Cómo llevar un trozo de B747 en tu cartera

Hay partes de aviones que se reciclan como muebles, lámparas o llaveros. Y ahora, también en tarjetas de crédito, como la American Express fabricada con fragmentos de un B747

Un recuerdo para todos los fanáticos de la Reina de los Cielos. Foto Delta Air Lines

El reciclaje de los aviones está llegando a experiencias nunca vistas. Es cierto que el 90% de las estructuras de las aeronaves jubiladas se destinan a otras unidades como repuestos, mientras que los motores pueden continuar operando por varios años más.

Hay aerolíneas que cada tanto hacen venta de mercadillo con los asientos, galleys, vajilla y hasta los menús de los aviones que retiran de circulación; mientras que han surgido varias compañías especializadas en transformar partes de los aviones en lámparas, escritorios, relojes y hasta oficinas portátiles.

La reducción en la escala del reciclaje había llegado a las placas metálicas para identificar las maletas, pero ahora se ha dado un paso más: crear tarjetas de crédito con fragmentos de un avión.

Una tarjeta muy exclusiva

La idea es una iniciativa conjunta de American Express y Delta Air Lines, que hasta el 3 de agosto ofrecen a sus socios una tarjeta confeccionada en un 25% con fragmentos del fuselaje de un B747, una de las Reinas de los Cielos que voló para la compañía estadounidense entre 1990 y 2017.

La tarjeta está confeccionada en un 25% con aluminio del fuselaje de un B747 y el resto son capas de polímeros que protegen la aleación

La tarjeta cuenta con varias capas, con un 25% de aluminio del B747. Foto Delta Air Lines

Esta tarjeta es exclusiva para miembros de los programas Delta SkyMiles Reserve y Reserve Business Card Member.

Funciona como cualquier otra tarjeta contactless. Lo interesante es la historia que carga en su delgada figura y la proeza técnica que hubo para crearla.

La historia del B747 en la cartera

“El legado del 747 sigue vivo para una nueva generación de pasajeros de Delta a través de esta tarjeta de crédito, la primera en su tipo, que nuestros miembros estarán orgullosos de llevar en sus carteras”, describió Dwight James, responsable de Fidelidad del Cliente en Delta y consejero delegado de CEO Vacations.

“La idea de hacer una tarjeta de crédito de metal con el metal real de un avión comenzó hace años”, dijo; solo que faltaba desarrollar la tecnología necesaria para que sea realidad.

El B747 se encontraba en un cementerio de aviones de Arizona. Foto Delta Air Lines

Un año de investigación

El B747-451 de Delta, que fue retirado el 18 de noviembre de 2017, se encontraba en su eterno descanso en un cementerio de aviones de Arizona.

Fue necesario un año de investigación y desarrollo para crear esta tarjeta con fragmentos de un avión

Tras un año de investigación y desarrollo para garantizar que el metal pueda funcionar como una tarjeta de crédito sin desgastarse con el uso diario, un equipo de operarios metalúrgicos comenzó la disección de las partes de aluminio para que el material pueda limpiarse y enrollarse en delgadas láminas.

Además del 25% de la aleación metálica la tarjeta está compuesta por otras capas de polímero para proteger al aluminio, además del típico chip que permite realizar los pagos sin contacto.

Delta dejó de volar con los B747 en 2018. Foto Wikicommons

Kit con tecnología de realidad aumentada

La tarjeta no se entrega sola: además de las ventajas en el cómputo de millas cada socio recibirá un kit de bienvenida que le permite acceder a una experiencia de realidad aumentada, que detalla la historia del B747 número 6307, que ha “donado” una parte de su estructura para este método de pago.

Por ejemplo, con esta nueva tecnología se puede saber que esa aeronave fue clave para transportar a los evacuados por el huracán Irma que azotó Florida en septiembre de 2017, y que fue protagonista de casamientos como el de un piloto con una tripulante de cabina.

En sus 27 años de servicio este avión realizó 14.100 vuelos y transportó cuatro millones de pasajeros a través de 109 millones de kilómetros, el equivalente a dar 2.700 vueltas alrededor del planeta.

Y seguirá viajando, aunque sea en los bolsillos de un puñado de privilegiados socios de American Express.

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