Turismo de sequía: los pueblos y yacimientos más fascinantes que emergen de las aguas

De la iglesia de Vilanova de Sau, en Barcelona, al campamento romano de Bande, en Ourense, pasando por puentes medievales y dólmenes, estos son los lugares más fascinantes que la sequía está sacando del fondo de los pantanos

Turismo de sequía o los tesoros que esconden los pantanos españoles. Foto: David Borrat | EFE.

Hace unos meses era el pueblo de Aceredo, en Ourense, el que emergía como por arte de magia del fondo de un pantano para convertirse en inesperado hito turístico, eso que se ha dado en llamar ‘turismo de sequía’. 30 años después de la construcción del embalse de Lindoso que lo había sepultado, esta localidad casi en la frontera entre España y Portugal reaparecía como consecuencia del descenso del nivel del agua, dejando ver tejados, casas y calles desoladas que ahora recorrían cientos de turistas fascinados.

A mil kilómetros de Aceredo, en el pantano de Sau (Barcelona), la historia se repite estos días. De nuevo la bajada del nivel del agua es la causante de la gran afluencia de visitantes que quieren entrar en la iglesia de Sant Romà, sumergida en 1962, y que ha quedado completamente al descubierto.

Qué es el ‘turismo de sequía’

Una afluencia que llega a colapsar estos lugares que, desde templos a puentes, dólmenes, antiguos campamentos romanos y hasta pueblos enteros resurgen de entre las aguas cando el calor aprieta, la lluvia no llega y el consumo de agua hace descender hasta niveles críticos el estado de los pantanos.

Iglesia que emerge del agua en el pantano de Sau. Foto: David Borrat | EFE.

Hasta el 15% de su capacidad quedó el de Aceredo. A poco más del 35% el de Sau. Para el alcalde de la localidad barcelonesa, Joan Riera, este “turismo de sequía” no es algo para celebrar. Se trata, explicaba en declaraciones a Efe, “de la consecuencia de un desastre natural que está afectando mucho a nuestra zona”.

De momento, está provocando el colapso del pantano, al que han tenido que restringir el acceso, pero también lo que llama “actitudes incívicas” y molestias a los vecinos de la localidad, entre ellas retenciones en la carretera de más de una hora para acceder al pueblo, y una cantidad de residuos que “genera un gran gasto para el Ayuntamiento”.

Efecto Instagram en Galicia

Lo que Riera denomina el ‘Efecto Instagram’ se produce en diferentes puntos de España en torno a otros restos puestos al descubierto por el fuerte descenso del nivel del agua en los embalses, como ocurre en diferentes municipios de Galicia donde han resurgido aldeas, castros o petroglifos que a diario reciben la visita de muchos curiosos.

Vista del campamento romano de Aquis Querquennis en Bande. Foto: Brais Lorenzo | EFE.

Es el caso de la localidad de Bande, en Ourense, de apenas 1.500 habitantes, donde se puede disfrutar de estos días numerosos tesoros, entre ellos –y quizás el más espectacular-, el campamento militar romano de Aquis Querquennis, también conocido como ‘A Cidá’ como consecuencia de la bajada del agua en el embalse de As Conchas.

A orillas del río Limia, el yacimiento desaparece a la vista durante gran parte del año, ya que cuando sube el nivel de agua los restos arqueológicos quedan inundados.

Bande está a menos de 30 km del citado pueblo de Aceredo, en el embalse de Lindoso, una construcción nacida de un acuerdo entre las dictaduras de Franco y Salazar y que borró del mapa décadas más tarde las casas que se levantaban en A Reloeira, Buscalque, O Bao, y Lantemil.

Restos de Aceredo, en el pantano de Lindoso. Foto: Brais Lorenzo | EFE.

En la provincia de Lugo también hay tesoros que vuelven a la superficie; es el caso de Portomarín, a orillas del Miño, uno de los ríos que mejor reflejan cada verano las consecuencias de la falta de agua durante la época estival.

La actual falta de agua permite a los turistas y curiosos pasear por las calles de la antigua localidad, anegada por la construcción del embalse de Belesar en 1963.

Atlántidas en toda España

En Cantabria, cuando llegan épocas de sequía, el pantano del Ebro deja al descubierto la conocida como ‘catedral de los peces’, un poético nombre que corresponde en realidad a la torre de la iglesia de Villanueva, perteneciente al municipio de Las Rozas de Valdearroyo, en la zona de Campoo, anegado por el pantano construido en 1946.

