Mesa Quince, un restaurante argentino que no parece argentino

Este restaurante de Barcelona presenta las carnes y otros ingredientes tradicionales de la cocina argentina de una forma diferente y arriesgada

El ojo de bife, uno de los platos estrella de Mesa Quince. Foto Alex Froloff

Cuando uno va a un restaurante argentino cree saber lo que le espera: empanadas, milanesas, y por supuesto, carnes a las brasas. O a la parrilla, como dicen en esas tierras del sur.

Pero lo interesante es que, por más que un local tenga una carta basada en un 80% en carnes asadas, nada es como se espera, como un trilero de sabores que puede engañar hasta a los autóctonos de ese país como este servidor.

Las propuestas de Mesa Quince

Mesa Quince abrió hace menos de un mes en Muntaner 189, Barcelona, con una propuesta audaz: “las materias primas son las mismas que en Argentina, pero la presentación es diferente”, explica a Tendenciashoy su creador Patricio Costa.

Imposible evitar la tentación con este costillar de carne argentina. Foto Alex Froloff

El popular vacío es deconstruido para ser el ingrediente principal de un pastel de papas

Por ejemplo, el popular vacío no se sirve en un contundente trozo cocinado en la brasa Josper, sino que se desmenuza en un tentador pastel de papas (patatas).

O el popular choripán (chorizo criollo abierto dentro de un pan) se reformula en el chori gourmet (chorizo con rúcula, parmesano y mermelada de higos).

El chef Facundo Reynoso se atreve a combinar ingredientes que harían fruncir el ceño a los argentinos, pero al probarlos los convencerán rápidamente.

Patricio Costa, dueño de Mesa Quince. Foto Alex Froloff

Es el caso de la milhojas de papa, donde esta relectura de la tortilla es acompañada por una pasta de morcilla con gotitas de lima.

O hablando de tortillas, hay una sugerente de boniato asado con cebolla, que se puede compartir con la calabaza asada con setas (con humus de remolacha).

Las carnes

Otra arriesgada pero feliz combinación es la popular milanesa a caballo, pero con carne de ojo de bife, huevo pochado, mayonesa kimchi y aceite de trufa.

Si uno quiere ir a lo más clásico, que no se pierda las suaves mollejas de corazón con puré de hinojo ahumado y limón asado; o uno de los futuros clásicos de Mesa Quince: el ojo de bife argentino, con 250 gramos de esta tierna carne con manteca chimichurri y puré de patatas.

El pastel de papas. Foto Alex Froloff

Al recibir este plato se confirma lo que nos había adelantado Costa: “los platos no los servimos como en Argentina, los preparamos pensando en el cliente local”. Dicho de otra forma: aquí las carnes se preparan ‘vuelta y vuelta’ en las brasas, con su exterior cocido y el interior casi intacto, a diferencia de la prolongada cocción de las pampas.

De postres hay dos opciones y ambas muy tentadoras: el flan de la abuela Coti (con dulce de leche y crema batida) y la Chocotorta, una sofisticada presentación de una tarta muy popular en los cumpleaños de los niños argentinos.

El simbolismo del número 15

El nombre de Mesa Quince está cargado de simbolismos. Según explica Costa, la mesa 15 era la favorita de su padre en el restaurante de su club de golf en Argentina. “Vos y tus amigos heredarán esta mesa”, le decía medio en serio medio en broma a su hijo.

Con una década en el mundo gastro en restaurantes argentinos y como productor de cerveza artesana, Costa aterrizó hace dos años en Barcelona.

Tras dejar de lado el proyecto de montar una cervecería apostó por este restaurante, “que tiene 15 mesas, donde solo hay 15 platos y 15 referencias de vinos”, cuenta entre risas.

La sala del restaurante. Foto Alex Froloff

Pero al contar el menú, vemos 14 propuestas. “La número 15 será un plato diferente cada mes”, detalla. El mes que viene, por ejemplo, habrá trucha patagónica con salsa holandesa y espárragos a la brasa, adelanta. Además, cada semana el chef Reynoso ofrecerá dos sugerencias inéditas de su creación.

El asado en Argentina -como la barbacoa en España- es más que un acto de comer, es un rito de socialización. Por ello Costa está terminando de dar forma a The Brasa Club, una propuesta de fidelización con descuentos y promociones, que usará un novedoso sistema de geolocalización para que al cliente le lleguen propuestas cuando esté a un kilómetro del restaurante.

Además, el local también cuenta con una barra para servir cócteles y estirar la sobremesa con conversaciones olvidables hasta la una de la mañana, o hasta las 2:30 los viernes y sábados.

Como para que no haya excusas para no volver a cenar a Mesa Quince.

Comenta el artículo

Deja una respuesta

a.
Ahora en portada