13 millones de empleos en peligro por la regulación de emisiones

El sector del automóvil será el principal afectado por las imposiciones europeas de emisiones contaminantes

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El presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Carlos Tavares, ha asegurado que las reglas europeas de reudcción de emisiones ponen en riesgo a 13 millones de empleos en el negocio de la automoción.

En una entrevista publicada por el periódico italiano Le Figaro, Tavares explica que los constructores de automóviles perciben como “una amenaza que pide una reacción darwiniana” la imposición de reducir un 40% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases contaminantes a la atmósfera. No adaptarse a estas cifras será penalizado con multas que, según Tavares, podrían “poner a algunos fabricantes de rodillas”, un hecho que ha calificado como de “violencia con V mayúscula” hacia los fabricantes de automóviles.

El presidente de ACEA augura que cumplir con estas directrices desestabilizará a las empresas europeas y “a toda la sociedad”, más allá de la industria del automóvil. Tavares es también consejero delegado del grupo francés PSA, que incluye marcas como Peugeot, Citröen u Opel, y aunque asegura que las empresas van a adaptarse a las reducciones de emisiones, ya ha determinado la eliminación de 20.000 puestos de trabajo.

En cuanto al cambio hacia los coches eléctricos, Tavares no niega que sea posible, pero apunta que es necesaria una “visión de 360º” y un “pilotaje estratégico” para llevarlo a cabo. Cuestiones como la producción de energía para el consumo de los vehículos, el reajuste de la red eléctrica y el reciclaje de las baterías, o los 414.000 millones de euros que se recaudan actualmente en impuestos sobre los carburantes, entre otras, deben solucionarse antes de un uso generalizado de esa tecnología.

¿Qué piden el Parlamento Europeo y la Comisión Europea respecto a las emisiones de CO2?

De cara al año 2030, los principales organismos europeos han impuesto una reducción masiva de emisiones de gases contaminantes a los estados miembros, con el objetivo de reducir el impacto del efecto invernadero y retrasar el cambio climático.

Entre estas condiciones se exige una reducción mínima del 40% en las emisiones de gases de efecto invernadero respecto los niveles de 1990, y cuotas mínimas de 27% de energías renovables y de mejora de la eficiencia energética. Para lograr estos objetivos, la UE ha establecido varios objetivos anuales para los estados miembros, acorde con la situación de cada país.

A estas condiciones se le añade el propósito de crear una reserva de seguridad de 105 millones de toneladas de CO2 para que en 2032 los estados menos ricos puedan alcanzar su objetivo, siempre que la UE haya cumplido los suyos en 2030.

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