Rabbit’s: un delicioso viaje retro en la zona alta de Barcelona

El nuevo restaurante Rabbit’s reivindica la cultura del tapeo con platos para compartir, en un ambiente que recuerda a las cafeterías norteamericanas de los años ‘60

Rabbit’s presenta una estética retro. Foto Meritchell Jalaguer

“Van a ver que Rabbit’s es diferente a otros restaurantes del barrio”, vaticina uno de los camareros de este local que abrió a fines de abril en Ganduxer 16, Barcelona.

Y se comprueba ni bien se cruza la puerta: es lunes al mediodía y está casi lleno, la gente que entra saluda al resto como si fuera un bar de pueblo, el personal se la pasa cruzando bromas con los clientes, y nunca falta el comensal que al ver el plato de su compañero de mesa lo felicita por la elección.

Se ve que en Rabbit’s reina un ambiente familiar, lejos de los estereotipos de sofisticación y postureo que impregna a varios restaurantes de los barrios de Sant Gervasi, Les Corts, Sarrià o Pedralbes.

El restaurante abrió a fines de abril. Foto Meritchell Jalaguer

Carta ideal para el verano

Rabbit’s es otra creación de Jordi Cunill (fonéticamente se parece a conill, conejo. ¿Se entiende el juego de palabras?), quien ya era propietario del Café de París pero que pensó en darle una vuelta de tuerca a su nuevo proyecto.

La barra central permite ver a los cocineros en plena faena de elaboración de platos

La carta que diseñó se basa en tapas y platillos ideales para el verano, por cuanto los más grandes tienen un tamaño justo justo, más pensados para compartir y conocer nuevos sabores que para quedar agobiado por las porciones.

Desde la barra central se ve a los cocineros en acción. Foto Meritchell Jalaguer

En los entrantes ‘para empezar a brincar’ (6 a 18.50 euros) hay desde gazpachos de la Nana a la clásica ensaladilla rusa, pasando por las recomendadas croquetas Forrest Gump, las anchoas de primavera o el tomate azul con ventresca de atún. Más potentes, están la bomba del jefe, la tortilla de butifarra d’ou o el huevo frito con puntilla de la Encarna.

En nuestro caso, saltamos directamente a los montaditos (7 a 10 euros), donde dimos cuenta de un pequeño pero muy rico foie gras a la brasa y un mollete guarro de chistorra, apartado donde se pueden pedir los tradicionales pepitos o los mallorquines.

Así son las cigalas de Rabbit’s. Foto Meritchell Jalaguer

Pescados y carnes en Rabbit’s

El verano es ideal para probar los pescados y mariscos (8 a 33 euros) como las ostras, el tartar de atún Bluefin, los salmonetes mini a la andaluza, la colita de rape, las cigalas XL o la gamba roja XXL.

Ahora si uno es de carnes (12 a 24 euros), no hay que dejar escapar las costillas de cabrito lechal, los dados de solomillo, el steak tartar, las mollejas de Lyo o el lomo de vaca.

Pero una vuelta de tuerca a tener en cuenta son los chup-chup (10 a 15 euros), donde dimos cuenta de un tierno rabo de buey con parmentier, que dialoga con los callos y el fricando de setas.

Los platos están pensados para compartir. Foto Meritchell Jalaguer

Postres y bebidas

Entre los postres (4 a 10 euros), la torrija con helado de chocolate estaba muy bien, pero la crema de maracuyá con un toque de menta me resultó un poco empalagosa. Si no, otras opciones son el coulant de chocolate, la tarta de queso o helados como el de vainilla de Madagascar.

Además de un par de opciones cerveceras el local tiene blancos, tintos y espumosos de diversas DO catalanas, de otras partes de España, y algunas opciones de Borgoña y otras regiones de Francia.

Atención a los callos. Foto Meritchell Jalaguer

Toque retro

La estética del Rabbit’s -diseñada por el estudio de Pilar Líbano– tiene un aire a los delis de EEUU de los ‘60 que tanto hemos visto en las películas. En el centro hay una barra que rodea a los cocineros y bartenders, donde los clientes pueden ver un poco de la trastienda de las elaboraciones; espacio que se complementa con otra barra larga que separa a la cocina, y una tercera que da a los ventanales de Ganduxer.

Actualmente la capacidad es de 58 comensales, y las reservas son requisito prioritario; pero con la inminente apertura de su terraza se podrá venir a cualquier hora (su cocina abre de 13:00 a 24:00) y disfrutar de su arte del tapeo.

a.
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