Caixabank retrata una recuperación de la DANA «a dos velocidades»: el consumo renace, pero el comercio perece

Entre el 30 de octubre y el 5 de noviembre, la facturación de estos negocios se desplomó un 83% respecto al mismo periodo del año anterior

Varias personas realizan labores de limpieza tras el paso de la DANA por el barrio de La Torre de Valencia. Rober Solsona / Europa Press

Varias personas realizan labores de limpieza tras el paso de la DANA por el barrio de La Torre de Valencia. Rober Solsona / Europa Press

Seis meses después de la DANA que destrozó gran parte de la provincia de Valencia, un informe de CaixaBank Research retrata una «recuperación a dos velocidades» en la zona más afectada, comprendida por 15 municipios. Este análisis revela una disparidad significativa entre el rápido repunte del consumo de los residentes y la persistente inactividad en el tejido comercial local.

Inicialmente, en los días inmediatamente posteriores a la DANA (del 30 de octubre al 5 de noviembre), el gasto en consumo de los residentes de la ‘zona cero’ de la DANA cayó un 47% en comparación con el año anterior.

Sin embargo, la recuperación fue «rápida», y apenas un mes después, el ritmo de crecimiento del gasto de estos residentes ya superaba el promedio del resto de España, probablemente impulsado por las necesidades de reposición tras la riada. Esta tendencia positiva se ha mantenido constante a lo largo de los seis meses siguientes.

Por el contrario, el impacto sobre los comercios de esta misma área fue «mucho más intenso». Entre el 30 de octubre y el 5 de noviembre, la facturación de estos negocios se desplomó un 83% respecto al mismo periodo del año anterior.

Seis meses después, el gasto realizado en los comercios de la ‘zona cero’ de la DANA sigue estando por debajo de los niveles de hace un año. El informa explica que un elevado número de comercios aún no han reanudado su actividad. En abril, el 20% de los comercios activos en los municipios más golpeados por la riada se mantenían por debajo del periodo previo a la DANA.

Las diferencias por sector son notables: mientras que el sector del transporte está un 15% por debajo en comercios activos, esta cifra asciende al 25% en el caso del comercio minorista.

Esta discrepancia ha provocado que el aumento del consumo de los habitantes no se traduzca necesariamente en una mayor facturación para los comercios locales. Ejemplos como Alfafar y Sedaví ilustran esta situación, donde el consumo de sus habitantes creció más de un 20% interanual en abril, pero la facturación de sus comercios aún se mantuvo por debajo de la del año pasado.

Este impacto en el tejido comercial también ha alterado el patrón de consumo de los habitantes: en la mayoría de los municipios afectados, ha disminuido la proporción del gasto que los residentes realizan dentro de su propio municipio. Un caso destacado es Paiporta, donde la proporción de consumo local ha descendido en 7,6 puntos porcentuales, desviándose hacia el resto de la provincia.

El informe también detalla un impacto diferencial de la DANA según las características de los habitantes y las empresas. En el caso del gasto de los residentes, las personas con ingresos más bajos fueron las más afectadas inicialmente, con una caída del 82% en su consumo, superando con creces la caída del 40% entre las rentas más altas.

Sin embargo, el ritmo de recuperación del consumo ha sido similar en todos los tramos de renta desde diciembre hasta abril. En cuanto a las empresas, las grandes empresas «capearon mejor el temporal»: su facturación cayó un 85% en los días posteriores a la DANA, pero en abril solo estaban un 3% por debajo del año anterior.

Por el contrario, las pequeñas empresas sufrieron una caída inicial del 98% en su facturación, y en abril, su facturación todavía se encontraba un 21% por debajo del mismo periodo del año pasado.

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Fernando Arufe

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