El Santander gana la primera batalla a Andrea Orcel

El Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid desestima la demanda al no apreciar una actuación fraudulenta del banco que preside Ana Botín

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La demanda interpuesta por Andrea Orcel contra el Banco Santander ha sido rechazada por el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid, Marcelino Sexmero. El banquero italiano acusa a la entidad que preside Ana Botín de un delito de estafa procesal durante su frustrado fichaje por el banco.

Orcel entiende que el Santander intentó engañar al juez que debe resolver su causa contra el banco después de que finalmente no fuese nombrado consejero delegado de la entidad.

El sector financiero se tambaleó después de que el exdirectivo del gigante bancario UBS no entrara en la entidad española. Como explicó Economía Digital, los fondos del accionariado de Santander veían de forma positiva la llegada de Orcel. Ana Botín vio en el italiano una suerte de caballo de Troya para restarle poder en la entidad. 

El banquero demandó al Santander el pasado mayo, recordando la vigencia de un contrato firmado en septiembre de 2018 y su posterior invalidación. Por tanto, reclama al banco una cantidad millonaria en compensación: 10 millones por daños morales o bien una indemnización de 17 millones por el bonus de su fichaje y 35 millones por incentivos a largo plazo.

Según informa El Español este viernes, el Santander respondió a la querella presentando cuatro correos electrónicos en los que se eliminó el logotipo del Grupo Santander y la dirección de los remitentes. Es por ello que Orcel considera que el banco quiere «manipular» al juez.

En uno de esos correos, remitido por la consultora de la firma Russell Reynolds, Dee Symons. En él, Symons envió una «plantilla del borrador de contrato» en la que indicó que «no es una oferta, sino un borrador sujeto a negociación». Es aquí donde reside la defensa que está empleando el Santander para alegar que Orcel sabía que no había ningún tipo de exigencia legal. 

Orcel, por su parte, defiende que al ocultar la dirección del grupo, la entidad quiso hacer dejar entrever que Symons era una de las empleadas del banco. 

La querella no se admitirá

Según la resolución del caso, el titular del Juzgado considera que no se dan los requisitos para admitir la demanda. «No podemos compartir la tesis del querellante de que la aportación» de los correos electrónicos «suponga alguna actuación fraudulenta tendente a engañar el juez civil».

A ojos de la Justicia, «lo determinante de las pretensiones del banco no está en el remite o en el disclaimer o en la ausencia del mismo sino en el contenido de los emails, que no se discuten». «En todo caso, no es una manipulación bastante para provocar ese error y se desconoce en qué puede influir en la decisión judicial en el pleito civil». 

Economía Digital

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