Templo de Debod, 50 años de un pedazo de Egipto en Madrid

Situado sobre el antiguo Cuartel de la Montaña de Madrid, el templo fue un regalo de Egipto en agradecimiento a la ayuda prestada por España para salvar los templos de Nubia

Templo de Debod. Foto: Getty Images.

Famoso por sus puestas de sol, escogidas entre las más bellas de España, el templo de Debod es todo un símbolo de Madrid. A pocos pasos de la recién remodelada Plaza de España, no hay turista que no quiera posar con este espectacular templo nubio que, sin embargo, solo ha pasado 50 años de su existencia de más de 2.000 en la capital.

Fue el 18 de julio de 1972, tras una reconstrucción piedra a piedra de más de 2.300 piezas, cuando los primeros visitantes pudieron visitarlo en Madrid.

Citado por el mismísimo Jean-François Champollion, el historiador y lingüista que logró traducir la piedra Rosetta y, así, descifrar los jeroglíficos egipcios, que visitó el templo y dejó una breve referencia del edificio, el templo de Debod llegó a Madrid procedente de la Baja Nubia, en las orillas del Nilo, al sur de Egipto, donde fue levantado hace 2.200 años, en el siglo II a.C.

Templo de Debod. Foto: Cesar Lucas Abreu | ©Madrid Destino.

Y lo hizo como regalo de Egipto a España en 1968 en agradecimiento por la ayuda española tras la ayuda prestada (coordinada por la Unesco) para salvar los templos de Nubia que quedarían anegados debido a la construcción de la presa de Asuán, que afectó también al hermoso Abu Simbel.

Un reducto de Egipto en Madrid

No fue el único templo en salir del conocido como ‘país de oro’ en Egipto. El país donó un total de cuatro templos nubios: Dendur a los Estados Unidos (actualmente en el Metropolitan Museum de Nueva York), Ellesiya a Italia (hoy en el Museo Egipcio de Turín) y Taffa a los Países Bajos (en el Rijksmuseum van Oudheden de Leiden) además Debod a España.

El de Debod fue una construcción en época del faraón Ptolomeo IV Filópator del rey nubio Adijalamani de Meroe, quien dedicó una capilla decorada con relieves a los dioses Amón e Isis en el siglo II a.C.

Templo de Debod. Foto: Álvaro López | ©Madrid Destino.

Posteriores reyes de la dinastía ptolemaica construyeron nuevas estancias alrededor del núcleo original y, tras la anexión de Egipto al Imperio Romano, los emperadores Augusto, Tiberio y, tal vez, Adriano, culminaron la construcción y decoración del edificio, que incluía policromía en los relieves.

En el siglo VI, tras la conversión de Nubia al cristianismo, el templo fue cerrado y abandonado. Siglos después, diferentes exploradores y egiptólogos se referirían al templo, entre ellos el suizo Johann Ludwig Burckhardt, el citado Champollion y el ruso Joseph Ssenkowsky.

Su destino cambiaría para siempre tras la decisión de Egipto de construir la gran presa de Asuán.

Los relieves estaban originalmente policromados. Foto: Javier Sánchez | ©Madrid Destino.

Anegado durante nueve meses al año en el inmenso Lago Nasser (tiene 500 km de longitud), el templo comenzó a deteriorarse rápidamente, perdiendo en primer lugar el color que cubría sus relieves, pero también erosionando su piedra arenisca. En 1961 comenzaría a ser desmontado para trasladarse a su nueva ubicación, a más de 5.000 kilómetros de la original.

Del Nilo al Cuartel de la Montaña

Una misión arqueológica polaca fue la encargada de desmontar el templo. Sus 2.300 piezas fueron numeradas y trasladadas a la isla Elefantina, donde estuvieron hasta abril de 1970 y de donde pasaron al puerto de Alejandría y, después, al puerto de Valencia, en junio de ese mismo año y no sin negociaciones complejas. Cerca de 90 camiones trasladaron las 1.350 cajas llenas de piedras a Madrid.

Cerca de 90 camiones trasladaron las 1.350 cajas llenas de piedras a Madrid en un viaje que comenzó en Nubia, pasó por la isla Elefantina, el puerto de Alejandría y Valencia

En la capital se escogió para su nueva ubicación el solar que había ocupado el Cuartel de la Montaña, una edificación militar construida entre 1860 y 1863 sobre la conocida como Montaña de Príncipe Pío.

Un lugar con su propia (y trágica) historia, ya que aquí las tropas francesas de Napoleón fusilaron a los sublevados del alzamiento del 2 de mayo de 1808, la escena retratada en el famoso cuadro de Goya El 3 de mayo en Madrid o Los fusilamientos.

El templo se ubicó en el solar del desaparecido Cuartel de la Montaña. Foto: Álvaro López | ©Madrid Destino.

Un siglo después, también tuvo un papel en la sublevación militar de julio de 1936, que daría lugar a la Guerra Civil española. Durante la contienda, el cuartel fue prácticamente destruido y posteriormente fue demolido.

Reconstrucción piedra a piedra

Tampoco la reconstrucción, ya en suelo madrileño, fue sencilla. Muchas de las piezas habían perdido su numeración y el gobierno egipcio apenas había entregado un plano y un croquis del alzado del monumento, junto con algunas fotografías.

El montaje piedra a piedra en Madrid en lo que un día fuera la Finca de La Huerta mantuvo la orientación de su lugar de origen, es decir, de este a oeste.

Fotografía de archivo de las obras del templo egipcio de Debod en Madrid el 03 marzo de 1971. Foto: EFE.

Se realizó sobre una base de piedra para mantener el aislamiento y se empleó la técnica llamada anastilosis; es decir, se colocaron en su lugar los elementos originales hallados y se añadieron las partes de reconstrucción con una piedra de diferente color, para poder distinguir los elementos antiguos y originales de los nuevos, en este caso piedras traídas de Villamayor (Salamanca).

En su nuevo emplazamiento, el santuario egipcio fue inaugurado el 18 de julio de 1972 por Carlos Arias Navarro, alcalde de Madrid.

300 visitantes al día

Para comprender el significado de la ubicación del edificio, sus motivos decorativos y conocer su historia, se exponen maquetas, vídeos y proyecciones audiovisuales sobre las paredes.

Actualmente y aún con restricciones de aforo, el templo recibe a unos 300 visitantes al día, unos 200 menos que en época prepandémica.

El lugar no es ajeno al debate, especialmente por quienes reclaman más conservación para el templo.

El santuario es uno de los símbolos de Madrid. Foto: Hiberus | ©Madrid Destino.

Ya desde el año 2007 la UNESCO, junto con otras organizaciones, planteó cubrir con una campana de cristal el Templo de Debod (es el único de la serie de los cuatro santuarios donados por Egipto que no lo está), para conservar este museo, que es el más visitado de la red de museos municipales.

En este sentido, está prevista la celebración de una jornada el año que viene con expertos y técnicos para tomar una decisión al respecto: si basta su preservación con el plan de prevención o si hace falta cubrirlo.

Más bonito o no, lo cierto es que el templo que ideó un rey meroita y ptolemaico, que fue terminado por emperadores romanos, que permaneció meses bajo las aguas del Nilo, que viajó por el Mediterráneo y que ahora podemos ver en el centro de Madrid es uno de los lugares con más encanto y magnetismo de la ciudad.

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