Los secretos del primer faraón griego se descubren en Barcelona

El Museo Egipcio de Barcelona reproduce parte del templo del faraón Ptolomeo I, recientemente descubierto por investigadores de este centro

La exposición cuenta con 50 piezas del período ptolemaico. Foto Enric Fontcuberta – EFE.jpg

La dinastía más larga del Antiguo Egipto hablaba griego. La saga se inició en el 305 aC con Ptolomeo I y continuó por tres siglos más, hasta que la historia de amor, traición y conquistas de Cleopatra VII con Marco Antonio y Octavio convirtió al reino de los faraones en provincia romana en el 30 aC.

Ptolomeo I fue uno de los generales macedonios que siguieron a Alejandro Magno en su conquista del mundo conocido, y que tras su muerte se repartieron su efímero imperio como un pastel.

El hallazgo del templo de Ptolomeo I

Su historia, la influencia en la política y las artes se pueden conocer en la exposición Ptolomeo, Faraón de Egipto. El descubrimiento de su templo, que se presenta en el Museo Egipcio de Barcelona, donde el hilo conductor son una cincuentena de obras del patrimonio del centro.

Todo un viaje al Antiguo Egipto sin salir de Barcelona. Foto Enric Fontcuberta | EFE

La realización de la muestra no es casualidad: la idea es difundir el reciente descubrimiento de los restos del templo del Ptolomeo I (305-284 aC) en la ciudad de Hutnesut, la actual Sharuna, que fue el hito de investigación más importante de la Fundación Arqueológica Clos-Museu Egipcio.

El descubrimiento de los restos del templo de Ptolomeo I fue el hito más importante de la Fundación Arqueológica Clos-Museu Egipcio de Barcelona

Así se ve en la primera parte de la muestra, donde una serie de plafones y el despliegue de restos del Museo Egipcio explican las características del período ptolemaico, especialmente en los ámbitos artísticos y religiosos.

Estatua del dios Horus en forma de halcón. Foto Museo Egipcio de Barcelona

Allí se despliegan estatuas de las reinas de la dinastía como la famosa Cleopatra VII, monedas con las imágenes de Ptolomeo I y Alejandro Magno, representaciones de los dioses Serapis y Bes y un selecto conjunto funerario característico de la época.

Viajar al templo sin salir de Barcelona

La segunda parte de la muestra permite viajar al interior del templo sin moverse de la capital catalana, gracias a restituciones fidedignas de las diferentes partes del templo, realizadas en 3D.

En la exposición también se puede conocer cómo fue la excavación del recinto, realizada por expertos del museo, de la Universidad de Tübingen y el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.

Tetradracma de bronce del año 134, acuñada en Alejandría. Foto Museo Egipcio de Barcelona

Los estudios permitieron realizar una reconstrucción hipotética del templo que en 1838 documentó el egiptólogo Nestor El Hôte, y cuyos estudios se perdieron para siempre.

En el lugar se encontraron jeroglíficos cuya traducción permitió conocer su fecha de fundación, su nombre verdadero y saber a qué dioses estuvo dedicado.

Reproducción de la piedra Rosetta. Foto Museo Egipcio de Barcelona

La llave que abrió las puertas del Antiguo Egipto

Uno de los puntos destacados es la recreación de los sillares del lugar, con copias realizadas con materiales biodegradables a escala real, que permiten al público tener una perspectiva más real de cómo era el mobiliario religioso.

También se puede ver una reproducción de la piedra Rosetta, la roca descubiertas en 1799 donde las inscripciones en jeroglíficos griegos, y en alfabeto demónico y griego permitió traducir los misteriosos símbolos y abrir las puertas del Egipto Antiguo al mundo moderno.

a.
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