Lanzarote: cómo elaborar grandes vinos en condiciones imposibles

A pesar de sus tierras moldeadas por las erupciones volcánicas los habitantes de Lanzarote han logrado producir vinos de excelente calidad. Estos son sus mejores ejemplos

Los viñedos de la isla de Lanzarote son diferentes a todos. Emergen sobre un mar basáltico de rocas negras que la lava creó en el siglo XVIII, cuando el volcán Timanfaya entró en erupción; cada vendimia, añada tras añada, es el resultado de vencer las inclemencias de lo que es un clima paradisíaco para la vida humana, pero tremendamente complejo para la uva, con fuertes vientos, mucho sol y poca lluvia.

Sin dudas, estamos frente a la viticultura de lo imposible.

Unos vinos cada vez más reconocidos en el mundo

Es una viticultura muy especial que surgió del trabajo empecinado e incansable de los agricultores conejeros, que no cejaron hasta conseguir que las viñas crecieran y que dieran vinos excelsos, que actualmente son premiados sin parar.

Entre ellos están los de El Grifo de Lanzarote, que han conseguido en el Concours Mondial Bruxelles 2021 un oro por su Malvasía Volcánica Lías 2018 y una plata por su Tinto Colección 2019, entre 10.000 vinos de 46 países; además de otros premios en los Baco, The World of Malvasia, Berliner Wein Trophy, Premios Bacchus 2021, y Mundus Vini.

Otras bodegas lanzaroteñas, Martinón, Rubicón y La Geria, han visto reconocida su calidad con oros y platas en el 2021. 

Como ejemplo del éxito Lanzarote y estos vinos son el territorio invitado de la gran fiesta gastronómica, Tast a la Rambla, que estos días se celebra en Barcelona junto a más de 26 grandes restaurantes y grandes chefs, donde se va a rendir un merecido homenaje a los vinos de Lanzarote representados por bodegas como El Grifo, Los Bermejos y Vulcano.

Los viñedos en un paisaje lunar

El paisaje de Lanzarote, modelado por la lava de numerosos volcanes, presenta un aspecto lunar que deviene espectacular en el Parque Nacional de Timanfaya. 

Los viñedos de Lanzarote se asientan sobre suelos de cenizas negras cubiertos por las erupciones

Los viñedos conejeros se asientan sobre suelos de cenizas negras cubiertos por las erupciones, lo que impide el crecimiento normal de cualquier vegetación.

Paisaje lunar en Lanzarote / Foto: El Grifo

Aún así los viticultores de la antaño isla más fértil del archipiélago, derrochando trabajo e ingenio, descubrieron que bajo la ceniza el suelo seguía siendo fértil, formado por arcilla o arena sobre roca caliza.

Ellos inventaron técnicas viticultoras totalmente nuevas como construir hoyos en forma de embudos en la capa de ceniza para llegar a la tierra vegetal (a veces más de dos metros de profundidad), y plantar de una a tres vides por hoyo.

O edificar muros de piedra semicirculares de 60 a 70 cm para la defensa de los fuertes vientos alisios del noroeste y de la ceniza volcánica en movimiento, que modulan la brisa y la humedad del rocío de la noche, entre sus huecos y protegen la planta. 

Conseguir vino donde nunca lo hubo

Pero no todo queda en plantar viñas. Conseguir vino en Lanzarote es un ejemplo de una continua lucha entre el ser humano y el medio.

Por ejemplo, se ha de hacer frente a la endémica escasez de lluvias, con una media anual de 150 mm.

Frente a ello el legendario ingenio conejero ha sabido domar los vientos alisios atlánticos que introducen la humedad y la condensan sobre la porosa ceniza volcánica como una oscura esponja que retiene el agua y la dosifica a las parras durante el día.

También han sabido aprovechar que la capa lapilli o picón posea un efecto termorregulador sobre el subsuelo vegetal de la viña y facilite la rápida filtración de la escasa lluvia, evitando la evaporación de la tierra vegetal y manteniendo, además una temperatura constante. 

El Grifo, la bodega más antigua / Foto: El Grifo

Las tres zonas vitivinícolas en Lanzarote

Cada una de las tres zonas vitivinícolas de Lanzarote tiene sus propios sistemas de cultivo para alcanzar el suelo fértil, cada una con una gran originalidad y belleza.

