interior que es una auténtica joya del barroco andaluz.

En cuanto a los conventos, no nos pudimos marchar de Antequera sin llevarnos algunas cajas de los maravillosos dulces que preparan las monjas de clausura del convento de la Encarnación de las Carmelitas Calzadas.

Interior de la iglesia del Carmen. Foto: Turismo de Andalucía.

Es uno de los más antiguos de la ciudad y en él viven unas doce monjas de las apenas cincuenta que residen en los cinco conventos de vida contemplativa que siguen activos en Antequera.

Un museo de primera calidad

No lejos de allí, asomándose a la Plaza del Coso Viejo, nos encontramos con el bello palacio de Nájera, el cual alberga el Museo de la Ciudad de Antequera, uno de los mejores museos arqueológicos andaluces.

Reformado hace una década, al pasar al interior de su típico patio andaluz entramos en un mundo histórico, en el que se ha desarrollado un encomiable trabajo para difundir, de una manera amena y didáctica, el impresionante legado arqueológico y patrimonial de Antequera.

Museo de la Ciudad de Antequera. Foto: Turismo de Andalucía.

Las distintas salas muestran una gran cantidad de piezas de incalculable valor –todas ellas originales– que van desde la Prehistoria hasta la actualidad, pasando por las épocas de las ocupaciones romana, árabe o visigoda.

Entre todas ellas destaca el Efebo de Antequera, una escultura única, creada en bronce en el siglo I y encontrada de forma casual, por un labrador, en un cortijo en 1955. Tan sólo existen tres efebos como ese en el mundo.

Exposiciones de arte eclesiástico y pinturas contemporáneas completan la colección de un museo imprescindible.

Museo de la Ciudad. Foto: Turismo de Andalucía.

Patrimonio de la Humanidad

Por supuesto, es imprescindible en Antequera disfrutar de sus tres lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2016: el Torcal de Antequera, los Dólmenes de Antequera y la Peña de los Enamorados.

Para visitar el primero de ellos, tendremos que tomar el coche y acercarnos al Paraje Natural Torcal de Antequera. Allí nos encontramos con distintas rutas señalizadas que nos llevan a explorar un paisaje prehistórico en el que la roca caliza ha sido moldeada por los elementos durante millones de años. El resultado es un mosaico de extrañas figuras rocosas entre las que crece la vida.

Paraje del Torcal. Foto: Turismo de Andalucía.

En cuanto a los Dólmenes de Antequera, al visitarlos hallamos tres túmulos distintos, de entre cinco y seis mil años de antigüedad que se encuentran entre los lugares de enterramiento prehistóricos mejor conservados de Europa.

El dolmen de Viera se orientó hacia el Sol –algo habitual en la época–, pero el de El Romeral está mirando hacia el Torcal, mientras que el de Menga, el mayor de todos, saluda a la Peña de los Enamorados.

Esa Peña de los Enamorados forma parte del perfil más reconocible de Antequera. Algunos dicen que parece la cara de un hombre tumbado, pero su nombre deriva de una trágica y pasional leyenda que cuenta la historia de dos enamorados, Tagzona y Tello.

¿Aprecias el perfil de un hombre? Es la Peña de los Enamorados o ‘el indio’. Foto: Turismo de Andalucía.

Ella era una princesa árabe y él un soldado cristiano que había sido apresado por los soldados del padre de Tagzona. El amor surgió entre ellos como una potente llama e intentaron huir juntos. Sin embargo, fueron descubiertos y perseguidos hasta la Peña de los Enamorados, desde la cual saltaron al vacío, abrazados hasta la eternidad.

Excelente gastronomía

Si el desamor no consigue acabar con nuestro apetito, es el momento de degustar lo mejor de la cocina antequerana en un auténtico templo gastronómico: Arte de Cozina.

Allí nos intentan hacer sentir la historia de Antequera a través de la memoria del sabor, y podemos dar fe de que lo consiguen.

Arte de Cozina. Foto: Turismo de Andalucía.

Arte de Cozina –que posee 1 Sol Guía Repsol– es un auténtico viaje culinario en el tiempo orquestado por la gran Charo Carmona, a la que le acompañan sus hijos: Fran, excelente sumiller que se encarga de seleccionar los mejores vinos y vermuts, y Luis, maestro de una cuidada selección de cervezas.

Ellos, y todo el personal de Arte de Cozina, nos hicieron sentir como en casa en su magnífico restaurante que dispones sus mesas en un típico patio andaluz.

Allí hay que probar platos como sus tres distintas porras antequeranas (la típica de tomate, y dos más, de naranja y ajo), el ajopimentón de garbanza, un sabrosísimo caldillo de pintarroja (un pescado de la zona), albondiguillas de bacalao y langostinos con salsa de azafrán, la pelona de lomo de orza (buque insignia de la casa) y un rico surtidos de postres, en el que no podía faltar el bienmesabe antequerano.

Arte de Cozina. Foto: David Escribano.

Una magnífica experiencia que nos dejó un gran sabor de boca y muchas ganas de regresar a Antequera… Y que se ponga el sol por donde quiera.

a.
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