Origen 1989 y Pruno 2020: dos grandes vinos que valen la pena descubrir

Origen 1989, de Tenerife, es el primer Vino de Parcela de la DOP Islas Canarias Canary Wine; mientras que Pruno 2020 es un Ribera de Duero reconocido por la crítica como la mejor relación calidad-precio en un vino.

Acaba de aparecer en Canarias un vino precursor que llega con un etiquetado que le garantiza excelencia.

Se trata de Origen 1989 de Bodega El Lomo, el primer Vino de Parcela de la Denominación de Origen Islas Canarias Canary Wine, tras la aprobación del nuevo pliego de condiciones de la DOP local y que cuenta con la peculiaridad de ser el primer vino canario también contraetiquetado con la toponimia de un municipio, en este caso de larga tradición vitivinícola como es Tegueste.

Los Vino de Parcela canarios

Un Vino de Parcela de Canarias está elaborado a partir de uvas incluidas en un paraje o sitio rural de características edáficas y microclima que lo diferencian de los de su entorno, por lo que goza de excepcionalidad. 

Es un concepto parecido, aunque con especificidades, a lo que es Vino de Pago en muchas DO españolas y Vi de Finca en el caso de Cataluña. En cualquier caso es una categoría de vino que garantiza y entroniza sus cualidades. 

Cómo es el vino Origen 1989

Este Origen 1989 de Bodega El Lomo, elaborado y embotellado en el municipio tinerfeño de Tegueste, al norte de San Cristóbal de la Laguna, tiene su origen en una parcela singular apodada Los Laureles.

Esta se encuentra en la ladera del Valle de Tegueste a una altitud de 600 metros sobre el nivel del mar, al nordeste de la isla.

 Las cepas de los varietales que conforman el viñedo son fruto de la selección que hace más de 80 años llevó a cabo la familia propietaria de la parcela, de origen vasco y grandes aficionados al vino canario y a sus uvas. 

Viñedos singulares

Se trata de una serie limitada a 1.317 botellas numeradas, que se ha elaborado con un cupaje a partir de las variedades canarias: listán negro, vijariego negro, tintilla y castellana.

Patio de Bodegas El Lomo

La elaboración de Origen 1989 viene marcada por la singularidad del viñedo: vendimia manual realizada en un punto óptimo de madurez, fermentación espontánea, más seis meses de envejecimiento en barricas de roble francés de 500 litros y, finalmente, embotellado sin filtrar para descansar un mínimo de otros seis meses más.

El resultado final es un vino personal, elegante, expresivo y complejo que refleja las señas de identidad del terruño y del cupaje de las variedades canarias empleadas en su elaboración.

Viñas de Bodegas El Lomo

Origen 1989 es un vino personal, elegante, expresivo y complejo que refleja las señas de identidad del terruño y del cupaje de las variedades canarias

Por otro lado, también ha sido novedad el reconocimiento de las menciones Tenerife y Fuerteventura como unidades geográficas menores, por lo que a partir de ahora se puede incluir en la etiqueta estos topónimos.

Esto es posible cuando las uvas procedan al 100% de cada isla y haya sido elaborado y embotellado en la misma.

Igualmente se reconocen como unidades menores a los municipios, siempre que sea de ellos el origen de las uvas, la elaboración y el embotellado, como en el caso de Tegueste.

Viñas en Tegueste

El Ribera del Duero que tiene fans

Pruno 2020 es la nueva añada de Finca Villacreces, famoso vino calidad-precio, un referente para fans, amantes del vino y seguidores de la Prunomanía.

Esta añada nace de variedades, calificadas de orgánicas, tempranillo (90%) y cabernet sauvignon (10%), con descanso de 12 meses en barrica francesa.

Como viene siendo tradición, Pruno adelanta su nueva añada con una edición especial en tamaño magnum y packaging de diseño con el apelativo de Los secretos de Finca Villacreces.

La añada del 2020 correspondiente al quinto secreto, rinde homenaje a la Historia y a su pasado franciscano, a través de una ermita junto a la bodega.

Los homenajes en las añadas anteriores fueron al Duero, a la fauna, a la flora y al factor humano.

El más pequeño de la familia

Pruno el vino más pequeño de Finca Villacreces, consolidó su excelencia al poco de nacer, ocupando unos primeros puestos -que nunca ha abandonado- en los reconocimientos y en las listas de vinos más vendidos, con calificaciones sucesivas de 93, 90, 91, 91, 91 y 92 puntos en Robert Parker Wine Advocate

“Pruno es el mejor vino español de la historia por menos de 20 dólares”.

Robert Parker

En palabras de este gurú estadounidense “Pruno es un vino fresco, accesible, con un precio siempre asequible y un estilo que suele gustar a la mayoría de paladares: aromático, frutal, elegante y jugoso.

“Es un vino asombroso, que ofrece y ofrece. Es el mejor vino español de la historia por menos de 20 dólares, que procede de la Finca Villacreces, ubicada en pleno corazón de la Ribera del Duero”, agregó.

Un entorno natural de gran belleza

Villacreces es una finca de belleza espectacular de olivos, pinos y enebros, con suelos de arcilla, arena y cuarzo, terrenos pobres con bajos rendimientos pero altísima calidad. Es la milla de oro de la Ribera del Duero, muy próximo a Vega Sicilia. Es una propiedad de 115 hectáreas, con un pinar centenario protegido, que se entremezcla con las 64 hectáreas de viñedo propio de tinto fino (tempranillo), cabernet sauvignon y merlot. 

Los 700 metros de altitud imponen un clima extremo que el bosque modera creando un microclima muy ideal para el crecimiento de la vid. 

Las parcelas se vinifican por separado, para respetar su carácter único, en barricas de roble francés, de las mejores tonelerías del mundo, que verán crecer grandes vinos tintos como PrunoVillacreces y Nebro, la joya de la corona.

Ocho siglos de historia

El origen se remonta a hace ocho siglos cuando un franciscano, Pedro de Villacreces (de ahí viene el nombre), la primera persona que habitó esta finca a orillas del Duero, estableció una abadía que tendría derechos históricos sobre el río. 

Junto a él se radicó un grupo de monjes – San Pedro Regalado, patrón de Valladolid, fue uno de los más conocidos-, para dedicarse a la oración y al trabajo ora et labora.

Como sucedía en todas las explotaciones agrarias monacales del medievo, un pequeño viñedo abastecía a los clérigos con vino para su consumo y el de otros cenobios próximos cercanos. 

Durante siglos Villacreces fue un centro de retiro para eremitas franciscanos que siguieron dedicándose a la viticultura, pero con la desamortización de Mendizábal, en 1836, las tierras fueron a manos privadas. 

A principios del siglo XX la finca se vendió a los Cuadrado, una familia de Valladolid que albergaron invitados de la categoría de Peter Sisseck, quien elaboró sus primeros Flor de Pingus con uvas de esta propiedad.

En 2004, Gonzalo y Lalo Antón, propietarios de Izadi en Rioja, Bodegas Orben y Vetus en Toro, adquirieron la finca, cuya bodega se reinauguró en el 2007.

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