El PSOE se aferra a Madrid para poder competir por la Moncloa

Pedro Sánchez explora una política de pactos con los partidos emergentes que le permita liderar la alternativa al PP en las generales

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El bipartidismo en España está muy tocado. Pero se mantiene en pie, aunque tambaleante. Y el PSOE sigue contando con estructuras internas sólidas, repartidas en todo el territorio español, con dirigentes que siguen en las sedes y asociaciones comprometidas con el proyecto socialista. Ya no es lo que era, y no es la primera fuerza política en la que piensan los ciudadanos, en un momento de gran debilidad del PP. Pero está ahi. O está ahora más en el tablero político que hace unos meses.

Pedro Sánchez ha tomado algunas decisiones que le han resultado y el partido considera que las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo arrojarán unos resultados mejor de lo esperado para recuperar poder territorial. Para ello el PSOE confía en dos iconos: Madrid y Valencia, aunque principalmente Madrid, frente a un derrotado PP. 

El modelo de Gabilondo

Sánchez decapitó a Tomás Gómez como candidato socialista a la Comunidad de Madrid. Y eligió, tras las previas aclamaciones en las agrupaciones de la comunidad, a Ángel Gabilondo, ex rector de la Universidad Autónoma de Madrid y ex ministro de Educación. Gabilondo representa a la perfección lo que desea Sánchez, un candidato preparado, que puede tender puentes, que no hiere a sus adversarios políticos, y comprometido con la regeneración de la política española.

Gabilondo puede ser el trampolín que necesita Sánchez. Con Tomás Gómez, los porcentajes de apoyo que tenía el PSOE, según las encuestas internas, no pasaban del 15%. Ahora, los últimos sondeos ofrecen al PSOE un porcentaje cercano al 22%, «y subiendo».

Sin renunciar al apoyo de Ciudadanos

La situación es muy distinta a la de 2011. Si pierde el PP, no tiene por qué ganar el PSOE. Pero los socialistas creen que están en mejor disposición de llegar a acuerdos con los partidos emergentes. Podemos y Ciudadanos se erigen en los grandes protagonistas del nuevo tiempo político. Y el PSOE no quiere renunciar a pactos con el partido de Albert Rivera, aunque se le trate de encasillar, por algunos candidatos socialistas, como el socio que puede salvar al PP.

Sánchez ocupa ahora en todos los sondeos la segunda o tercera posición. Pero el margen es muy estrecho. El PP se sitúa dos o tres puntos por encima del 20%. El PSOE aparece rozando el 20%, y algo por encima está Podemos. Ciudadanos les sigue con un porcentaje cercano al 18%.

«Todo ahora es muy volátil, pero la tendencia que vemos es que hay dos partidos que competirán por los primeros puestos, PP y PSOE, y los nuevos partidos estarán en tercer y cuarto lugar, con Ciudadanos cada vez más cerca de disputar el tercer puesto a Podemos», aseguran fuentes socialistas.

Podemos ya no avanza a costa del PSOE

Lo que valora en estos momentos el PSOE es que no se ha hundido, que la tendencia de Podemos, que había crecido en los sondeos a costa de los socialistas, se ha parado. Y que el fenómeno ahora en la política española es que Ciudadanos no deja de comerle el terreno al PP, «que vive su peor momento, con un crecimiento económico que no puede compensar los continuos casos de corrupción».

El PSOE considera que ha superado el peor momento de la crisis interna. Y que Susana Díaz acabará logrando un acuerdo de gobernabilidad en Andalucía, previsiblemente con Podemos –este lunes se somete a la primera votación en el debate de investidura.

En julio el PSOE celebrará primarias para elegir al candidato a la Moncloa. Pedro Sánchez es ahora mismo el único candidato, como secretario general, además, del PSOE tras la elección directa de los militantes socialistas.

Reforma de la Constitución y programa económico

Fuentes socialistas consideran que los dos ex presidentes del Gobierno, Felipe González, y José Luis Rodríguez Zapatero, se están comportando de forma muy diferente. Y que Zapatero sigue enredando más de lo deseado. En esa pugna, por ejemplo, el PSC ha dejado claro que no quiere experimentos y que confía en Sánchez como candidato.

Tras las elecciones municipales y autonómicas, en función del apoyo recibido –el PSOE está convencido de que recuperará mucho poder territorial, porque ahora sólo gobierna en Asturias y en Andalucía, y la mayoría de capitales de provincia están en manos del PP– Sánchez apretará el acelerador.

Quiere poner en marcha un consejo de expertos para abordar una reforma de la Constitución, que resuelva también el problema de la desafección de una buena parte de la sociedad catalana que ha apostado por el proyecto independentista, y prepara un programa económico que favorezca la pequeña y la mediana empresa.

Las dificultades son máximas. El PSOE, como tampoco el PP, puede aspirar ya a apoyos por encima del 30%. Pero los socialistas vuelven a estar presentes. Están en el tablero.   

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