Prosolia Energy impulsa en Francia las mayores marquesinas solares para Stellantis
Energía renovable y almacenamiento avanzan juntos en la transformación industrial del sector del automóvil
Prosolia Energy ha dado un paso decisivo en su estrategia de crecimiento en Francia con el desarrollo de varios proyectos de generación renovable en plantas industriales de Stellantis, uno de los mayores grupos automovilísticos del mundo. La iniciativa supone el mayor despliegue hasta la fecha de marquesinas fotovoltaicas híbridas en instalaciones del grupo en el país galo, reforzando la apuesta conjunta por un modelo energético más eficiente y sostenible.
El avance de estos proyectos confirma la madurez de la alianza estratégica entre ambas compañías, basada en soluciones energéticas a largo plazo diseñadas para reducir emisiones, optimizar costes y garantizar el suministro eléctrico en entornos industriales de alta demanda. En un contexto marcado por la volatilidad de los precios energéticos y las exigencias regulatorias en materia climática, este tipo de acuerdos adquiere un valor estratégico creciente.
La actuación de Prosolia Energy en Francia se enmarca además en una visión europea de mayor alcance, donde la energía renovable no se concibe solo como un complemento, sino como un pilar estructural de la competitividad industrial. Las plantas de Stellantis se convierten así en laboratorios a gran escala de la transición energética aplicada a la automoción.
Marquesinas solares híbridas adaptadas a cada centro productivo
Los proyectos actualmente en desarrollo se caracterizan por la integración de diferentes tecnologías complementarias, combinando grandes marquesinas fotovoltaicas con sistemas avanzados de almacenamiento mediante baterías. Este enfoque híbrido permite maximizar el autoconsumo energético, reducir la dependencia de la red y adaptar la producción eléctrica a los picos de actividad industrial.
Prosolia Energy ha diseñado cada instalación de forma individualizada, teniendo en cuenta las características operativas, el espacio disponible y las necesidades energéticas específicas de cada planta. El resultado es una cartera de soluciones a medida que refuerzan la estabilidad del suministro y mejoran el rendimiento energético global de los complejos industriales.
En conjunto, las cinco instalaciones previstas alcanzan una capacidad cercana a los 110 megavatios pico, lo que convierte esta iniciativa en uno de los mayores proyectos de autoconsumo industrial desarrollados hasta ahora en Francia. La magnitud del despliegue refleja la ambición del programa y la confianza de Stellantis en este modelo energético.
Almacenamiento energético como clave de la eficiencia industrial
Uno de los elementos más destacados del proyecto es la incorporación de sistemas de almacenamiento de energía mediante baterías (BESS) en varias de las plantas. Estas infraestructuras permiten gestionar de forma inteligente la energía generada, almacenando excedentes y liberándolos cuando la demanda lo requiere.
En instalaciones como Mulhouse y Hordain, el uso combinado de generación solar y almacenamiento refuerza la resiliencia energética de los centros productivos, permitiendo una mayor autonomía frente a fluctuaciones externas. Este modelo contribuye además a optimizar los costes operativos y a reducir la huella de carbono asociada a la producción industrial.
La apuesta por el almacenamiento posiciona a Prosolia Energy y Stellantis en la vanguardia de la electrificación industrial, donde la flexibilidad energética se convierte en un factor clave para mantener la competitividad a largo plazo en sectores intensivos en consumo eléctrico.

Cinco plantas, un modelo energético común
Las actuaciones se reparten entre las plantas de Stellantis situadas en Hordain, Mulhouse, Rennes, Sept-Fons y Sochaux, creando una red coherente de instalaciones renovables distribuidas por el territorio francés. Cada proyecto aporta una capacidad relevante y refuerza la consistencia del programa en su conjunto.
En Mulhouse, la combinación de marquesinas solares, instalaciones en suelo y un sistema de baterías de gran capacidad marca uno de los ejemplos más avanzados de hibridación energética industrial del país. En Hordain, además del despliegue renovable, el proyecto ha incorporado actuaciones previas de adecuación del emplazamiento, lo que evidencia el carácter integral de la intervención.
Las plantas de Sochaux, Rennes y Sept-Fons completan el despliegue, consolidando un modelo replicable que puede extenderse a otros centros productivos tanto en Francia como en el resto de Europa. La uniformidad del enfoque facilita la gestión energética y refuerza la estrategia global del grupo automovilístico.
Una alianza a largo plazo con visión europea
El avance en Francia forma parte de una colaboración europea más amplia entre Prosolia Energy y Stellantis, iniciada hace varios años y orientada a acompañar la hoja de ruta de descarbonización del fabricante. Esta alianza contempla una cartera internacional de autoconsumo cercana a los 200 megavatios pico, distribuida en distintos países.
Además de Francia, el acuerdo incluye proyectos ya operativos en España y nuevos desarrollos en Alemania, donde también se están implantando soluciones innovadoras como marquesinas solares bifaciales. Esta dimensión transnacional permite aprovechar economías de escala y compartir conocimientos técnicos entre distintos mercados.
Para Prosolia Energy, esta colaboración supone consolidar su posición como socio energético estratégico de grandes grupos industriales, mientras que para Stellantis representa un paso firme hacia un modelo productivo alineado con los objetivos climáticos europeos.
Energía renovable como ventaja competitiva
Desde la perspectiva de Stellantis, el despliegue de estas infraestructuras no responde únicamente a criterios medioambientales, sino también a una visión de largo plazo sobre la competitividad industrial. La reducción de emisiones y la estabilidad energética se integran así en la estrategia corporativa del grupo.
La adopción de soluciones renovables a gran escala permite al fabricante anticiparse a futuras exigencias regulatorias, reducir riesgos asociados a la volatilidad energética y fortalecer su imagen como actor comprometido con la sostenibilidad. Al mismo tiempo, contribuye a crear un entorno industrial más eficiente y resiliente.
Con este proyecto, Prosolia Energy y Stellantis demuestran que la transición energética industrial es compatible con la rentabilidad y la innovación, marcando un camino que previsiblemente será seguido por otros grandes actores del sector en los próximos años.