Chalito: el templo de la milanesa que seduce a Barcelona

Con cuatro locales Chalito trae a la capital catalana uno de los platos más populares (y contundentes) de la cocina de Argentina y Uruguay

Chalito impulsa la expansión de la milanesa en Barcelona. Foto Chalito

Sin duda a la cocina del Río de la Plata, o sea Argentina y Uruguay, se la asocia con carnes a las brasas, desde el contundente bife de chorizo hasta la delgada entraña o el popular asado de tira.

Pero en la cultura gastronómica popular hay otro plato que reina en las mesas de uno y otro país, y es la milanesa.

No tiene mucho secreto: es una carne de ternera de corte delgado, rebozada, y cocinada al horno o frita. Pero por su rapidez para ser elaborada y sus costes es el sinónimo por excelencia de comida hogareña, que en los últimos años -como sucedió con la hamburguesa- subió al peldaño de plato con aspiraciones gourmet.

Barcelona no ha quedado fuera de la corriente, y Chalito se apresura a tomar el cetro del rey de la milanesa en la capital catalana.

El origen de Chalito

Pero así como la auténtica milanesa no llegó al Río de la Plata desde Milán sino desde Sicilia (aunque su origen primigenio sí estaría en Lombardía), Chalito no nació en Barcelona sino en la cercana Castelldefels, donde hay una fuerte comunidad de uruguayos y argentinos.

El futbolista Luis Suárez, cuando pasó por el Barcelona, se lanzó a la aventura gastronómica como uno de los principales inversores de Chalito

Sala de Chalito en Rambla Catalunya. Foto Chalito

Tras su origen en esa ciudad costera como un chiringuito playero en 2017 abrió su primer local en Rambla Catalunya 12, a los que les siguió pocos años después los restaurantes de Vía Augusta y La Maquinista.

El futbolista Luis Suárez, cuando pasó por el Barcelona, se convirtió en uno de los inversores del grupo gastronómico. Y tampoco es casualidad que el plato favorito de su amigo Lionel Messi sea, precisamente, la clásica milanesa con patatas fritas.

También hay milanesa al pan. Foto Chalito

Cocina rioplatense (aunque sin guiños)

En el Chalito de Rambla Catalunya no hay señas que sea un restaurante argentino o uruguayo: ni una banderita, ni un cuadro de Carlos Gardel o Alfredo Zitarrosa, ni un mate por ahí escondido. Aquí se presume de la cocina rioplatense por los platos, donde además del protagonismo de las milanesas, también hay espacio para elaboraciones de allí como la provoleta, las empanadas y las pizzas más cercanas a Sudamérica que a Nápoles.

Y carnes, claro que sí, como la entraña, el vacío, la tira de asado o uno de los platos uruguayos más contundentes: el chivito al plato (lomo con bacon, queso, pimiento rojo, huevo duro y otro frito, ensalada y patatas).

Los entrantes de la bandeja Chalito Box. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Las variedades de las milanesas

En la larga lista de entrantes, entre varios tipos de patatas fritas, croquetas y los venezolanos tequeños, elegimos un prólogo más acorde como el Box Chalito, con tiras de milanesa de carne y de pollo, aros de cebolla, pops de camembert y nachos. Está bien para ponerse a tono con lo que vendría.

En Chalito hay una docena de milanesas para elegir: todas tienen un tamaño XXL, por lo que si no se llega con hambre canino es mejor compartirla o pensar en llevarla a casa.

El ingrediente principal puede ser carne de ternera, lomo de cerdo, pollo o berenjena para los veganos.

Lo que cambia es la cobertura. Algunas son un poco extrañas para los paladares del Cono Sur como la México lindo (queso crema, aguacamole, nachos y salsa pico de gallo) o la Mallorquina (sobrasada, queso Mahón, miel y mozzarella).

Aviso a navegantes: las porciones con contundentes. Foto Chalito

Otras le dan una interesante innovación a un plato tradicional, como la de 5 quesos (mozzarella, edam, roquefort, provolone y parmesano), la Pampa (jamón serrano, tomate fresco, mozarella, rúcula y parmesano) o la Caprese (mozarella, tomates cherry y pesto).

La milanesa es como la pizza: a veces hay que dejar el fundamentalismo gastronómico y abrirse a nuevos experimentos

A la larga, la milanesa es como la pizza: a veces hay que dejar el fundamentalismo gastronómico y abrirse a nuevos experimentos, aunque no todos estén convencidos.

También hay cinco variedades de milanesas al pan, con dos cortes de carne o pollo y toda clase de añadidos. Si pueden elijan la Patagonia, con doble queso havarti, cebolla salteada, huevo frito, lechuga y tomate.

Los postres

Los postres son tan contundentes como las milanesas: este es el imperio del dulce de leche, que reviste por dentro tartas como la Roger (muy buena la milhoja y el merengue italiano), la de crema de coco, el bombón de chocolate, los alfajores de maicena o los Havanettes (pequeños pero potentes conitos de dulce de leche repostero y chocolate negro).

La extraña combinación de la milanesa Mexico lindo. Foto Chalito

Una sorpresa para los recién llegados es que sus precios son accesibles, a unos 15 a 20 euros por persona.

Ya sea por el factor económico o por la contundencia de sus milanesas y otros platos se entiende porqué las reservas son casi imprescindibles y el grupo de Chalito sigue creciendo con nuevas aperturas: tras el nuevo local de milanesas para llevar de Collblanc en breve llegará al barrio de Poblenou.

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