A la vieja Toledo le va la vanguardia

Hay una Toledo para descubrir más allá del Greco: restaurantes Michelin, hoteles boutique, arte contemporáneo y arquitectura moderna en la antigua ciudad imperial

Escultura de Eduardo Chillida. Foto Turismo de Toledo

Hace algo más de 20 años Toledo, quizás la más clásica y uniforme de las urbes históricas del país, rompió esquemas (sobre todo mentales) con la inauguración de una llamativa infraestructura al servicio de ciudadanos y visitantes.

Se trata del llamado remonte del Paseo de Recaredo, que comunica las puertas de Bisagra y la del Cambrón. Es decir, la parte baja de la ciudad y su parte más alta, salvando un desnivel de unos 40 metros a través de varios tramos de escaleras mecánicas.

De alguna forma, aquella instalación, obra de los arquitectos José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres, derribó la autocensura que impedía la existencia de intervenciones urbanísticas de estética digamos más “actual” en el casco histórico de Toledo.

Tanto es así que al remonte de Recaredo le han seguido otras iniciativas tanto públicas como privadas que, de alguna forma, están modificando el concepto urbanístico y artístico de la ciudad.

Nuevos aires en Toledo

Quizás no tantas como para proponer una ruta alternativa a los clásicos toledanos: Plaza de Zocodover, Alcázar, Catedral, Museo del Greco, sinagogas, mezquita del Cristo de la Luz, monasterio e iglesia de San Juan de los Reyes…. Pero sí para completar esa visión de conjunto con un contrapunto algo más milenial.

Palacio de los Congresos. Foto Turismo de Toledo

O quizás, como un aperitivo al reclamo que más visitantes trae hasta la ciudad en los últimos tiempos: el parque temático histórico Puy du Fou, abierto durante buena parte del año y que prepara para esta temporada nuevos y llamativos espectáculos.

Rafael Moneo y Eduardo Chillida han dejado sus huellas en los nuevos reclamos arquitectónicos y artísticos de Toledo

En esos nuevos reclamos arquitectónicos y artísticos de Toledo han participado algunos de nuestros más brillantes creadores de las más diversas disciplinas. Con dos abanderados principales: el arquitecto Rafael Moneo y el escultor Eduardo Chillida.

El primero es el artífice del Palacio de Congresos El Greco, edificio inaugurado en el año 2012 en pleno casco histórico y bajo uno de los miradores que se abren al meandro del río Tajo.

Para este proyecto Moneo contó con la colaboración del urbanista Joan Busquets, diseñando un espacio con tres plantas subterráneas, cubiertas por unos jardines: los del Miradero.

El Alcázar y la Plaza de Zocodover vistos desde el Hotel Adolfo

Al gran auditorio, con una capacidad de casi 1.000 personas, se suman otras ocho salas, con una superficie total de más de 12.000 metros cuadrados.

La integración visual de este gran centro en la estética del Toledo histórico es total, gracias a las líneas rectilíneas que lo definen y, sobre todo, al color dorado de los materiales con que está construido.

El legado de Chillida

Respecto a Chillida, el genial artista quiso dejar parte de su legado en Toledo a través de una obra que también se integrara en el paisaje urbano de la ciudad. Se trata de la escultura Lugar de encuentros V, situada en la plaza de Alfonso VI, junto a la Puerta de Bisagra, y concebida al igual que otras obras de la misma serie (como el Peine de los Vientos, en San Sebastián, Elogio del Horizonte, en Gijón, y Sirena Varada, en Madrid) como un nuevo espacio urbano de reunión y el punto de partida para la creación de un museo de esculturas al aire libre.

Un proyecto que sirviera de soporte a obras firmadas por otros grandes representantes de esta disciplina.

Aunque, en el caso de Toledo, esta segunda idea nunca ha llegado a materializarse y la obra tampoco se libró de polémicas de todo signo (como las vergonzantes pintadas xenófobas con que algunos indeseables la quisieron vestir en varias ocasiones, por fortuna ya casi olvidadas).

Sala Miradero del CORPO

Nuevos espacios en viejos soportes

Pero siguiendo la tendencia, en los últimos años se han ido inaugurando en Toledo nuevos espacios en viejos soportes. Uno de los más destacados es CORPO, Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha.

