Arte y pasión religiosa: la ruta del Barroco por los pueblos de Sevilla

Dos siglos de arte y religión han dejado obras de arte y una arquitectura barroca fascinante en pueblos como Marchena, Osuna, Écija y Carmona

Osuna es uno de los pueblos de la provincia de Sevilla con mayor patrimonio barroco. Foto Prodetur

Quizás este sea el momento que los pueblos de la provincia de Sevilla estaban esperando. Las restricciones de movilidad han hecho que muchos residentes de la capital conozcan o vuelvan a ver los atractivos de las comarcas, de las pequeñas localidades y los parajes naturales; así como sus atractivos históricos, gastronómicos y culturales.

Según precisó a Tendenciashoy Amador Sánchez Martín, director gerente de Prodetur (organismo de promoción de la Diputación de Sevilla) los alojamientos rurales están protagonizando un boom de reservas, “con los niveles de ocupación más altos de los últimos dos años, incluso mejores que antes de la pandemia”.

No solo es que “los sevillanos están redescubriendo Sevilla”, sino que también se percibe un mayor interés por parte de los viajeros de otras provincias andaluzas así como de otros puntos de España, dijeron mientras que desde los organismos públicos y privados trabajan por reconquistar a mercados emisores europeos como el francés, precisó Manuel Cornax, presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia.

Iglesia de San Juan. Foto Turismo de Écija
Iglesia de San Juan. Foto Turismo de Écija

Las rutas por la provincia de Sevilla

Entre la ciudad de Sevilla y la provincia hay casi 450 bienes de interés cultural, además de unos 120 museos y 40 fiestas declaradas de interés turístico.

Entre sus rutas se encuentran varias gastronómicas, unas cuantas naturales que promocionan sus espacios naturales (una cuarta parte de la superficie es protegida), y hay una media docena de recorridos que permite tener una inmersión por el pasado histórico y cultural de sus tierras.

De todas ellas, elegimos un movimiento artístico y arquitectónico que entre los siglos XVII y XVIII fue impulsado por el fervor religioso (que como se ve en Semana Santa, no se apaga); que no solo tuvo un campo fértil entre los palacios, conventos e iglesias de la ciudad, sino también una docena de pueblos sevillanos, que se pueden descubrir en una ruta por la región central y sur de esta provincia andaluza.

Es un viaje para conocer la belleza de las cargadas ornamentaciones de capillas, retablos, columnas y techos; con yeserías policromadas, pinturas doradas, técnicas como el trampantojo y hasta en detalles como los bordados de las figuras religiosas.

Iglesia de Umbrete, uno de los grandes ejemplos del Barroco. Foto Prodetur

Entre los siglos XVII y XVIII Sevilla y su provincia presenció un auge del arte barroco, que se aplicó en templos, palacios, pinturas y hasta construcciones rurales

Pero el Barroco no se limitó al ámbito religioso, sino que también se expandió en la arquitectura civil como dan fe numerosos palacios, o en ámbitos que tradicionalmente fueron apartados de nuevas corrientes como haciendas o graneros.

Umbrete, Lebrija y Las Cabezas de San Juan

Si tomamos la ciudad de Sevilla como partida la primera escala es Umbrete, a apenas 16 km del centro. Allí está la iglesia Nuestra Señora de la Consolación, con retablos dorados de gran riqueza, templo unido al Palacio Arzobispal, que fue creado también bajo el estilo barroco.

Fachada de la Cilla del Cabildo, en Lebrija. Foto Prodetur

A 80 km al sur se llega a Lebrija, donde hay muestras del mejor barroco andaluz en la iglesia de la Oliva con su torre Giraldilla, o en la actual Casa de la Cultura, antigua Cilla del Cabildo.

Camino hacia Utrera se pasa por Las Cabezas de San Juan, donde el pequeño tamaño de su tejido urbana contrasta con las dimensiones de la iglesia de San Juan Bautista, con una torre y fachada de vistoso colorido y dos retablos dorados de sofisticada factura.

La imponente iglesia de San Juan Bautista, en Las Cabezas de San Juan. Foto Prodetur

El Barroco en Utrera y Morón de la Frontera

Utrera, en las marismas del Guadalquivir, es una ciudad con numerosas muestras de barroco andaluz, donde hasta las torres de los molinos aceiteros están rematados con detalles barrocos.

En Utrera hasta los molinos aceiteros tienen detalles del arte barroco

Este estilo brilla en las puertas monumentales de varias casas que pertenecieron a familias nobiliarias como la del conde de Vistahermosa, en templos como Nuestra Señora de los Dolores o en la compleja pintura mural del Apoteosis de los jesuitas en la iglesia de San Francisco.

Elegante fachada barroca en Utrera. Foto Prodetur

Unos 35 km hacia el este la carretera conduce a Morón de la Frontera, donde con justicia la iglesia de San Miguel Arcángel es conocida como la pequeña catedral de la Sierra Sur.

