Los bares de vinos y tapas más disfrutones de Barbastro
Capital de la comarca del Somontano y cuna de la D.O. de vinos con el mismo nombre, en Barbastro existe una arraigada tradición de ir de bares para tapear y beber vinos de la zona

De vinos y tapas por Barbastro. Foto: Vinobar.
En un entorno privilegiado de bellos paisajes, rica en cultura y con una rica gastronomía devenida por sus destacados productos de cercanía, Barbastro fue fundada en el siglo IX por los musulmanes. Hoy es la capital de la comarca del Somontano (Huesca), cruce de caminos que se dirigen hacia los valles pirenaicos.
En esta pequeña ciudad atravesada por el río Vero que todavía conserva su bello trazado medieval de calles estrechas y empinadas hay mucho que visitar, empezando por la plaza de la Candelera del Entremuro donde se celebraron en el año 1137 los esponsales de Doña Petronila, hija de Ramiro II el Monje, con Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona dando lugar al nacimiento de la Corona de Aragón.
También es interesante observar el Palacio de los Hermanos Argensola, ejemplo de la mejor arquitectura civil del Renacimiento aragonés, la Plaza del Mercado, la Casa Zapatillas, casa señorial del siglo XVII o iglesias como la de los Padres Escolapios o la de San Francisco.
Y, por supuesto, su catedral gótica con su torre exenta que encierra en su interior una obra maestra en forma de gran retablo mayor, obra de Damián Forment y Juan de Liceire. Dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, fue esculpido con alabastro traslúcido y madera de pino.
Qué comer en Barbastro
Aunque si por algo resuena Barbastro es por su gastronomía y sus vinos, pues no hay que olvidar que la ciudad es el epicentro de la D.O. Somontano, que engloba a más de una treintena de bodegas, algunas de ellas tan conocidas como Enate, Laus, Viñas del Vero, Pirineos o Sommos, entre otras.
Además, la localidad dispone de una huerta excepcional con productos reseñables como el tomate rosa, la borraja, el cardo, el espárrago morado, las setas y el aceite de oliva.
Como en todo lugar frío que se precie, sus habitantes son amantes acérrimos de los embutidos y las carnes. Muy recomendable las chiretas, tripas rellenas de arroz condimentado y casquería de cordero hervidas en caldo, así como las morcillas y la longaniza de Aragón, entre otros productos cárnicos.
Los barbastrenses son además fervientes adoradores de los dulces y basta ver sus hornos y pastelerías con escaparates que lucen bandejas repletas de pastillos, flores de Barbastro, pastel Biarritz o lamines.
Para disfrutar de toda esta oferta gastro existe en Barbastro una gran oferta de bares y locales especialistas en tapas y raciones, que hay que acompañar, claro, con vinos del Somontano, y en los que se puede comer y cenar por unos 20 euros. Estos son algunos de los más recomendables para tener en el radar.
Victoria Gastrobar
En el 19 del Paseo del Coso, una de las vías vertebradoras de Barbastro, en la que se encuentran diversos bares, tiendas y restaurantes, y muy cerca del acogedor Hotel Spa San Ramón del Somontano, hallaremos Victoria Gastrobar, uno de los locales con más historia y solera de la ciudad.
Fundado en 1930 y desde 2017 a cargo de José Antonio Pérez, en este local perfectamente restaurado que conserva antiguas vigas de madera y solo 10 mesas para unos 35 comensales y donde la carta se lee en pizarras situadas detrás de la barra, aquí la cocina tiene la misma importancia que los vinos del Somontano.
Riquísimas las patatas bravas, el timbal de berenjenas, la perdiz en escabeche, la papada confitada, así como los callos y el arroz con costilla, me pareció soberbia y muy bien presentada la ensaladilla rusa, con gambas y encurtidos y un punto de cocción de la patata y de la zanahoria muy logrado.
En cuanto a los vinos del Somontano, que se toman por copas o por botellas (alrededor de 30), nos quedamos con el Gewürztraminer de Viñas del Vero y el Marbore, un coupage de 5 uvas de la zona que ha sido la última gran apuesta de Bodegas Pirineos.
Trastienda
Recomendado por la Guía Michelin y premiado con 1 Sol Repsol, el restaurante Trasiego, ubicado en el conjunto histórico arquitectónico de San Julián y Santa Lucía (Avenida de la Merced, 64) donde se encuentra también la sede del Consejo Regulador de la D.O. Somontano, es uno de los mejores restaurantes de Barbastro.
