Cox convoca junta extraordinaria para aprobar la compra de Iberdrola México por 4.200 millones de dólares
La cita se celebrará el próximo 4 de noviembre y dará luz verde a una de las mayores operaciones energéticas en Latinoamérica en los últimos años

Foto: Cox
El grupo Cox ha convocado a sus accionistas a una junta extraordinaria el próximo 4 de noviembre, en primera convocatoria, con el objetivo de aprobar la compra del negocio de Iberdrola en México por un importe total de 4.200 millones de dólares (alrededor de 3.700 millones de euros). En caso de no alcanzarse el quórum necesario, la reunión se celebrará al día siguiente, 5 de noviembre.
La operación, anunciada a finales del pasado julio, supone uno de los movimientos estratégicos más relevantes del sector energético latinoamericano y marcará un antes y un después para la compañía que preside Enrique Riquelme.
El alcance de la adquisición
El acuerdo contempla la compra de 15 centrales de generación eléctrica con una potencia instalada conjunta de 2,6 gigavatios (GW). De este total, 1.368 megavatios (MW) corresponden a plantas de ciclo combinado y cogeneración, mientras que otros 1.232 MW pertenecen a activos de energía renovable, entre instalaciones eólicas y fotovoltaicas.
Además de la generación ya en marcha, el paquete incluye la actividad comercial de Iberdrola México, que es actualmente el mayor suministrador de usuarios calificados en el país, con una cuota de mercado del 25% y más de 20 teravatios hora (TWh) suministrados al año. También se transfiere un pipeline de proyectos de más de 12 GW en diferentes fases de desarrollo, lo que otorga a Cox una posición privilegiada para crecer en el mercado mexicano en los próximos años.
El acuerdo prevé que, a medida que los proyectos en cartera se vayan completando y entrando en operación, Cox realice pagos adicionales a Iberdrola más allá de los 4.200 millones inicialmente pactados.
Para la compañía, la adquisición es de carácter “transformacional”, ya que acelera su hoja de ruta y le permite alcanzar tres años antes los objetivos del plan estratégico previsto para el período 2025-2028. Tras el cierre de la operación, Cox espera cerrar 2025 con ventas cercanas a los 3.000 millones de euros y un Ebitda de 750 millones de euros.
México, un mercado estratégico para Cox
La dirección de Cox ha dejado claro que México será a partir de ahora uno de los focos prioritarios de su negocio internacional. La operación permite al grupo integrar agua y energía en un mismo modelo, algo que encaja con las necesidades del país y con las políticas públicas de desarrollo impulsadas por el Gobierno mexicano.
La compañía ha anunciado además un ambicioso plan de inversiones por más de 10.700 millones de dólares (unos 9.366 millones de euros) entre 2025 y 2030. Este programa contempla la consolidación de la plataforma de Iberdrola México, la construcción de nuevos activos de generación eléctrica por 4.000 millones de dólares, proyectos en el sector concesional del agua por hasta 1.500 millones de dólares, y el impulso de un polo de desarrollo orientado al bienestar social.
Un aspecto clave de la operación es que Cox tiene previsto co-invertir con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en nuevos proyectos de generación, lo que refuerza su compromiso con la estrategia energética del país y garantiza una mayor estabilidad en la relación con el regulador.
La integración de los activos supondrá también la incorporación de más de 800 profesionales que actualmente forman parte de Iberdrola México. De esta manera, Cox asegura una transición ordenada y aprovecha la experiencia de un equipo con profundo conocimiento del mercado local.
Según fuentes de la compañía, el desembarco de Cox permitirá ofrecer suministro eléctrico más competitivo y soluciones hídricas adaptadas a las necesidades regionales, contribuyendo a generar empleo y a fortalecer la seguridad energética del país.
Iberdrola culmina su salida de México
La venta a Cox marca el último capítulo de la presencia de Iberdrola en México, donde llegó a ser uno de los principales actores privados del sector energético. La eléctrica española ya había cerrado en febrero de 2024 la venta del 55% de su negocio en el país por unos 6.200 millones de dólares (5.800 millones de euros).
Con esta nueva operación, Iberdrola completa su desinversión en el mercado mexicano, centrando ahora su estrategia internacional en otros países con marcos regulatorios más estables y alineados con sus objetivos de transición energética.
La compra de Iberdrola México por parte de Cox no solo representa un salto cualitativo para el grupo, sino que también redibuja el mapa energético de América Latina. Con esta operación, la compañía logra escala, diversificación y proyección internacional, consolidando un modelo que combina energía y agua como palancas de crecimiento sostenible.
Para los analistas, la apuesta de Cox responde a una visión a largo plazo: aprovechar la demanda creciente de energía limpia en México y responder a la necesidad de infraestructuras hídricas en un país con grandes retos de gestión de recursos naturales.
Expectativas de cara a la junta
La junta del próximo 4 de noviembre será la ocasión para que los accionistas respalden formalmente un movimiento considerado clave para el futuro de la compañía. La dirección espera contar con un apoyo mayoritario, dado el carácter estratégico de la operación y las perspectivas de crecimiento que abre para Cox en el mercado latinoamericano.
Como señaló recientemente el presidente Enrique Riquelme, la adquisición de Iberdrola México “supone un salto de dimensión para Cox, que pasa a ser un actor global con un modelo único de integración de agua y energía”.
El desenlace de la operación marcará un hito para la historia de la compañía. Con una inversión inicial de 4.200 millones de dólares, un plan adicional de más de 9.000 millones hasta 2030 y una clara orientación hacia la innovación en energía renovable y agua, Cox busca posicionarse como líder en soluciones sostenibles en América Latina.
En definitiva, la junta extraordinaria del próximo mes de noviembre no será solo un trámite societario, sino el punto de partida de una nueva etapa para Cox, que con esta compra se afianza como un jugador estratégico en el futuro energético y medioambiental de México.