Allí no solo se ven muestras del Barroco tardío sino también de otros estilos como el gótico.       

El Barroco andaluz en Marchena y Osuna

27 km al norte Marchena da la bienvenida. Esta villa es otra meca del Barroco andaluz, como el coro de la iglesia de San Juan Bautista y la colección de obras de Zurbarán.

También cabe destacar la Casa Fábrica del s.XVIII, el convento de la Concepción en la zona de la Mota, la plaza Ducal con las casas consistoriales y los balcones que durante generaciones fueron usados de balcones en las fiestas populares y religiosas.

Elaborado retablo en Marchena. Foto Prodetur

Dentro y fuera de sus murallas hay varias casas y palacios de aires barrocos, así como otros templos entre los cuales están las iglesias de San Agustín, la de San Sebastián, el convento de San Andrés y la capilla de Nuestro Padre Jesús en San Miguel.

Si lo de Marchena era interesante, atención a Osuna, la siguiente parada. Su centro tiene uno de los conjuntos artísticos mejor conservados en España, como se ve en la gran cantidad de casas y palacios en la calle de San Pedro, entre ellos el del Marqués de la Gomera, con su fachada barroca y una capilla interior, el convento de la Merced y la Cilla del Cabildo.

El listado de edificios civiles y religiosos de ese estilo continúa con el palacio de los Cepeda –actuales juzgados-, los conventos de la Encarnación y de la Concepción y en los retablos de la iglesia de la Concepción y la de San Agustín, magnífica creación de Jerónimo Balbás.

Más arte en Estepa y Écija

Muy cerca está el pueblo de Estepa, donde hay que ver la fachada de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, los retablos de la de Nuestra Señora de los Remedios, y la colección de imágenes y pinturas de la iglesia de San Sebastián.

El barroco andaluz en su máxima expresión en Estepa. Foto Prodetur

Y para tener una perspectiva completa de Estepa, se sugiere subir a la torre de la Victoria, con vistas que se extienden por la campiña sevillana.

Écija, a 38 km al norte, es una de las ciudades históricas que mejor conservan el legado construido en el s.XVIII, con muestras del barroco en todo su esplendor.

Conocida como la ciudad de las torres, por sus 11 campanarios, es impactante ver el despliegue artístico de la iglesia de los Descalzos, así como los templos de Santo Domingo, Santa María, San Juan y del Carmen.

Detalle de un órgano barroco en Écija. Foto Prodetur

Y no se quedan atrás los numerosos palacios que hay en sus angostas calles, como el de Peñaflor (atención al larguísimo balcón de 59 mts), el de Benjamejí (actual Museo Histórico Municipal), el de los Pareja, el de Alcántara o el de Palma, que conserva el exquisito mobiliario de la época.

La última etapa del arte barroco en Sevilla

Tras pasar por La Luisiana y ver su Casa de Postas y los altares de la iglesia de la Purísima Concepción, en Fuentes de Andalucía se puede conocer las obras de la familia Ruiz Florindo que decoraron con su innovador estilo varias casas señoriales, y templos como el de Santa María la Blanca, el monasterio de la Encarnación o la iglesia de San Francisco.

En la iglesia de San Sebastián hay una exposición permanente en el Centro de Interpretación del Barroco, ideal para conocer los secretos de este estilo.

Detalles de la iglesia de la Purísima Concepción, La Luisiana. Foto Prodetur

En la iglesia de San Sebastián hay una exposición permanente en el Centro de Interpretación del Barroco

El convento de San Luis del Monte, en Peñaflor, es una interesante muestra de la transición del Barroco al neoclásico, aunque más puro es el convento de San Luis del Monte.

Al llegar a Lora del Río hay que dirigirse al centro y ver la fachada del Ayuntamiento, y luego buscar dos grandes residencias del s.XVIII: la Casa de los Leones con sus esgrafiados y la Casa de la Virgen, con sus columnas de mármol blanco y su hermoso patio interior.

No muy lejos está la ermita de Nuestro Padre de Jesús, otra interesante muestra de este estilo.

Cúpula policromada en Carmona. Foto Prodetur

Tras desandar 25 km al sur se llega a la última parada, Carmona, villa que se ha postulado a ser elegida Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, precisaron fuentes de Prodetur a Tendenciashoy.

Allí se encuentran tesoros barrocos como las iglesias de El Salvador, la de los conventos de Santa Clara, las Descalzas y Madre de Dios, en el centro de la localidad; así como en la fachada del Hospital de la Caridad y en la iglesia de San Pedro, que como el templo de Oliva, también cuenta con una Giraldilla.

Es que, como suelen decir en los pueblos de Sevilla, “la sombra de la Giralda es demasiado larga”.

a.
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