Flandes: el espectáculo de color en el reino de las flores

Vayan organizando los días de vacaciones o los festivos de Semana Santa y la ropa de medio tiempo, busquen billetes de avión o tren para marzo o abril, y preparen un mapa de Flandes para marcar qué puntos de esta región belga estallan de flores en primavera.

Más que jardines, cabría hablar de ‘espectáculos botánicos’, entre los creados por la mano de la naturaleza a los diseñados a pedido de reyes, gobiernos regionales y asociaciones de amantes de las flores.

Veamos algunos de ellos

Bosque de Hallerbos

Uno de esos lugares mágicos por la naturaleza es del bosque de Hallerbos, a 15 kilómetros del centro de Bruselas.

Bien comunicado por transporte público y coche, a mediados de abril el lugar queda tapizado por el lienzo morado que presentan los jacintos en flor, aunque un poco de ingeniería genética a los bulbos logra que algunos sectores tengan sus pétalos desplegados ya en invierno.

Entre los senderos destacados está el camino de Achtdreven de 1,8 km, adaptado para personas con movilidad reducida; el de las secuoyas -que presenta los árboles más grandes del mundo- y el paseo del corzo, que se aventura por cuatro valles.

Durante estos fríos meses el lugar también despliega una magia especial, entre las ramas desnudas, el manto de hojas marrones y la neblina que suele dar un toque fantasmagórico.

Invernaderos reales de Laeken

El rey Leopoldo II, que gobernó Bélgica en casi toda la segunda mitad del siglo XIX, era un devoto coleccionista de plantas exóticas.

Para albergar un patrimonio natural tan valioso junto al castillo de Laeken entre 1874 y 1895 se construyeron los Invernaderos Reales, una serie de estructuras de hierro y cristal tan grandes como una catedral, un circuito de rotondas, cúpulas y galerías con árboles, arbustos y flores de todas partes del mundo.

Los Invernaderos Reales de Laeken, construidos para albergar la colección de plantas del rey Leopoldo II, abre solo tres semanas al año

Aunque es muy fácil de llegar desde el centro de Bruselas, las puertas de este complejo solo se abren tres semanas al año, entre mediados de abril y principios de mayo.

En esos momentos las azaleas están en flor, y el lugar es atrapado por una fragancia encantadora.

Floralia Bruselas

En el castillo de Groot-Bijgaarden, en Bruselas, en la primavera alrededor de un millón de bulbos plantados a mano florecen en un espectáculo natural que no tiene comparación.

Este despliegue forma parte de la exhibición Floralia Brussels, que se realizará del 2 de abril al 3 de mayo en este parque de 14 hectáreas, donde además de los tulipanes también hay una importante presencia de jacintos y narcisos.

En el lugar hay un torreón que se puede visitar, y en cuya terraza hay impactantes vistas de la capital belga y del famoso Atomium.

Jardín Botánico Nacional de Bélgica

En Meise, a pocos minutos del centro de Bruselas, se encuentra el Jardín Botánico Nacional de Bélgica, señalado como uno de los más grandes del mundo.

En sus 92 hectáreas cuenta con nada menos que 18.000 plantas de todos los rincones del planeta, y desde que abre sus puertas el 27 de marzo, casi cada día se pueden ver la floración y fructificación de toda clase de especies, desde coloridas orquídeas a robustos robles, pasando por gigantescas palmeras y espinosos cactus.

El Jardín Botánico Nacional de Bélgica, de 92 hectáreas, es uno de los más grandes del mundo

Uno de los paseos destacados es el Palacio de las Plantas, un complejo de invernaderos conectados en una red que se extiende por una hectárea; mientras que la Casa de la Evolución se puede conocer la historia natural de la Tierra.

Arboreto de Kalmthout

A 30 kilómetros de Amberes está el Arboreto de Kalmthout, que presenta un catálogo de 7.000 ejemplares de todos los continentes (excepto Antártida, claro).

Este complejo está abierto todo el año, y en cualquier época hay un motivo para visitarlo: ya sea por las flores de la primavera, el verde de los arbustos en verano, las hojas marrones del otoño y las floraciones invernales de especies como los hamamelis (avellanos de bruja), con sus pétalos amarillos, anaranjados y rojos.