La sede toledana (tiene otra en Cuenca) se inauguró en 2019 en el antiguo Convento de Santa Fe (o de las Comendadoras de Santiago), anejo al Hospital de la Santa Cruz y acoge parte de la colección del artista, coleccionista y filántropo cubano Roberto Polo.

Se trata de un museo público que muestra la evolución de las Bellas Artes desde el siglo XIX hasta nuestros días, con un especial acento en las vanguardias históricas europeas y su evolución. Así, entre las obras hay firmas de visionarios tan geniales como Oskar Schlemer, Kandinsky, Max Ernst, Lazlo Moholy-Nagy, Schmidt-Rottluff o Pestein.

Pero no solo eso: el propósito de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha es aprovechar el soporte que brinda este nuevo espacio expositivo para mostrar las obras de creadores no tan conocidos en España pero fundamentales en la historia del arte actual.

Espectáculo de Puy du Fou.

El escenario para la consagración artística

Otro de los lugares representativos de este nuevo-viejo Toledo es Círculo de Arte, que aunque no resulte ya tan novedoso, lo cierto es que lleva décadas siendo escenario privilegiado para músicos consagrados (y por consagrar) y para representantes de todo tipo de artes escénicas.

No solo eso: este lugar es uno de los puntos de encuentro más cultos y agradables de la ciudad.

El Círculo del Arte es uno de los puntos de encuentro más cultos y agradables de la ciudad

Ayuda en esto la disposición de las mesas en este local, que ocupa el interior de la antigua iglesia mudéjar de San Vicente, con su magnífico ábside del siglo XIII. Y también que en sus paredes cuelguen siempre interesantes exposiciones de pintura, fotografía o cerámica.

Vistas desde el Hotel Boutique Adolfo

Las tendencias en alojamiento

Más novedades toledanas, esta vez en materia de alojamiento: en plena plaza de Zocodover, el epicentro de la vida toledana, ha abierto el Hotel Boutique Adolfo, integrado dentro de la Red de Hospederías de Castilla-La Mancha.

Adolfo es, sin dudarlo, el abanderado gastronómico de la ciudad, con dos restaurantes en ella y otros tres más en la sede principal del Ayuntamiento de Madrid, el Palacio de Cibeles. A ello hay que sumar el restaurante y la cafetería de este hotel boutique, donde también ha dejado su impronta culinaria.

En cuanto a su nuevo hotel, ofrece 12 coquetas habitaciones, decoradas con un gusto exquisito y unas magníficas vistas a la plaza y a los bonitos cielos toledanos que, hace siglos, ya plasmó El Greco.

Erizo y morcilla, de Iván Cerdeño

Estrellas gastronómicas

Siguiendo la estela de Adolfo y más allá de los menús turísticos que ofrecen la mayor parte de los restaurantes de Toledo, en los últimos años ha surgido aquí un buen puñado de cocineros que han puesto la ciudad en el olimpo de la buena y nueva gastronomía.

El más destacado y creativo es Iván Cerdeño, cuyo restaurante atesora dos estrellas Michelin en la nueva edición de la prestigiosa guía roja, siendo uno de los dos comedores de Castilla-La Mancha con esta distinción: el otro es Maralba, en la albaceteña localidad de Almansa.

En los últimos años en Toledo ha surgido un buen puñado de cocineros que han puesto la ciudad en el olimpo de la buena y nueva gastronomía

En Iván Cerdeño-Cigarral del Arte el comensal tiene garantizada la sorpresa en torno a los ingredientes y preparaciones de la gastronomía tradicional toledana.

Una de las preparaciones del restaurante Adolfo

Eso sí, evolucionadísima y mimadísima, hasta convertirse en uno de los mejores exponentes de la alta cocina nacional.

Pero la experiencia va más allá del plato. Aquí también se viene a disfrutar del entorno (con las vistas al Tajo y a la ciudad), que por sí solo ya merece la visita, de la selección de vinos de Annika García-Escudero y de todos los mimos que recibe el comensal desde el momento en que atraviesa las puertas de este nuevo templo de las artes gastronómicas.

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