En los fogones, Javi Matinero muestra una cocina moderna y muy respetuosa con el producto local que tiene además una versión más informal en Trastienda, en la misma ubicación, donde se puede degustar, a precios más módicos y en un espacio vanguardista y espacioso, tapas y raciones que acompañan a algunos de los mejores vinos de la D.O. Somontano.
El local (1 Solete en la Guía Repsol), de forma circular que recuerda a una barrica de vino, está presidido por una amplia barra y mesas, y a su alrededor una exposición de botellas de vino de la D.O. Somontano que se pueden llevar a casa o degustar en el propio local.
Una vez aposentados, es el momento de dejarse llevar y disfrutar de sugerentes tapas como la empanadilla de puerros y queso Rio Vero, el brioche casero con steak tartar, las croquetas caseras de jamón o boletus, la longaniza de Graus a la brasa o los bien resueltos huevos rotos con jamón ibérico o foie fresco a la plancha.
No dejen de probar vinos únicos como el 3404 Blanco de Bodega Pirineos con uvas chardonnay y gewürztraminer, el Laus Rosado con syrah y garnacha y el estimulante y amplio en boca Enate Merlot-Merlot, un vino de autor con 15 meses de crianza que cautiva a quien lo prueba. Como curiosidad, este espacio se complementa con la venta de una selección de productos gourmet de la zona.
Sabores d’Entonces
“Yo me lo guiso, yo me lo como”, quizás sea la frase que mejor defina a Luís Postigo, alma mater de Sabores d’Entonces (Calle Oncinellas, 6), uno de los bares de tapas y vinos con más predicamento de Barbastro. Y es así porque en su negocio él lo hace todo: gestiona, compra, limpia, friega, cocina, atiende a su clientela y además lleva las redes sociales.
Luis abrió su local en el año 2002 como tienda delicatesen, pero con el paso del tiempo fue añadiendo mesitas aquí y allá para ofrecer alguna tapa con el vino que servía.
20 años después y convertido ya en un bar de tapas y vinos en toda regla, Luís ofrece más de 300 referencias distintas de vinos del Somontano que pueden consumirse por copas o por botellas.
Su bar, con capacidad para unos 35 comensales en el interior, y unos pocos más en su exterior, en el que hay situados dos bancos y un tonel, es uno de los más concurridos de Barbastro.
En su dignísima propuesta gastro destacan la calidad de sus chacinas (jamón ibérico, cecina), gallina trufada, quesos, anchoas y salazones. Además, platos calientes y guisos como los caracoles, los callos, las carrilleras, las costillas de cerdo, los chuletones, el pulpo y escabeches caseros como el riquísimo que Luís prepara con conejo.
En cuanto a los vinos, ahora mismo hay en Sabores d’Entonces unos 50 que se pueden pedir por copas, y unos 10 más pinchados con Coravin, sistema que permite servir vino de una botella sin quitar el corcho, permaneciendo el resto en perfecto estado durante mucho tiempo.
“Mi idea es que la gente se vaya de aquí feliz y que se hagan clientes y amigos. Que sepan que aquí tienen su casa”, dice Luís. Y créanme que así se siente uno cuando visita este pequeño negocio en el que se detecta una gran dosis de cariño y dedicación.
Nuestra recomendación es que se sienten en una de sus mesas y que pidan unas cocochas de bacalao al pilpil y las acompañen con un Viñas del Vero Chardonnay (espléndido para digerir bien la grasa del pilpil). Otra buena opción son los callos de ternera que Luís prepara a su manera y maridarlos con un Otto Bestué Viñadores, uno de los vinos de más alta gama de Bodega Otto Bestué, pero con una relación calidad/precio ejemplar.
La Oveja Negra –Rebaño Gastronómico–
Regresamos a la gastronómica calle Oncinellas, esta vez al número 5, porque aquí se localiza La Oveja Negra, un bar realmente tentador en el que la tradición se da la mano con la creatividad en forma de platos, tapas y raciones que se distinguen por su gran dosis de imaginación y originalidad, así como por el respeto por el producto.
El pequeño local, de tan sólo 6 mesas, es moderno y muy bien decorado. Lo regenta una joven pareja de jienenses nacidos en Linares que se conocen desde que eran unos críos: Rafa Bautista (chef) y María Vegue (sala).
El ambiente es afable, hay buena música y, además, el chef trabaja en una cocina abierta que según dónde se siente uno, permite conversar con él y preguntarle directamente por lo que estás comiendo.
Rafa, que ya ha participado ya 3 veces como representante de Huesca el Concurso Nacional de Pinchos de Valladolid, propone una cocina muy sabrosa que juega con el producto de Km 0 y con sus raíces jienenses, donde el Somontano se une a la tradición andaluza con influencias de cocinas del mundo para dar lugar a platos que resaltan por su sabor y presencia.
