Berna, la ciudad con las fuentes más curiosas del mundo

Berna cuenta con más de 100 fuentes públicas, que llaman la atención por su intenso colorido y por los detalles de su realización. Estas son las más interesantes

Berna cuenta con un centenar de fuentes. Cada una esconde una historia. Foto Edwin 11 – Flickr

Como en todas las ciudades con un importante centro medieval, las fuentes de Berna han sido mucho más que puntos proveedores de agua para la comunidad. Eran sitios para socializar, donde durante siglos se reunían las criadas y dueñas de las casas con sus tinajas y ollas de cobre, junto con los que cargaban grandes toneles para proveer del vital líquido a los vecinos más alejados.

Como era común que las vacas y los caballos sean conducidos por el centro, todavía se pueden ver estanques más bajos para que puedan beber los animales.

El color de las fuentes

Del centenar de fuentes que hay en Berna, seguramente al visitante le llamará la atención una docena de fuentes históricas, revestidas de vivos colores, que están coronadas por personajes históricos, otros de fábulas populares o alegorías de la cultura.

Una docena de fuentes, de colores intensos, fueron realizadas por el escultor alemán Hans Gieng a mediados del siglo XVI

En Berna hay un centenar de fuentes. Foto Bern Welcome

Si varias de estas fuentes son muy parecidas en la estética es porque unas ocho de ellas fueron realizadas por el escultor Hans Gieng, de Friburgo, quien según los estudios históricos ha trabajado en Berna durante la década de 1540.

Son interesantes ejemplos de arte renacentista, donde los diseños y la pomposidad de las figuras recuerdan la prosperidad de la capital suiza siglos atrás.

El inquietante ogro

Seguramente una de las que más impactan es la fuente del Ogro, o sea la Kindlifresserbrunnen. Inquieta un poco ver a un gigante de ojos desorbitados que tiene un bebé en su boca, mientras sostiene como puede otros cuatro niños que tratan de escapar.

La inquietante fuente del Ogro. Foto Bern Welcome

Se supone que la figura representaba a lo que aquí se conoce como el coco y en otros países como el hombre de la bolsa, una amenaza para que los niños se porten bien.

Más elegante es la Fuente de la Justicia (Gerechtigkeitsbrunnen), donde una mujer de elegante vestido azul y armadura dorada, con sus ojos vendados, sostiene una espada y una balanza. A su lado, un rey, un sultán y un emperador le rinden homenaje, una idea de que la justicia debía ser universal (otra cosa es lo que pasaba en la realidad en esa época).

Figuras históricas y bíblicas

La fuente de Moisés (Mosesbrunnen), en la plaza Minster, infunde respeto. La figura anterior, que estaba muy deteriorada, fue reemplazada en 1791 por una escultura realizada por Nikolaus Sporrer de Constanza, que dotó a este patriarca del pueblo judío de una larga túnica azul dorado.

La fuente de la Justicia. Foto Foto Bern Welcome

En la fuente de la plaza del Ayuntamiento se puede ver al portaestandarte de Bernese, con el oso rampante que simboliza a la capital helvética.

En la invasión napoleónica el estandarte desapareció y durante dos siglos nadie se preocupó en reponerlo. Pero ahora se lo puede ver tal como lo concibió el artista.

En la fuente de Zähringen volvemos a encontrar al oso, pero esta vez vestido como un caballero medieval. Esta fuente, una de las más coloridas del centro histórico, presenta a este animal con un casco, con un estandarte en una pata y un escudo en la otra, ambos adornados con un león dorado.

Osos que llevan cartas y disparan mosquetes

Un pilar de rectángulos azules con bordes rojos está coronado por la figura de Sansón, vestido como si fuera un soldado romano, que está luchando contra un león.

La fuente de Moisés. Foto Bern Welcome

Muchas de las estatuas medievales tienen de mascota a un oso, el símbolo de Berna, ayudando a llevar cartas o vestidos con armaduras medievales

Como a un costado tiene un cuchillo de carnicero, y se sospecha que había sido una donación de este gremio, desde fines del s.XVII se lo conoció como la fuente del carnicero, hasta que hace 150 años se lo llama la Simsonbrunnen (fuente de Sansón).

La figura de la fuente del Mensajero (Läuferbrunnen) no es la original, que se encuentra en el Museo Histórico de Berna; sino que fue cambiada en 1950.

El mensajero, vestido con túnicas de rojo intenso, sostiene una lanza y en su espalda carga un maletín. La mascota que lo acompaña no es un perro, sino -lógicamente- un oso, que también está vestido de una forma similar.

Otro oso que acompaña a una figura es el de la Fuente Marksman, donde se levanta la fuente del tirador. Es la Schützenbrunnen, donde se puede ver al animal apuntando a los peatones que pasan por la Ciudad Vieja.

El oso con armadura medieval. Foto Bern Welcome

Encima del animal está el tirador, con armadura medieval, que porta el estandarte de la Sociedad de Mosquetería.

Leyendas medievales

Otra fuente con una estatua en armas es el ballestero de Aarbergergasse, un ballestero que recuerda a Ryfflim, quien se dice que derrotó al caballero Jordan III de un solo disparo.

Con un elegante uniforme de capitán, lleva una ballesta, un carcaj y un percutor. ¿Y a qué no sabe quién lo acompaña? Pues un oso, revestido de una armadura.

Estatua de Samsón. Foto Bern Welcome

El pase para recorrer Suiza

Si bien Berna es una ciudad para caminar, llegar a la capital suiza -como a cualquier ciudad de la Comunidad Helvética- es más fácil y económico con el Swiss Travel Pass, un abono que permite usar ferrocarriles, autobuses, tranvías y barcos de 250 empresas públicas y privadas.

Funciona como el Interrail, los pases son de 3 a 15 días consecutivos, con precios que van desde los 232 euros el de tres jornadas en coches de segunda clase, hasta los 675 euros que puede costar el de 15 días en primera clase.

En este pase están incluidas las entradas gratuitas a 500 museos y castillos, así como permite subir a los bonitos trenes panorámicos que recorren los valles y montañas suizas.

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