Puigdemont avanzará el referéndum si la CUP tumba los presupuestos

Las entidades soberanistas preparan una gran movilización para el 6 de febrero, cuando se inicia el juicio a Artur Mas por el 9N

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El presidente catalán, Carles Puigdemont, no quiere renunciar al referéndum soberanista. Y lo avanzará si la CUP tumba, finalmente, los presupuestos. Quiere seguir adelante. Aunque eso es lo que la CUP, precisamente, quiere: probar los límites de la confrontación con el Gobierno central.

La confusión en el seno del gobierno es total, y los mensajes para presionar a los anticapitalistas no están sirviendo de nada. Al contrario. Es la CUP la que ya desconfía de Junts pel Sí, del PDECat y de Esquerra Republicana, porque ninguno de los dos partidos es capaz de tomar la iniciativa y aceptar la subida impositiva que le planea la fuerza anticapitalista. Pero la bronca se centra ahora entre dirigentes de la CUP y de Esquerra, que a lo largo de este jueves se plasmó en las redes sociales.

A juicio de ‘cupaires’ como Pau Llonch, y Anna Gabriel, es Esquerra la que trata de disimular, aunque el diputado en el Congreso, Joan Tardà, no deje de manifestar que habrá acuerdo, y que todo se resolverá. Los ‘cupaires’ le reprochan a Junqueras y al conjunto de ERC que no se mojan en nada.

El PDECat, en contra de la subida fiscal

Puigdemont busca cómo salir de la situación. Pero también está atado de manos. El PDECat, que dirige cada vez con más fuerza Marta Pascal, no quiere saber nada de subida del IRPF o de Patrimonio, como plantea la CUP. Sería su definitiva muerte ideológica, entregado el partido a los postulados izquierdas de la CUP, y, en menor medida, de ERC.

Sin embargo, sin presupuestos –el pleno definitivo está convocado para el 8 y 9 de febrero– Puigdemont se comprometió a convocar de inmediato elecciones. Era –y oficialmente todavía es– la forma de presionar a la CUP. Esa estrategia se está viendo superada.

Y, aunque, de hecho, todo podría acabar en esas mismas elecciones de las que hablaba Puigdemont, el presidente catalán quiere intentar la convocatoria del referéndum, según fuentes nacionalistas, forzar las cosas y que salga el sol por Antequera, aunque el propio Artur Mas o dirigentes del partido, como Mercè Conesa, se han manifestado en contra de repetir otro 9N. 

Las entidades soberanistas reaccionan

Puigdemont, sin embargo, se podría ver apoyado por las entidades soberanistas. Esas entidades, la ANC y Òmnium Cultural, han puesto en marcha los motores para organizar una gran movilización el 9 de febrero, coincidiendo con el inicio del juicio a Artur Mas por la causa del 9N. Ese mismo día, se deberían aprobar las cuentas de 2017 en el Parlament, y lo que se busca es una huída hacia adelante.

Las entidades preparan una movilización similar a las organizadas para la Diada del 11 de septiembre. El objetivo es implicar al mayor número de independentistas, y esa posible presión puede ser determinante para que Puigdemont, sin presupuestos, decida correr el riesgo y convocar el referéndum al calor de la ‘indignación’ por los cargos públicos procesados.

Antes de ese momento, el Govern trata de agotar todos las posibilidades. Y su portavoz, y consejera de Presidencia, Neus Munté, pidió este jueves a la CUP que aplace el debate sobre el modelo fiscal hasta que Cataluña sea independiente. «El problema fiscal no se resolverá hasta que Cataluña tenga los instrumentos de un estado», aseguró.

Todo gira alrededor de la CUP

De hecho, todo el Govern de Junts pel Sí está marcado por la agenda política de la CUP. Sus dirigentes, como Anna Gabriel o Benet Salellas, llevan meses señalando que no tiene sentido exigir que se aprueben unos presupuestos para, posteriormente, poder organizar un referéndum, entre el inicio del verano y justo antes del 11 de septiembre.

La CUP rechaza esa relación, y entiende que se podría convocar ya la consulta independentista, aunque el Gobierno central no la permita. La lucha entre los diferentes actores del bloque soberanista indica que el independentismo se encuentra en un callejón sin salida, y que se busca cómo minimizar los costes.

El presidente de ERC, y consejero de Economía, Oriol Junqueras, es el único ganador en cualquiera de las situaciones posibles, porque la presión de la CUP ahora a los republicanos no causa mella en el partido. Junqueras ha conseguido una evidencia: si a alguien mataría una subida de impuestos es al PDECat, que se está desdibujando ideológicamente. Y, por tanto, el rechazo a esas medidas fiscales viene del PDECat, aunque tampoco agrade especialmente a Esquerra, que pretende transformarse en el gran partido central en Cataluña.

Las reuniones son constantes, y en los próximos días se repetirán, entre representantes de la CUP y el equipo de Junqueras en el departamento de Economía. Queda muy poco tiempo. Ya nadie se atreve a decir, ni en público ni en privado, que habrá presupuestos.

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