Es una cocina para pasarlo bien que ellos definen como “Sólo apta para ovejas negras” o, lo que es lo mismo, que agradará a los que aman la cocina atrevida, que están abiertos a todo, y a los que les gusta, sobre todo, que les sorprendan.
Excelente el huevo a baja temperatura, puré de patata, pimiento verde confitado, orégano y aceite picante, así como la ventresca de atún de almadraba (Barbate) y mojo canario de tomate rosa de Barbastro, o el maravilloso tartar de vaca rubia gallega, foie y curri.
No hay que dejar de lado tampoco la ensaladilla del rebaño, una “locura gastronómica,” que funciona a la perfección y que Rafa elabora con una base de patata asada machacada, mahonesa de espárragos blancos, chorizo ibérico salteado y boquerón en vinagre. Ni tampoco el lingote de rabo de toro y el original buñuelo de morcilla de Cazorla con curri y miel de montaña que producen los apicultores de Abizanda, pequeña localidad oscense. Un bocado único.
Muy recomendable el menú degustación diario por 25 euros que incluye 2 aperitivos, 1 entrante, 1 segundo, 1 postre y bebida.
En cuanto a los vinos que ofrece a su clientela ya sean por copas o por botellas (unos 7 tintos jóvenes, crianzas y reservas, 4 blancos y un par de rosados) encontramos primorosas elaboraciones del Somontano que maridan bien con los platos.
Fenomenal casamiento resulta de unir la ‘ensaladilla del rebaño’ con el Chardonnay Fermentado en Barrica 2022 de Bodegas Enate, así como el buñuelo de morcilla que combina perfecto con Singular, elaborado con la uva autóctona parraleta por Bodegas Sers.
Y ahora que es temporada de setas, no se priven de los boletus a la brasa que el chef cocina con leche y nata en vez de con agua. Para esta delicia, experimenten con el siempre convincente Sommos Colección Tempranillo 2019.
Vinobar
De nuevo en el Paseo del Coso, ahora en el número 37, haremos una parada en Vinobar, local familiar que todo el que vive en Barbastro conoce y que dirige Antonio Martínez, un enamorado de los vinos de la tierra y de la buena cocina.
Fundado en 2019, aquí destaca una gran mesa central rectangular de ladrillo, yeso y azulejos que da cabida a 22 de personas y que sirve esencialmente para celebrar catas. Cuando no hay, los clientes se sientan para acabar comiendo, bebiendo, conversando y riendo con el resto de los comensales. “Más de un noviazgo he visto como se ha gestado aquí”, afirma divertido Antonio.
Varias mesas altas y barriles se unen, cuando llega el buen tiempo, a una terraza exterior que completa el local.
Su oferta incluye más de 30 referencias de vinos para ser degustadas por copas (el 90% son vinos del Somontano) y una carta que se divide en laterío (latas gourmet), entrantes, tablas de embutidos y quesos, tostas, cazuelas y guisos.
Podríamos empezar pidiendo unas latas de mejillones y alguna otra de anchoas del Cantábrico, para posteriormente pasar a disfrutar de una ensalada de tomate rosa con queso de cabra, de una ensaladilla de pulpo, o quizás una tabla de jamón de Teruel con pan con tomate, o de una tabla de quesos de Aragón con mermelada.
Como plato principal nada mejor que una longaniza con patatas o una cazuela de escalibada. En cuanto a las tostas, muy ricas la Serranita que contiene cebolla caramelizada, tomate, jamón de Teruel y queso de cabra o la leonesa con tomate, cecina y queso curado.
La verdad es que hay mucho dónde elegir en Vinobar, pero intenten, por lo que más quieran, dejarse sitio para el delicioso brownie de chocolate casero.
Les sugerimos que para maridar la ensaladilla de pulpo, pidan el vino Blanqué de Bodegas Sers, un chardonnay con muy poca estancia en barrica de roble americano, que gracias a su frescura y untuosidad, acompaña muy bien a este plato.
Para la tosta Serranita, el matrimonio perfecto es junto al vino 12 Lunas Tinto, de Bodega El Grillo y la Luna, elaborado con un acertado coupage de cabernet sauvignon, garnacha, tempranillo y syrah.
Y para gozar al máximo con la tabla de quesos de Aragón, lo suyo es el estupendo Gewuztraminer de Viñas del Vero porque le aporta interesantes matices florales, que tan bien le van al queso.