7 restaurantes del Maresme de alta cocina mediterránea

Estos restaurantes de Mataró, El Masnou, Sant Pol de Mar y Calella dan cuenta de la excelente gastronomía que hay a poca distancia de Barcelona

Sala de Cuina Sant Pau, que toma el relevo del restaurante creado por Carme Ruscalleda. Foto Cuina Sant Pau

Los habitantes del Maresme siempre han estado orgullosos de su identidad. Esta estrecha franja de 60 km de largo al norte de Barcelona, encajonada entre la cordillera Litoral y el Mediterráneo, es un rosario de pueblos y localidades de espíritu marinero, con playas y una retahíla de puertos deportivos que son un prólogo a la Costa Brava.

Uno de los rasgos más interesantes del Maresme es su propuesta gastronómica, donde además de la oferta estival de los chiringuitos se encuentran bares de toda la vida, locales centenarios en los pequeños núcleos urbanos, y también restaurantes de alta cocina que ofrecen una experiencia diferente a los visitantes y vecinos.

Estas son algunas de las propuestas que tienen el reconocimiento Bib Gourmand, creado por la guía Michelin.

Tresmacarrons (El Masnou)

Comenzamos por el único restaurante de la comarca que ostenta una estrella Michelin, el Tresmacarrons (Avinguda del Maresme 21); un moderno local a paseos del Mediterráneo donde el chef Miquel Aldana crea una cocina catalana que gira en torno a la estacionalidad de los productos.

Tresmacarrons es el único restaurante del Maresme que cuenta con una estrella de la guía Michelin

Sala del restaurante Tresmacarons. Foto Tresmacarons

El restaurante ofrece tres menús: el Curt a 90 euros, el Tresmacarrons a 110 euros y el Festa Major a 130 euros; viajes de degustaciones con platos como el cochinillo cocido a baja temperatura, los guisantes con cocochas de bacalao y yema de huevo, el rodaballo con mantequilla avinagrada y alcachofas, la gamba con su crema y puré de celery, el canelón de pollo de corral con colmenillas a la crema o el arroz de pichón.

Cuina Sant Pau (Sant Pol de Mar)

Carme Ruscalleda llevó al bonito pueblo marítimo de Sant Pol de Mar al primer plano de la gastronomía española, y casi diríamos mundial, con el Sant Pau, galardonado con tres estrellas Michelin.

Tras 30 años la famosa cocinera lo cerró en 2018 pero cuatro años más tarde su hijo Raül Balam y el chef brasileño Murilo Rodrigues lo volvieron a poner en marcha en un local de estilo bistró donde desde sus jardines y salones se puede ver el mar.

Cuina Sant Pau (Carrer Nou 10, Sant Pol de Mar) combina las tradiciones gastronómicas del Maresme con los sabores de Brasil, con platos “para compartir simples y apetitosos sin corsés de la alta cocina, pero sin olvidar los orígenes”, indican en su presentación.

Además de las croquetas que recuerdan los orígenes de la familia Ruscalleda, en el restaurante se pueden probar el ceviche de vieras, maracuyá y mango, el arroz caldoso del Maresme con gambas, el canelone de un rustido de tres carnes, las carrilleras de cerdo duroc, el risotto vegetal o el famoso coulant de chocolate, entre otros.

El Drac (Calella)

Raül Balam también imprime su sello en El Drac, el restaurante del hotel Sant Jordi (Avenida del Turisme 80-88, Calella), donde se ofrece una cocina de temporada con productos de las huertas vecinas y de los puertos cercanos.

Allí se presenta un menú degustación a 63 euros y otro más completo a 84 euros, donde se pueden conocer creaciones como el macarón de foie, la manzana-pizza de atún rojo, los raviolis de agua de mar y los langostinos vieiras, espinacas y daikon.

Dos Cuiners (Mataró)

Mataró es la capital del Maresme, una ciudad con largas playas, un importante puerto deportivo y legados históricos que van desde restos de murallas romanas a edificios medievales y construcciones modernistas.

En Muralla de Sant Llorenç 18 está Dos Cuiners, forma sintética de presentar a los chefs Òscar Pérez y Mar Arnalot.

Tras cuatro años cerrado, Raül Balam y Murilo Rodrigues recuperan el espíritu del mítico Sant Pau con un restaurante de estilo bistró

Este establecimiento, que recibió el galardón Bib Gourmand, presume de una estética industrial y la idea es probar entre tres o cuatro platillos y raciones para conocer su cocina de base catalana con destalles de fusión.

Tienen un menú del día a 19 euros, otro de pica pica a 24 euros, y uno de degustación a 35 euros con platos como el humus de guisantes, las texturas de alcachofa y huevo escalfado, el canelón de pescado o el cordero lechal cocinado a baja temperatura.

Sangiovese (Mataró)

A pocos pasos, en Muralla de Sant Llorenç 32, Sangiovese se engalana con una sala con guiños al Art-Decó, un restaurante con 20 años de experiencia que se ha renovado hace poco bajo el sello interiorista de Lieben Design.

El equipo dirigido por la chef Pepi Sánchez ofrece tres menús: el diario a 26,90 euros (28,50 euros los sábados), el festival (a 67,50 euros) y el Sangiovese Nights (a 39,50 euros); con platos como las alcachofas a la brasa con ajo blanco, anguila ahumada y queso payoyo, la sepia con guisantes, el briox de rabo de buey con bechamel o el canelón de pollo de payés al Jerez.

La Font (Canet de Mar)

Quien llegue a Canet de Mar quizás se sorprenda por la gran cantidad de casas modernistas, recuerdos de cuando este pueblo de pescadores fue elegido por familias de fortuna para levantar sus residencias de verano.

De hecho allí se encuentra la Casa Museo Lluís Domènech i Montaner, uno de los grandes arquitectos modernistas.

Sala del restaurante La Font. Foto La Font

Y a la hora de comer, se pueden probar las creaciones de La Font (Rafael Masó 1-3, Canet de Mar), “un restaurante luminoso, agradable y de carácter familiar” precisa la guía Michelin.

Los hermanos Doy son los responsables de crear una cocina catalana tradicional y de calidad, con productos frescos de temporada.

Ofrecen un menú diario a 23,50 euros, y otro de fin de semana a 33,50 euros; con platos como el garrón de cerdo Duroc cocinado a baja temperatura, el bacalao confitado con sobrasada, la lubina salvaje con puré de salari o el arroz de bacalao y alcachofas.

Ca L’Estrany (Cabrils)

Excepto por su minúsculo centro el pueblo de Cabrils es un laberinto de urbanizaciones que trepan por la sierra.

En una de estas calles, en Camí Coll de Port 19, se llega a Ca L’Estrany; un restaurante ubicado en una antigua masía vinculada a la Cofradía de Pescadores de Arenys de Mar.

El local, rodeado de una abundante vegetación y con terrazas, ofrece un menú del mediodía a 23,95 euros y el de fin de semana a 33,95 euros.

En ellos se abren las puertas a degustar platos como el pulpo a la gallega con patata confitada, los dados de salmón noruego, diversas variedades de arroces y carnes y pescados como la espalda de cordero a baja temperatura, el cochinillo crujiente de Segovia, la lubina de Arenys al horno o el bogavante a la plancha.

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