‘Tina’, un documental necesario para no olvidar la lacra del machismo

El documental sobre Tina Turner, estrenado en el Festival de Berlín, recuerda cómo la cantante se levantó una y otra vez tras las humillaciones de su marido Ike

Tina. Foto: Prensa Berlinale | EFE.

No importa cuántas veces se ha contado la historia de Tina Turner; nunca serán suficientes. Cantante, compositora, bailarina, actriz y coreógrafa, Anna Mae Bullock no solo logró romper barreras raciales y de clase para convertirse en la reina del soul y una superestrella del rock and roll, sino que también habló del maltrato y la violencia de género cuando esos temas eran considerados por la inmensa mayoría cuestiones de ámbito doméstico. 

Cuarenta años después, en plena era del #MeToo, su testimonio sigue siendo relevante e impactante a partes iguales. Una película documental rodada por Dan Lindsay y T.J. Martin para HBO y presentado en la 71 edición de la Berlinale, vuelve a poner bajo los focos el relato de la tigresa del rock. 

‘Tina’ 

Con producción ejecutiva de actual marido, Erwin BachTina es una suerte de biografía autorizada que arranca, precisamente, con la entrevista que la cantante concedió a la revista People en 1981 en la que revelaba los abusos de su exmarido y socio musical, Ike Turner. En otra entrevista actual, Tina reconoce sus reservas de aquel momento. Le pudo la necesidad de romper con todo y, por supuesto, fue un acierto. No exento de dolor. Incluso ahora, 45 años después, sufre cuando se recuerda víctima de un marido violento y un matrimonio que la torturó. Ike Turner le dio su apellido y le sirvió de plataforma a la fama. Su vida privada, sin embargo, se despeñó a los infiernos del abuso y el maltrato. 

Ni un marido maltratador, ni los intentos de suicidio, las trabas de la industria musical o el racismo de quienes intentaron fijar hasta dónde podía llegar una artista negra pudieron doblegar a Tina Turner

La historia da un salto atrás, hacia su adolescencia, cuando la joven crecía entre aparceros de una finca de Nutbush, Tennessee. Abandonada por su padre y con una madre de la que jamás recibió amor, reconoce, la joven soñaba con ser intérprete. Desfilan por la pantalla modelos de Vogue y actrices glamurosas, muy alejadas de su entorno humilde de aquel momento. La sensación de pérdida y abandono. Y luego, el ascenso a la fama de la mano de su exmarido Ike, al que conoció en 1958. 

En realidad, no se cuenta nada que no haya aparecido ya en anteriores confrontaciones con su vida, como su autobiografía Yo, Tina (1986), la película Tina, whats love got to do with it  (1993) o el musical The Tina Turner Musical (2018). La forma en que está contado, sin embargo, no deja de ser inspiradora, ahora que esa palabra está tan manoseada como casi vacía de significado. Porque toda ella lo es.  

Tina Turner en un concierto en Madrid. Foto: Daniel Beltrá | EFE.

Superación y celebración 

En un momento de la cinta, un fragmento del programa de Oprah Winfrey menciona las 50.000 cartas que se recibieron por parte de espectadores que se identificaban con su historia de maltrato. Ella misma se sigue emocionando cuando habla, desde su elegante mansión en Suiza, donde vive retirada desde hace años junto a Bach, de los dramas del pasado. Intentos de suicidio, separación, trabas de la industria musical o racismo de quienes intentaron fijar hasta dónde podía llegar una artista negra son algunos de ellos. Y, entonces, contra todo pronóstico, logró reinventarse a los 45 años como una superestrella mundial. 

Contra todo pronóstico, Tina Turner logró reinventarse a los 45 años como una superestrella mundial

Mezclando entrevistas suyas y de Erwin Bach, pero también de colegas y compañeros del pasado, como la actriz Angela Basset -llegó a estar nominada a un Oscar por su interpretación de Turner en la película Tina, whats love got to do with it-, la compositora Terry Britten, el que fuera su manager, Roger Davies, y Oprah Winfrey, el documental, aunque no se centra en el aspecto musical, incluye también fragmentos de algunas de sus actuaciones legendarias, así como imágenes ya icónicas, como las de una Tina Turner paseando por las calles de Nueva York enfundada en un minivestido de cuero negro con labios rojos y melena salvaje 

La cinta tiene también algo de legado, como de broche de una carrera que ahora repasa desde Suiza, algo alejada de la imagen de mujer indomable, pero siempre irreductible. Cuando habla de que el budismo la salvó o de la inutilidad de regodearse en el odio y los agravios, en los silencios que no cuentan el suicidio de su hijo Craig Turner, en la interpretación del Help de The Beatles como una balada lenta y melancólica o sus momentos más famosos sobre los escenarios convertida en una tigresa del rock, todo en Tina es una historia de supervivencia y celebración. 

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