El Maestrazgo, la meca de la trufa negra

Durante estos meses la comarca de Maestrazgo, que comparten 55 municipios de Castellón y Teruel, es ideal para salir a buscar y degustar la trufa negra, el hongo más sabroso para la gastronomía

Por algo le llama el diamante negro. Foto Subhash Roy – Flickr

Quién hubiera dicho que ese hongo, que crece bajo tierra junto a encinas y robles, sea uno de los añadidos más sabrosos que se le pueden agregar a las comidas.

La trufa negra quizás no sea tan valiosa como su hermana blanca (por la que se pagan fortunas por el kilo), pero su riqueza culinaria es un imán para miles de senderistas y amantes de la buena cocina, que con navaja en mano y canasta siguen a expertos con perros en búsqueda de este preciado regalo de la naturaleza.

La meca de la trufa negra

La región del Maestrazgo es una de las mecas de la trufa negra en España. Esta comarca está integrada por 55 municipios entre las provincias de Teruel y Castellón, que entre fines del otoño y los últimos meses de invierno reciben a legiones de amantes de la buena cocina y la naturaleza para sentir la experiencia de conocer este apreciado hongo más de cerca.

Canelon con trufa elaborado en la XVI Jornades de la Trufa Morella-Els Ports. Foto Morella Turistica-Flickr

En localidades como Morella y Andilla se organizan jornadas y concursos gastronómicos relacionados con la trufa

Uno de los puntos clave para las rutas de la trufa negra es la localidad de Morella, ubicada al norte de Castellón, que suele organizar las Jornadas de la Trufa.

La última edición fue desde fines de enero a mediados de marzo, y esperemos que pronto publiquen las actividades para la edición de 2022.

Vista de Morella. Foto Domenec_BM – Flickr

Platos para degustar la trufas

En cada edición, una docena de restaurantes de Morella y otros pueblos vecinos como Cinctorres o Vilafranca preparan exquisitos menús de platos sazonados con ‘el diamante negro’, como fue bautizado en el ambiente.

La sopa trufada de Casa Roque, el solomillo de ternera a la trufa de La Fonda Moreno, la pasta carbonara con huevo trufado de Pizzería Lola, el carré de cabritillo relleno de duxele trufada de El Mesón del Pastor o la matanza del toro y la trufa de Escudella son algunas de las preparaciones que seguramente volverán a fascinar a los visitantes.

La trufa impulsa ferias, concursos y rutas turísticas. Foto Diputación de Castellón | Flickr

Trufas, bosques y sitios históricos

Este pueblo de aires medievales, que se caracteriza por la silueta de su castillo que vigila la comarca de Els Ports y sus murallas del siglo XIV, es el punto de partida para diferentes rutas en búsqueda del valioso hongo.

Por ejemplo, 13 kilómetros por la N-232 se llega al bosque de Pereroles, ideal para prolongadas caminatas en un hermoso entorno natural.

El pueblo de Culla, en Castellón. Foto Jorge López | Flickr

Si se toma el desvío de Vallibona o el de Castell de Cabres se arriba al parque naturaleza de la Tinença de Benifassà, tierra de collados, cimas y barrancos de vértigo, en donde si se agudiza la vista se podrán ver águilas reales, buitres leonados y halcones peregrinos.

Lugares como el bosque de Pereroles o la Tinença de Benifassà son ideales para pasear y encontrar trufas

Más abruptas son las montañas que rodean a Ares del Maestre, un pueblo a 1.200 metros de altura de pasado templario. Otro pueblo de la comarca es Benassal, donde se encuentra el conjunto de La Mola, restos de la vieja muralla y un portal con arco árabe.

No muy lejos está El Rivet, un paraje natural dueño de varias extensiones tapizadas de robles, otro hogar de la trufa negra, también hogar de varias especies de aves rapaces.

La trufa se puede aplicar en platos y postres. Foto Morella Turística | Flickr

Otro punto de interés histórico es Culla, donde hay un centro histórico tan bonito que fue nombrado como Bien de Interés Cultural. Rodeado por una muralla, en esta villa se encuentra una encina con más de 100 años que fue declarada como Árbol Monumental de la Comunidad Valenciana.

La capital de la trufa valenciana

Otro de los grandes productores de estas tierras es Andilla, que se la suele conocer como la capital de la trufa valenciana.

Allí se suele organizar Fivatruf, en la segunda quincena de enero, en la que se organizan catas, talleres y visitas a lugares emblemáticos de la localidad.

En Andilla se organiza un concurso gastronómico donde cocineros de las comarcas compiten por elaborar el mejor plato con trufas

Andilla, llamada la capital de la trufa valenciana. Foto Manel | Flickr

El 17 de enero se realizará el IV Concurso Gastronómico Valenciano de la Trufa de Andilla, en que cocineros de las comarcas competirán por ver quién elabora el plato más rico con el Tuber melanosporum, como se conoce científicamente a la trufa negra.

Habrá que estar listo para descubrir los sabores que despierta este diamante negro.

a.
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