La exuberante sorpresa del ron de Filipinas
Don Papa es una de las joyas del ron filipino, destilado que se elabora a los pies de un volcán en la isla de Negros; y que en Barcelona se presenta en un original escape room

El ron Don Papa Baroko en su nuevo envase. Foto Don Papa
Al menos en España, el consumo de ron se asocia a marcas del Caribe y Centroamérica, como la portorriqueña Bacardí (creada en Cuba por el catalán Facundo Bacardí Massó), los venezolanos Pampero y Santa Teresa, los dominicanos Brugal y Barceló o el nicaragüense Flor de Caña.
Pero no hay que perder de vista otros importantes centros productores como es Filipinas, donde en el siglo XVII los españoles intentaron replicar la producción que estaba emergiendo con éxito en las colonias americanas.
La primera mención documentada de ese ron asiático proviene de 1854, y el paso de los años ha dado al ron filipino características diferentes a los americanos, donde algunos siguieron la vieja tradición española de elaborarlo con una combinación de melaza y caña de azúcar.
Si hay que buscar una joya de la corona del ron filipino muchos expertos se decantan por el Don Papa Rum, elaborado en la isla de Negros, conocido como Sugarlandia por su importante producción de azúcar.
El Don Papa Baroko en boca se percibe suave y delicado, con un final especiado
Los diversos rones de esta casa, como el Don Papa Baroko, el reciente Masskara, el Don Papa original de 7 años, el Don Papa 10, el Rare Cask, el Sherry Cask, el Sevillana Cask, el Rye Aged, el Port Cask y el Gayuma, se elaboran a los pies del volcán Kanlaon; cuyo suelo permite elaborar una melaza conocida como ‘oro negro’, y de la que se obtiene un destilado que envejece durante varios años en barricas de roble americano.
La exuberancia del ron Don Papa
Baroko en idioma tagalo significa exuberancia, y algo así se siente cuando se lo prueba, al percibir un aroma ligero y afrutado en nariz, donde un olfato entrenado puede percibir notas especiadas, madera, vainilla, extractos de caramelo, espresso y clavo, con un olor con un toque de jengibre fresco.
En boca se percibe suave y delicado, con un final especiado que se prolonga con pinceladas de vainilla, miel y caramelo.
En tanto su color es un ámbar oscuro, que al iluminarlo desprende algunos destellos dorados.
Esa exuberancia también queda reflejada en su etiqueta, con un elaborado arte donde la frondosa jungla filipina es el telón de fondo de aves, marsupiales, reptiles y peces.
El nombre Don Papa recuerda a Papa Isio, nombre de guerra de Dionisio Magbuelas, líder de la tribu de los babaylanes que lideró una revuelta para liberar la isla de Negros del poder español a fines del siglo XIX.
Escape room en Barcelona
Por estas piruetas de la historia, 125 años después de la pérdida de España de la colonia filipina, Don Papa suele presentar sus rones con originales puestas en escena, como la que se está realizando en Barcelona.
Hasta fines de febrero esta compañía de ron presenta en Maximum Escape (Trafalgar 17) el escape room Expedición Sugarlandia: Los tesoros de Don Papa, que por razones obvias no podemos detallar.
Solo nos permitimos adelantar que hay hechiceros, esqueletos, leyendas, un decorado selvático y un misterio para resolver en 45 minutos que se recompensa con la degustación de tres cócteles.
Dos de ellos están elaborados con el Don Papa Masskara: el Rumble in the Jungle (con zumo de piña, granadina, fruta de la pasión y limón) y el Passion Fruit Fizz (que repite la fruta de la pasión, con sirope de chile y limón).
El tercero, Ni Piña Ni Colá, lleva Don Papa Baroko con licor de coco, sirope de piña y albahaca.
Son combinados suaves, afrutados, que evitan eclipsar el sabor del ron filipino; que bajo ningún concepto -apunta el bartender- se debe mezclar con Coca-Cola. A lo sumo, con ginger beer o bebidas similares.
Pero si tiene la oportunidad de beberlo sin añadidos, aunque sea unos pocos sorbos, sentirá la diferencia con sus primos caribeños.