Así es el avión supersónico de la NASA que volará (por fin) este 2022

El nuevo avión supersónico (y silencioso) de la NASA, el X-59 Quiet SuperSonic Technology, se enfrenta a pruebas “cruciales” en tierra antes de su primer vuelo, que tendrá lugar este 2022

El X-59 volará este mismo 2022. Foto: Lockheed Martin.

Envuelto y con lacito rojo incluido. Como un juguete que un niño fuese a encontrar bajo su árbol como regalo de los Reyes Magos, el pasado 5 de enero la NASA compartía una imagen de su X-59, el nuevo avión supersónico con tecnología silenciosa, empaquetado para su traslado desde California a Texas, donde se enfrentará a pruebas en tierra antes de realizar su primer vuelo este mismo 2022.

El avión, que tiene por nombre X-59 QueSST, acrónimo de Quiet SuperSonic Technology (Tecnología Supersónica Silenciosa), es uno de los proyectos que pretenden recuperar los vuelos supersónicos evitando, eso sí, la explosión sonora que se produce cuando una aeronave rompe la barrera del sonido (y uno de los mayores hándicaps de este tipo de aviones, del Concorde al Tupolev TU144).

Pruebas en tierra

A pesar de la pandemia (aunque sí ha supuesto retrasos), la agencia aeroespacial estadounidense continuó trabajando junto a la compañía Lockheed Martin con el objetivo de desarrollar este avión, que debería haber realizado sus primeros vuelos en el otoño de 2021.

El X-59 no es un avión comercial pero podría abrir la puerta a estos aviones. Foto: Garry Tice | Lockheed Martin.

De estética alargada y alas en forma de delta, con líneas similares al Concorde de fabricación anglofrancesa, el avión X-59 ha sido ensamblado en Skunk Works, una filial de Lockheed Martin, en California.

La imagen difundida ahora por la NASA muestra la aeronave, ya dispuesta para su traslado a Texas, donde se someterá a pruebas en tierra. Según la propia agencia en un comunicado, se trata de “pruebas críticas”, que permitirán avanzar hacia el objetivo de lograr “el primer vuelo del avión a finales de este año”.

Reducir el «boom sónico» y sustituirlo por un “golpe sónico suave y silencioso” es el objetivo de este nuevo avión supersónico (y silencioso)

Evitar el “boom sónico”

Así, mientras el X-59 se encuentre en Texas, se realizarán pruebas para garantizar que la aeronave “pueda soportar las cargas y tensiones que suelen ocurrir durante el vuelo”.

El equipo, añade la agencia, también comprobará la calibración de los sistemas de combustible antes de que el avión vuele de vuelta a California para enfrentarse a nuevas pruebas antes de estar listo para volar.

El objetivo, en cualquier caso, para por eliminar o al menos reducir el “boom sónico”, que es el que se produce cuando el avión vuela más rápido que la velocidad del sonido, hasta reducirlo a un “golpe sónico suave y silencioso”, afirman.

Según los cálculos de la NASA y Lockheed Martin el X-59 debería producir un impacto auditivo menor a los 75 decibelios en la tierra, lo que equivale a un “trueno lejano” o a “un vecino golpeando fuerte la puerta de su coche”, según describe el fabricante de aviones en su web.

El X-59 está concebido para para alcanzar velocidades de 1.4 Mach o, lo que es lo mismo, 1.715 km/h, el doble que los aviones comerciales aunque por debajo de los 2.180 km/h del Concorde

Vuelos reales, la prueba de fuego

El X-59 se enfrentará después a sus primeros vuelos en las instalaciones de centro Armstrong de la NASA, donde se comprobará su comportamiento en condiciones atmosféricas reales (y, por tanto, no controlados).

Ensamblaje del X-59. Foto: Garry Tice | Lockhed Martin.

Los fabricantes han retrasado a 2024 otro de los momentos cruciales: los vuelos sobre determinadas comunidades de los EE UU que les permitirán seguir recopilando datos que “podrían abrir el futuro a vuelos comerciales supersónicos sobre tierra”.

Con un fuselaje de 30 metros y una envergadura de nueve metros, el X-59 está concebido para para alcanzar velocidades de 1.4 Mach o, lo que es lo mismo, 1.715 km/h, el doble que los aviones comerciales aunque por debajo de los 2.180 km/h del Concorde.

La mayor parte de la aeronave está construida en aluminio, aunque hay secciones de titanio para soportar las altas temperaturas del vuelo. Incorporará un motor General Electric F414 y, entre sus especificidades, la cabina del piloto solo tendrá ventanillas laterales: la visión delantera se obtendrá gracias a un monitor 4K que permitirá maniobrar con mayor precisión y, a la vez, reducir el impacto de las ondas sonoras.

No es un avión comercial

Pese a los “importantes avances” en este 2021 y el “crucial” 2022 que le espera al proyecto según la NASA, el X-59 no es un avión comercial sino un prototipo que permitirá a la agencia “recopilar datos que podrían abrir el futuro a vuelos comerciales supersónicos en tierra”.

El X-59 es la apuesta de la NASA por crear un avión supersónico y silencioso. Foto: NASA.

El matiz “en tierra” es determinante. De hecho, el impacto sonoro del Concorde, que alcanzaba los 105 decibelios en tierra firme, obligó a que sus operaciones se realizasen, en su mayor parte, sobrevolando océanos y territorios despoblados.

Así, los vuelos del X-59 servirán para recolectar información sobre la posible contaminación acústica en las comunidades por donde vuele, unos datos que serán enviados a la Administración Federal de la Aviación, el organismo regulador de os EE UU, para que decida si es viable que regresen los vuelos supersónicos comerciales, desterrados tras el cese de operaciones del Concorde en octubre del 2003.

El actual X-59, que lleva más de una década de investigación y trabajos, comenzó a construirse en 2018 en las instalaciones de Skunk Works de Lockheed Martin en Palmdale, California.

Otros proyectos tratan en paralelo de resucitar los vuelos supersónicos, entre ellos el Aerion AS3 con capacidad para 50 personas y que podría volar a más de 4.800 km/h (conectando Madrid y Los Ángeles en menos de 3 horas, por ejemplo).

También el conocido como Air Force Two de Exosonic que la empresa californiana del mismo nombre desarrolla con la Fuerza Aérea de EE UU, o el modelo el modelo Overture, de la compañía estadounidense Boom Supersonic, capaz de volar a 2.082 km/h, el doble que los aviones de pasajeros actuales.

a.
Ahora en portada