La naviera estatal china Cosco envía a Europa su mayor portacoches mientras General Motors se repliega por los aranceles
Este macrobuque dispone de una capacidad de transporte de 8.600 vehículos y trae consigo coches y autobuses eléctricos

Buque portacoches de la naviera china Cosco
La guerra de los aranceles iniciada por Donald Trump es una batalla económica, pero priman en igual o incluso en mayor medida los gestos y mensajes que envían, especialmente, los dos grandes contrincantes: China y Estados Unidos.
En este marco, la naviera Cosco, propiedad del gobierno de Xi Jinping, y que controla terminales en los principales puertos europeos y del Mediterráneo, como el de Valencia, acaba de enviar por primera vez a su mayor buque portacoches de viaje al viejo continente.
La que a día de hoy es la cuarta naviera en el comercio marítimo mundial presume del viaje inaugural por Europa de su «portacoches más grande», el Wen Jing Kou, que desembarca en Europa este mes de mayo.
Este macrobuque dispone de una capacidad de transporte de 8.600 vehículos y cuenta con 200 metros de largo y ya ha pasado por la localidad de la costa belga de Zeebrugge, perteneciente a la ciudad de Brujas. Y la apuesta por el tipo de vehículos que transporta tampoco es baladí: todos ellos eléctricos, incluidos autobuses.
Cosco ha intensificado sus movimientos desde que las mayores potencias del mundo, encabezadas por Donald Trump y Xi Jinping, reavivaran su gran guerra comercial con extraordinarias subidas de aranceles.
Tal y como ha relatado este diario, desde que Trump anunciara la aplicación de estos grandes aranceles a medio mundio, con China y la Unión Europea como grandes perjudicados, Cosco ha advertido sobre los efectos de esta nueva política arancelaria y sobre la mayor influencia geopolítica y fijó su objetivo en «el auge de los mercados emergentes».
También arrancó el año con el lanzamiento de ocho nuevas rutas entre Europa y Estados Unidos. Una de ellas, la que conecta el Mediterráneo con Norteamérica, cuenta con escalas en Miami o Nueva York, entre otros puntos estadounidenses, y con Algeciras y Valencia entre sus paradas en el sur europeo. Al mismo tiempo, ha disparado sus tarifas en hasta 3.800 dólares por contenedor en la mayoría de sus rutas hacia EE.UU.
Gestos y movimientos: los casos de Cosco y General Motors
Con todo ello, Cosco, naviera de referencia del gobierno chino de Xi Jinping, parece intentar dejar claro que no se deja intimidar. Estas políticas, con especial énfasis en el envío por primera vez del mayor buque portacoches del gigante asiático del mar, contrastan con el último anuncio de una de las insignias del sector del automóvil estadounidense, General Motors.
La compañía automovilítica ha detenido los envíos de, por el momento, un pequeño número de vehículos fabricados en Estados Unidos a China con arreglo al impacto que están teniendo los aranceles de Trump en esta industria.
«Debido a los cambios significativos en las condiciones económicas, hemos decidido reestructurar Durant Guild y, en consecuencia, optimizar las operaciones de General Motors en China», ha declarado en un comunicado.
Esto supone, de momento, menos del 0,1% de las unidades que General Motors vende a China, pero en esta guerra de gestos, todo cuenta. Aunque EE.UU. y China acordaron este mes reducir temporalmente los aranceles en una desescalada de la guerra comercial, las políticas cambiantes han provocado el caos. Los fabricantes de automóviles se esfuerzan por evaluar las consecuencias financieras inmediatas y el impacto en los planes de inversión a largo plazo.