Dos terrazas escondidas en La Castellana para hedonistas y gourmets

La Terraza de Amós y El Jardín del Intercontinental se postulan como los oasis más refrescantes y apetecibles de La Castellana para disfrutar del buen tiempo en Madrid

Rosewood Villa Magna esconde una apetecible terraza en su interior.

Con ola de calor o sin ella, lo cierto es que la temporada de terrazas ya ha comenzado en Madrid. Temperaturas más agradables y muchas más horas de sol invitan a disfrutar del exterior aunque no siempre es fácil encontrar refugios en el corazón de la ciudad.

Tras las mejores azoteas de Gran Vía, hoy repasamos dos fabulosos oasis en plena Castellana que, además de suponer un alivio del tráfico y el ruido de la ciudad, apuestan por la buena cocina como punta de lanza.

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El Jardín del Intercontinental

Levantado sobre el antiguo palacio del Duque de Aliaga, en número 49 del Paseo de la Castellana, el Hotel Intercontinental abría sus puertas en 1953 como el primero de carácter internacional de España. Y lo hizo a lo grande, con una legendaria fiesta que duró tres días y tres noches.

El Jardín. Foto: Intercontinental Madrid.

Convertido después casi en una ‘sucursal’ de Hollywood, por sus dependencias han pasado desde Ava Gardner (vivió en el hotel durante casi 5 años, en diferentes periodos), Frank Sinatra, Elizabeth Taylor, Gary Cooper, Sophia Loren, Bette Davis, Mario Moreno ‘Cantinflas’, Charlton Heston o Romy Schneider entre otros muchos artistas.

70 años después y reconocido como uno de los hoteles más emblemáticos de la capital, no todos saben que guarda en su interior un oasis en forma de terraza que acaba de reabrir sus puertas.

Precisamente para homenajear su 70 aniversario, el chef Miguel de la Fuente, jefe de cocina del hotel, ha diseñado para la terraza una nueva carta de cocina mediterránea y de mercado, honesta e inconformista que él mismo define como “gastronomía geográfica” y que se erige sobre la base de la materia prima de temporada y kilómetro cero.

Elegante, pero sin camareros estirados o encorsetamientos, el Jardín, de dos alturas, se oculta entre una frondosa vegetación y murales geométricos en colores pastel.

Foto: Intercontinental Madrid

Aquí, donde solía desayunar Ava Gardner en sus estancias en el hotel (también era su lugar favorito para un cóctel antes de salir a los toros o a alguno de los tablaos flamencos que frecuentaba) y con el relajante rumor del agua en una fuente-cascada con una escultura art dèco de Ángel Ferrant, se saborean entrantes ya clásicos como la crema fina de salmorejo con ventresca de bonito y guindillas dulces de Ibarra; las alcachofas confitadas en aceite de oliva con velo de papada ibérica; o unas croquetas melosas de carabineros, kewpie, nori y tobiko wasabi.

Además, nuevos platos como el korma de verduras al vapor de curry, leche de coco y arroz con matices de Oriente, el aguacate asado con ensaladilla de centolla o la ensalada de camote con hojas de espinaca y aliño ligero de yogur, menta y ras-al-hanout.

Aunque, puestos a elegir, nos quedamos con el steak tartar de vaca, con aliño ahumado, encurtidos y yuca frita.

También muy sabrosa la suprema de pollo de campo en salsa de mostaza y estragón, con colmenillas y cebollitas asadas, el solomillo de ternera de la sierra de Madrid en salsa de vino tinto, el lomo de rodaballo con panaché de verduras a la mantequilla o el ya emblemático rapito a la brasa con patatas panaderas al tomillo.

Aguacate asado. Foto: Intercontinental Madrid.

Correcta carta de vinos con referencias de las principales denominaciones de origen españolas y unas 60 referencias, entre ellas alguna menos habituales, y una selección de espumosos, cavas y champagnes.

Un brunch pantagruélico

Además del jardín, el InterContinental sigue apostando por su menú ejecutivo (38€ de lunes a viernes), un working lunch con un plato ligero y bebida (20€, también entre semana) y su ya mítico brunch de los domingos.

Cuesta 83€ pero hay pocos rivales en la capital para este generosísimo desayuno tardío que se ofrece bajo la cúpula del hotel y se acompaña de música de piano: más de 200 referencias en formato bufet libre que van desde tablas de patés y quesos, hasta los mariscos, ibéricos, pescados, carnes, sushi preparado en vivo, pasta, arroces, tartas artesanas o fuente de chocolate.

El steak tartar de Intercontinental Madrid.

El Vermut de Amós

Otra terraza escondida en el Paseo de la Castellana es la que se encuentra en los dominios del hotel Rosewood Villa Magna.

Que no te impresionen las cinco estrellas de este exclusivo establecimiento, primero de la cadena asiática de ultralujo en nuestro país.

En su jardín, que ha alojado desde una pista de hielo a un auténtico chalet suizo en estos meses de andadura, se abre con el buen tiempo otra de las terrazas más apetecibles de esta bulliciosa arteria.

De jueves a domingo, de 12.30 a 14.00 horas, tienen una opción para todos los bolsillos que, además, llega con la firma del triestrellado chef Jesús Amós, responsable también de la gastronomía de uno de los restaurantes del hotel.

Vermut de Amós. Foto: Rosewood Villa Magna.

Se trata del Vermut de Amós, un vermut de manzana con esfera de aceituna gordal acompañado de un puñado de aperitivos deliciosos como la anchoa del cantábrico, la tartaleta de bonito y encurtidos y quesitos de Cantabria.

Por 25€ por persona, también incluye la tortilla de Amós, un bombón de ensaladilla con patata violeta y huevas de salmón, buñuelos de bacalao con alioli de piquillos y croqueta de cocido con velo de papada ibérica.

Además, si te quedas con hambre, siempre se puede añadir algún extra de picoteo, como la ensaladilla de mariscos, rabas de calamar o steak tartar.

De momento disponible solo para la temporada de primavera, si reservas puedes encontrarte con una sesión de música en directo o DJ’s, y siempre con el cuidado servicio que se espera de un hotel de esta categoría.

Brunch-homenaje

Hace falta poner algo más, hasta 89 euros, si quieres disfrutar del brunch, también en los jardines, que Villa Magna reserva a los domingos.

¿Listo para el brunch del domingo? Foto: Rosewood Villa Magna.

Con el sello del restaurante Las Brasas de la Castellana y su chef Francisco Sanabria, incluye, además de música en vivo y actividades para los niños, un festín en forma de estaciones de queso, mariscos, foie gras y patés, steak, jamón ibérico, ensaladas; así como una estación de platos principales.

Además, una selección de postres de su cafetería, Flor y Nata, de la mano del chef pastelero Emanuel Alvés.

El brunch está disponible todos los domingos de 13.00 a 16.00 horas.

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