7 motivos para conocer Nubar, el nuevo clásico de la zona alta de Barcelona

El restaurante Nubar de Barcelona eleva su apuesta por la fusión de cocinas y el estilo de sus ambientes

Entrada al restaurante Nubar. Foto JP Escobar

En una antigua masía decorada con aires de sofisticación, en la difusa frontera entre Sant Gervasi y Les Tres Torres, está Nubar (Doctor Fleming 12, Barcelona), un restaurante que con 14 años de vida se ha reconvertido tras la pandemia, con la idea de encabezar las propuestas gastro con más estilo de la capital catalana.

Vamos a descubrir siete razones para ir o regresar a este restaurante que pugna por ser un referente de la escena local.

1. La renovación de un clásico

El actual Nubar de la calle Fleming recuerda al recordado Nuba del Paseo de Gràcia, ubicado donde ahora se encuentra el Boulevard. Pero a no confundirse, que no es el mismo local.

Como en aquel restaurante, este otro también pertenece al Grupo Costa Este, y reelaboró su carta para ofrecer una oferta de cocina internacional basado en el eclecticismo, donde se combinan las tradiciones mediterráneas con toques vanguardistas con el sello de Oriente.

Sala del Nubar. Foto Nubar

2. Entre un restaurante y una pasarela

La decoración del estudio de Estrella Salietti, con lámparas que parecen globos espejados de discotecas y espejos con marcos de cuadros, y la separación de la sala en dos niveles, convierten al Nubar en una combinación de restaurante y pasarela, donde todos participan en el juego de ver y ser visto, en que las luces tenues no esconden el estilo que muchos gustan de presumir.

La configuración de la sala y las luces hacen que Nubar sea una mezcla de restaurante y pasarela para ver y ser visto

3. Terraza para las noches de verano

Con una capacidad de 200 comensales, la propuesta de Nubar se puede conocer entre su amplia sala y su terraza con porche anexo, ideal que para estos días en que las noches aumentan de temperatura y los atardeceres demoran su llegada.

Terraza de Nubar. Foto Nubar

Este espacio, con sillones y barras con taburetes, está rodeado de una abundante vegetación que recuerda los orígenes rurales del barrio.

4. Noches temáticas

Quizás pareciera que todas las noches en Nubar son iguales, pero no: cada jornada el restaurante presenta un ambiente distinto.

Los miércoles la temática es de El Rocío, con rumba catalana, flamenco y otros ritmos que conviven en la música que a eso de las 23:00 aumenta de volumen.

Los viernes hay espectáculos con aires de cabaret, y los domingos el plan Family mezcla ritmos urbanos con tendencias como el reggateon.

Cócteles y sushi de salmón noruego. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

5. Cocinas del mundo

Los platos de Nubar, antes que por sus aromas y sabores, entran por los ojos; por lo cual el arte del emplatado es clave; en una cocina que cruza influencias para tener la aprobación de diferentes clientes: desde habituales a turistas, pasando por residentes extranjeros o vecinos de otros barrios.

De los entrantes (de 18 a 36 euros), probamos el huevo poché con setas de temporada y parmentier de patata, pero también podrían haber sido los rigatoni al tartufo, el ceviche de bogavante con haba tonka y naranja, el langostino crujiente con crema de parmesano, la tabla de quesos con mermelada y frutos secos o el clásico tartar de atún con guacamole.

Huevo poché con setas. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

La carrillera de ternera estaba tan tierna que se podía cortar sin ayuda del tenedor

Entre los pescados (28 a 32 euros) destacan el bacalao negro con miso y setas salteadas, el pulpo confitado con panceta ibérica y parmentier, la lubina de crema de almendras o las vieiras con crema de chiribia, alcachofas y jamón ibérico.

En cuanto a las carnes (20 a 38 euros), dimos cuenta de una carrillera de ternera a la vainilla tan tierna que se cortaba con el tenedor.

Pero también hay desde tatakis de solomillos con salsa a roast-beef de ternera a solomillos con setas y alcachofas o los contundentes chuletones de ternera gallega con sal maldón, en piezas que pueden llegar hasta los 800 gramos.

Carrillera de ternera con verduras. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

6. Los sushis

Gran parte de la carta están dedicadas a platos de origen japonés como los sushis, nigiris y rolls (de 18 a 26 euros).

En nuestro caso, empezamos con unos sushis de salmón noruego, aunque también se pueden pedir los California Roll de langostinos, Maguro (con atún, rúcula y aguacate) o Shake (salmón, queso trufado y aguacate).

Atención a los rolls de Nuba Maguro (con tartar de atún picante, aguacate y fresas), el Veggie (con aguacate, mango y rúcula) o el urakami de ceviche con leche de tigre (con corvina en tempura y cubierto de lubina con mayonesa).

Si no hay decisión o son varios en la mesa, están los nigiris de 16 piezas, o las 32 unidades del sushi y el sashimi.

Torrija y postre de chocolate. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

7. Cócteles

Nubar abre de 20:00 a 2:30. La idea es que al lugar se pueda ir tanto en plan de cena como para tomar una copa; donde además de su diversa variedad de vinos y espumosos (con el toque festivo de las botellas entorchadas) se pueden conocer los cócteles (14 a 15 euros)

Entre estos nos declinamos por el Passion fruit y el Sweet Nuba, pero además de los clásicos Margarita, Manhattan, Martini Fiero Spritz o Bloody Mary también se pueden tantear las creaciones propias.

Algunos ejemplos de coctelería de autor son el Watermelon Spritz (Red Bull con sirope de pepino, zumo de lima, vermut blanco y ginebra), el Nubar (sake, Licor 43, fruta de la pasión y zumo de manzana) o el Tiki Coconout Edition Red Bull (donde además de esta bebida se combinan el ron Kraken, Habana 3, lima y sirope).

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