Camí des Cavalls: el gran sendero que rodea Menorca

Con 185 km de extensión este antiguo camino usado para comunicar pueblos y la defensa de Menorca se presenta como un destino turístico en sí mismo

Una pausa en el faro de Favàritx. Foto AEITB

Un isla donde toda su geografía está catalogada como Reserva de la Biosfera merece ser descubierta de la forma más natural posible. Y Menorca, de ella se trata, puede ser recorrida en toda su extensión a través de un antiguo sendero que bordea su litoral. Este es el Camí des Cavalls.

Sus orígenes se remontan al siglo XIV, cuando se trazaron esos antiguos senderos rurales que agilizaban las comunicaciones entre poblados y granjas, y que más tarde se usaron como una rápida vía entre las fortificaciones y puestos que defendían la pequeña isla de piratas e invasores; hasta que la breve invasión británica en el siglo XVIII le dio estatus de Camino Real.

Los menorquines no lo consideran como la suma de senderos sino como una sola unidad, que gracias a la presión popular pudo ser conservado y abrirse camino para poder ser recorrido en su totalidad a pie, a caballo o en bicicleta.

En bici por Binigaus. Foto AEITB

185 km para descubrir

Su trazado totaliza 185 km, y si bien hay varias pruebas de deportes extremos que desafían a recorrerlo en el menor tiempo posible, la idea es hacerlo entre seis y trece etapas, ya sea solo o en compañía de guías locales.

Lo sugerido es realizar el Camí des Cavalls en seis a 13 etapas, según el estado físico y tiempo de cada uno

Al andar por el sendero, salpicado de pequeñas rocas y muchas veces acompañado por los muros de piedra seca que dividen las fincas rurales, se descubre que a grandes rasgos Menorca se divide en una costa norte con un litoral “accidentado y abrupto, con un paisaje de colinas, torrentes y humedales” precisan en la agencia Camí de Cavalls 360; donde se atraviesan calas de acantilados oscuros y playas con grandes piedras redondeadas.

Andando por Favàritx. Foto AEITB

En tanto la franja sur se presenta con rocas calcáreas más claras, en un terreno más llano y menos accidentado, aunque cada tanto hay que ir esquivando profundos barrancos.

Playas, bosques y campos

Periódicamente aparecen las playas que van salpicando su geografía, con sus costas de arenas blancas bañadas por aguas turquesas.

En varios tramos el camino se desvía al interior, atravesando campos de cultivos y bosques.

En general mantiene un suave desnivel, de 2.500 a 2.700 metros acumulados; aunque hay algunos tramos que para sortear la escarpada orografía de los barrancos hay que hacer ante las subidas o bajadas cortas pero intensas.

Sendero entre antiguas barracas. Foto Eduardo Miralles

Las 13 etapas

Si se decide hacer el trazado de 13 etapas, la más recomendada para familias o para quienes prefieran disfrutar del paisaje más que poner a prueba su resistencia física, el kilómetro cero podría estar en Mahón, e ir realizando el Camí des Cavalls en el sentido contrario a las agujas del reloj.

La primera etapa, de 20,3 km sería desde la capital de Menorca a Favàritx, donde se pasa por Sa Mesquida, Es Grau, las bonitas calas de Tamarells, Rambles y Morella y la Platja d’en Tortuga.

La segunda, de 13,6 km, conduce a Arenal d’en Castell, y tras el faro de Favàritx permite ver el surrealista paisaje de las salinas de Mongofre hasta Addaia.

Atardecer en Ses Salines. Foto AEITB

La tercera, más suave, pasa por Son Parc, las calas Pudent, Roja y Blanca hasta el pintoresco pueblo de Ses Salines.

Por la cara norte de Menorca

El siguiente tramo de casi 11 km atraviesa las calas Tirant y Mica, así como por Ferragut y Sanitja hasta Binimel·la.

La ruta tiene poco desnivel, pero varios tramos requieren un esfuerzo extra para sortear los barrancos en subidas o bajadas breves pero intensas

La quinta etapa tiene una distancia similar pero un desnivel más pronunciando, bordeando las calas de en Calderer y Barril hasta Pregonda y luego el Camí des Alocs.

El paisaje de Es Grau. Foto AEITB

La sexta es más suave pero más larga: 17,1 km hasta Cala Morell, pasando por El Pilar, Pla de Mar, Algairens, Ses Fontanelles y Biniatram.

Y la séptima va desde Cala Morell a Ciutadella, un camino de 18,9 km que desciende suavemente y permite ver Calesmorts, Punta Nati, Torre del Ram, Cala en Blanes y Sa Farola.

A mitad de camino

Ya estamos en el ecuador del gran sendero, en un camino casi sin desnivel que va por Santandria, las calas Blanca y en Bastó, Marina de Son Olivar hasta el Cap d’Artrutx y su emblemático faro.

La novena etapa -de 17,4 km- es más intensa en los últimos tres kilómetros, en un curso que pasa por Son Saura, Es Talaier, la Cala en Turqueta, Macarella y Macarelleta y Cala Galdana.

En la décima el camino se pone más aguerrido, con 11,5 km y un desnivel de 239 metros, pero que se recompensan con el pase por las hermosas calas de Mitjaneta y Mitjana, el Barranc de Trebalúger y Binigaus, hasta Sant Tomás.

Albufera de des Grau. Foto Jaume Capellà

Las últimas etapas

Los primeros siete kilómetros de la etapa siguiente, que termina en Cala en Porter, transcurre por un terreno llano; pero la segunda parte requiere de buenas piernas y pasar por Son Bou Llucalari y el barranco de Cala en Porter.

Por suerte la etapa 12 es un poco más suave, donde tras ver los parajes de Calescoves, es Canutells y Binissafúller se llega a Binibèquer.

Y la última etapa, de unos largos 17,7 km pero con escaso desnivel, toca la Punta Prima, el Alcalfar, la Cala Rafalet, Es Castell con su pequeño puerto y su coqueto ayuntamiento, y un poco más adelante, Mahón; punto final de este antiguo sendero que permite atrapar la magia de Menorca en su estado más auténtico.

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