Acciona se resiste a invertir en las aguas catalanas

El grupo incumple con las mejoras de las infraestructras previstas en el contrato de ATLL

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La Generalitat de Catalunya adjudicó la gestión de Aigües Ter Llobregat (ATLL) a Acciona hace un año. El contrato está a punto de cumplir su primer aniversario, pero la empresa de la familia Entrecanales se resiste a invertir más en las aguas catalanas. No sabe el futuro que tendrá la concesión, ya que está sujeta al veredicto de los tribunales y las primeras resoluciones auguran un futuro poco optimista, aseguran fuentes cercanas a la cúpula. Ante este escenario, la compañía ha cerrado el grifo hasta que tenga garantías reales de que ofrecerá el servicio por los 50 años que marca el documento.

Esto implica un incumplimiento del calendario de inversiones comprometido en el contrato, añaden los mismos interlocutores. Acciona tenía que ejecutar obras por valor de unos cinco millones de euros antes de que finalice el ejercicio. Por el momento, sólo tiene preparados los proyectos para mejorar la distribución de agua en la red Ter-Llobregat, que da servicio a unos 4,5 millones de habitantes de Barcelona y su área de influencia. No ha empezado con las obras. Ni siquiera ha realizado la contratación, indican fuentes de la compañía.

De hecho, aún tiene pendiente el pago de los 40 millones de euros que debía ingresar a la Generlaitat en concepto de Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) tras la firma del contrato.

Origen del litigio

Esta parte del contrato es, precisamente, el origen del litigio en los tribunales. El órgano que se pronuncia sobre la contratación pública en Catalunya, el Oarcc, afirmó que la oferta de Acciona no cumplía con el pliego de condiciones del contrato porque modificaba el calendario de obras que se incluía en el proyecto de privatización.

Lo descartó y eso dio lugar a un periplo judicial que incluye a Acciona y la Generalitat por un lado y al otro candidato para gestionar ATLL, Aguas de Barcelona (Agbar).

Acuífero del Ter

El ahorro que impera en la empresa ha llevado a que la concesionaria “abuse” de los recursos del río Ter, aseguran interlocutores de la compañía privatizada. El agua de esta zona proviene del área pirenaica de Girona, por lo que necesita un tratamiento menor hasta los depósitos de cabecera de los municipios. Es decir, a ATLL le sale más barato servir esta agua a las localidades que desde el río Llobregat, mucho más contaminado tras su paso por toda la comarca del Baix Llobregat. Requiere un mayor tratamiento para conseguir los niveles óptimos de potabilización.

Las mismas fuentes señalan que, bajo el mandato de Acciona, el agua del Ter ha llegado hasta los grifos de Sitges (Barcelona). “Algo inaudito en toda la historia de la compañía”, declaran. Esta práctica ya ha sido denunciada ante la Agencia Catalana del Aigua (ACA) por el peligro que comporta para los acuíferos del Ter, sobre todo en periodos de sequía como los que se esperan tras un otoño sin precipitaciones. La gestora pública del agua en Catalunya ha tomado cartas en el asunto.

Desalinizadora de El Prat

Acciona tampoco ha puesto en marcha a plena capacidad la desalinizadora de El Prat del Llobregat (Barcelona), una infraestructura inaugurada en 2009. Desde que tomó el mando de las aguas catalanas, la planta sólo funciona los fines de semana por tareas casi de mantenimiento.

A pleno rendimiento, puede servir el 20% del agua que necesita la zona de influencia.

Desánimo de la plantilla

Los empleados de ATLL también denuncian que la nueva gestora no ha tomado el control real de la compañía. Se ha limitado a nombrar a un director que realiza un trabajo poco ejecutivo, añaden, con los problemas que ello comporta en la organización.

Reconocen malestar por la “absoluta provisionalidad” con la que aseguran que actúa la nueva propiedad. “Estamos solos”, sentencian.

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