Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas: el paraíso verde de Jaén
Este es el mayor parque natural de España, un oasis verde con un magnético microclima que entre ríos, sierras y embalses presenta una rica biodiversidad
Vistas del pueblo de Cazorla. Foto Turismo de Andalucía
Aunque el calor puede ser un compañero molesto, el microclima del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (con una media de 20 a 25 grados en verano) puede ayudar a mitigar el bochorno estival.
Este es el parque natural más grande de España y uno de los mayores de Europa, donde sus 214.000 hectáreas se despliegan desde el noreste de la provincia de Jaén hasta el límite con Murcia; como un puente natural entre la Sierra Morena y la cordillera Subbética.
“La belleza de esta región andaluza es incomparable. Grandes sierras con alturas superiores a los 2000 m, como los picos de Cabañas, el alto de la Cabrilla o el de las Empanadas, contrastan con profundas barrancas, como aquellas por las que discurren los ríos Barosa, Maderas o Guadalentín”, expresan en la guía Andalucía Oriental (Anaya Touring); que propone una ruta de 134 kilómetros para conocer los secretos naturales de este parque.
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Esta guía, que se complementa con otro tomo de la región occidental de esa comunidad autónoma, presenta ocho recorridos por los valles y sierras andaluzas, que se suman a la descripción de los atractivos y pueblos de las provincias de Almería, Granada, Jaén y Málaga.
El agua, siempre presente
Volviendo al parque natural, se recuerda que la presencia del agua es constante, tanto por los ríos citados como por la intrincada red de arroyos. Además esta es la cuna del Segura y “el legendario Guadalquivir”, que atraviesa buena parte de Andalucía en su camino al Atlántico.
El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas es el más grande de España
En estos parajes se encuentran tres grandes embalses, el de Guadalmena, el de Tranco de Beas y el de Negratín, cerca de Baza (pero técnicamente fuera de los límites del parque).
Las sierras se presentan “como una enorme masa verde” hasta que se pierde la vista, hogar de 1.300 especies de plantas (con abundantes arbustos y árboles como el pino laricio, carrasco y negral, además de la encina, el roble y el fresno); así como numerosos ejemplares de animales, desde mamíferos como el jabalí, el zorro, la cabra montesa, el ciervo o la jineta. Y de aves como el buitre negro, el águila común, el martín pescador y el quebrantahuesos.
La ruta por el parque natural
En su ondulada geografía se encuentran pueblos como Cazorla, en la entrada del parque, con testimonios históricos como el castillo de la Yedra.
En Burunchel el paisaje de olivos cambia por bosques de pinos y encinas, donde el Mirador de las Palomas permite contemplar el paisaje de montes y barrancas.
El Parador de Vadillo, cerca del embalse del Tranco, es un punto magnético para los que buscan desconectar en la naturaleza.
No muy lejos se llega al nacimiento del Guadalquivir, en las Cañadas de las Fuentes, en un roquedal a 1.330 mts de altura. Hay que seguir su curso y ver cómo se despeña en pequeñas cascadas hacia la presa del Utrero.
Bordeando el Guadalquivir
En las onduladas carreteras se pueden divisar cabras hispánicas y muflones, y así se llega a la laguna de Valdeazores, habitual sitio de pesca de truchas.
En Cañadas de las Fuentes se puede ver el nacimiento del Guadalquivir, y seguir su curso inicial entre pequeños saltos de agua
El camino prosigue paralelo al río y conduce al Centro de Visitantes Torre del Vinagre, donde el viajero se puede informar de los atractivos del parque y conocer en profundidad su naturaleza.
Si no se pudo pescar truchas, a estos peces se los puede ver en la piscifactoría del río Borosa, desde donde sale un camino hacia la Cerrada de Elías entre profundos cañones.
El embalse del Tranco ofrece una de las mejores perspectivas del parque, con una vegetación más escasa y cuya tierra del verde transmuta al rojo vivo.
Pueblos con encanto
Tras pasar por el pueblo de Hornos también se atrapan hermosas panorámicas en el pueblo de Segura de la Sierra, donde también se pueden visitar la casa natal de Jorge Manrique, la torre de Agua y los baños árabes.
Otros pueblos recomendados de la región son Orcera, con sus edificios renacentistas y una curiosa plaza pentagonal; La Puerta de Segura y Puente de Génave, ya en el valle de Guadalimar.
El trayecto termina en Beas de Segura, en un camino que pasa por bonitos sitios como la cañada de Catena y las cuevas de Ambrosio, y que ponen punto final a esta ruta por este inmenso parque natural andaluz para descubrir con calma.
Juan Pedro Chuet-Missé es redactor de Cerodosbé/Tendencias desde 2017, y del Grupo Economía Digital desde 2015. Especialista en destinos fuera de lo común, cultura, estilo de vida, viajes y todas aquellas historias que vale la pena contar.