Catedral de los peces. Foto: Pedro Puente Hoyos | EFE.

La bajada del agua de este mismo pantano deja ver también las ruinas del puente Noguerol, visible tanto desde Burgos como desde Cantabria, y también el esqueleto del aeródromo de Orzales, en Campoo de Yuso.

En la vecina Asturias, el embalse de Grandas de Salime, uno de los tres que hay en el cauce del río Navia, afloran con el descenso del nivel del agua los viejos muros de pizarra del pueblo de Salime, antigua capital del concejo.

Ya en Castilla y León, y aunque el nivel del agua en sus pantanos no es tan preocupante como en otras zonas de España, el descenso del embalse de la Cuerda del Pozo, en Soria, deja ver estos días el puente romano de Vinuesa y buena parte de la torre de la iglesia del pueblo de La Muedra, que se alza entre curiosa e inquietante y que está anegada cuando las aguas suben de nivel.

Torre de la Iglesia de la Muedra, en Soria. Foto: Wikipedia.

En Palencia, en el pantano de Aguilar de Campoo, el de mayor capacidad de la provincia con 247 millones de metros cúbicos, la sequía ha dejado al descubierto las ruinas del puente medieval (siglos XIII y XIV) de la desaparecida localidad de Villanueva del Rio.

Su construcción, terminada en 1963, dejó bajo el agua también los pueblos de Quintanilla de la Berzosa, Frontada y Cenera de Zalima, cuya torre de la iglesia es también visible en épocas de sequía.

Capiteles románicos de la iglesia de Cenera de Zalima, en Palencia. Foto: Fundación Santa María La Real.

El ejemplo más destacado en Aragón es la torre y el esconjuradero del pueblo de Mediano, que en épocas de sequía, cuando el pantano del mismo nombre baja de nivel, vuelve a emerger del fondo de las aguas que anegaron tanto la iglesia como las casas del pueblo.

Tesoros sumergidos en Andalucía

En la provincia de Córdoba, la bajada de nivel de las aguas permite retomar la investigación del yacimiento ibero normalmente oculto bajo el embalse de Sierra Boyera, que está al 12% de su capacidad.

En este caso, son los profesionales de la Universidad de Granada los únicos privilegiados que por el momento pueden llegar hasta este enclave, fechado entre los siglos VI a II antes de Cristo y descubierto en 2017.

Entre las provincias de Córdoba, Granada y Málaga, en el embalse de Iznájar, el mayor de Andalucía por capacidad aunque ahora por debajo del 18%, es tradicional que la bajada del agua permita la visión de estructuras como casas, una chimenea de una antigua fábrica de aceite, una torre de electricidad y un puente de las antiguas aldeas que como El Remolino, San José y las Huertas de la Granja inundó en 1969.

El pantano de Iznájar oculta tesoros iberos y romanos bajo sus aguas. Foto: Turismo de Andalucía.

Además, esta gran obra de ingeniería hidráulica (el pantano resultante tiene 100 kilómetros de orilla y 32 de longitud) esconde también bajo sus aguas una necrópolis ibera y restos romanos, para los que se están organizando visitas guiadas que por ahora están siendo un éxito por el interés que ha despertado entre la población.

Lo que ocultan las aguas en Extremadura

Extremadura cuenta también con un gran patrimonio sumergido entre el que destaca el conocido conjunto megalítico del Dolmen de Guadalperal, en el embalse de Valdecañas, erróneamente calificado como el ‘Stonehenge español’.

A diferencia de los cromlech como el británico, se trata de un gran monumento megalítico con finalidad funeraria que data de entre finales del V y el III milenio a.C., junto al que se encontró también un poblado neolítico.

Dolmen de Guadalperal. Foto: Wikimedia Commons.

También anegado por el mismo pantano, es común que la sequía deje a la vista los restos del pueblo de Talavera la Vieja, construido sobre la antigua ciudad romana de Augustóbriga, al margen del río Tajo.

Al menos sí se pueden ver todo el año instalado junto a la carretera que une Navalmoral de la Mata y Guadalupe las ruinas de un antiguo templo, conocido como ‘los Mármoles’.

Templo de la antigua Augustóbriga que se trasladó para no quedar anegado por el pantano de Valdecañas. Foto: Turismo de Cáceres.

Además, la actual sequía ha dejado al descubierto el puente de La Mesta, en Villarta de los Montes (Badajoz), de más de 200 metros, que data del siglo XIV y que era paso para el ganado por la Cañada Real Leonesa.

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