Gracias a estos espacios cultivados el paisaje de la isla aparece salpicado con unas 2.000 ha de viñedos de extrema originalidad. 

La Geria es la zona más conocida y un lugar único en el mundo, está situada entre Yaiza y Tías, un lugar en el que los campesinos supieron transformar las cenizas del volcán y un suelo cultivable de hasta cinco metros de profundidad en un fértil campo de viñedos.

Es un paisaje donde se cultiva una uva singular y única, la malvasía volcánica, origen de los inconfundibles y excelentes vinos de Lanzarote.

Viñedos en Lanzarote / Foto: El Grifo

La malvasía volcánica es origen de los inconfundibles y excelentes vinos de Lanzarote

Las otras dos zonas son la de Masdache, la más extensa, con dos subzonas, Tinajo donde el sistema de cultivo es la zanja perimetral y Masdache propiamente, con amplios y extensos viñedos; Ye-Lajares, la tercera zona, es un área de baja productividad que se extiende entre Haría y Teguise, con una plantación única en el mundo, y una vendimia, la más madrugadora del mundo, en el mes de julio.

Aquí el mosto termina de fermentar cuando el Beaujolais (el vino más temprano) aún está en la parra.

Un poco de historia de los vinos de Lanzarote

En el siglo XVI el vino era el producto de exportación más importante de las islas Canarias, pero Lanzarote y también Fuerteventura, no poseían las condiciones para el cultivo de la vid, por su latitud en el paralelo 29, la escasez de lluvias y los alisios constantes.

Los viticultores, creadores de un paisaje único / Foto: El Grifo

Por esta razón las dos islas fueron definidas como el viñedo de lo imposible. Con la erupción del Timanfaya entre 1730 y 1736, el antaño granero de Canarias las fértiles tierras de Lanzarote donde se cultivaban cereales se vió arrasado y cubierto por las cenizas volcánicas, provocando la ruina del campo y de sus habitantes. 

Los agricultores empezaron a excavar hoyos muchos metros más abajo del picón buscando el suelo fértil, se trató sin éxito de volver a cultivar cereales pero fue la viña la que al final encontró un hábitat inédito. 

Vestigios de una isla volcánica

El nacimiento de La Geria en un paisaje singular

Así fue creciendo La Geria entre la naturaleza domada por la mano del hombre, un paisaje único y singular flanquedo de volcanes, salpicado de palmeras solitarias y lleno de armonía y de belleza.

Tras de la erupción y a partir de 1737,la mayor parte de los vinos lanzaroteños se destinaban a aguardientes que adiqurían en Tenerife para enriquecer sus propios vinos.

Pero poco a poco Lanzarote se fue incorporando a la cultura vitivinícola, y aunque fue la última isla canaria en vinificar para exportar, es la que posee la bodega más antigua del archipiélago y casi de España, El Grifo, que elabora vinos ininterrumpidamente desde 1775. 

Se desconoce porqué nunca llegó a Canarias la filoxera, razón por la que hasta ahora mismo se sigue plantando uva con técnicas parecidas a las del siglo XVIII. 

La ruta del vino de Lanzarote

La carretera de La Geria que atraviesa las tierras del centro de la isla, que arrasó el Timanfaya, se ha constituído como la Ruta del Vino de Lanzarote.

Una erupción determinante / Foto: Unsplash

Lanzarote posee la bodega más antigua del archipiélago y casi de España

A ambos lados de la carretera, en el tramo entre San Bartolomé y Uga, se sitúan algunas de las 21 bodegas pertenecientes a la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote, grandes bodegas como son La Florida, Los Bermejos, El Grifo, Vega de Yuco, Martinón, Stratus, La Geria y Rubicón, aunque también se levantan muchas pequeñas bodegas artesanales que se pueden visitar. 

Las uvas más volcánicas

Malvasía volcánica o malvasía de Lanzarote, es una variedad de origen canario, única en el mundo y la más representativa de la isla. Es una uva blanca y aromática famosa por su equilibrio, sabor y perfume, que produce el famoso vino malvasía. 

Con el nombre de moscatel, se cultiva en Lanzarote la moscatel de Alejandría, variedad muy aromática presente en todas las zonas vinícolas del mundo.

Otras variedades blancas son listán, diego, burrablanca, forastera; y variedades tintas presentes en la isla son listán negra, syrah, baboso negro, cabernet sauvignon y tempranillo 

a.
Ahora en portada