La fórmula Henkell funciona: Freixenet vende más en manos alemanas

Las redes de Henkell ya se dejan notar en las bodegas de Freixenet. Con las ventas estancadas durante años, el líder del cava ya comienza a beneficiarse de las redes del grupo alemán y, entre agosto –cuando se cerró la adquisición del 50% de la empresa— y diciembre, logró incrementar la facturación al ritmo del 4,6% hasta los 248 millones de euros. La cifra llega impulsada por los nuevos lanzamientos.

El grupo ahora denominado Henkell–Freixenet celebra que, en sólo cinco meses, el ritmo de expansión se elevó desde el 1,3% que registró en el ejercicio 2017/2018​ hasta el 4,6%. El porcentaje sólo contempla el periodo desde que la Comisión Europea aprobó la compra por parte del grupo germano hasta final de 2018. “Los lanzamientos de Freixenet Prosecco, Italian Rosé y Freixenet Ice tuvieron un gran éxito”, explican.

Sin embargo, la letra pequeña de los resultados revela que el incremento llegó también gracias a vender vinos ligeramente más baratos. Mientras las ventas ascendieron al ritmo del 4,6%, el número de botellas comercializadas creció el 4,9% hasta los 95,6 millones de botellas. Tiene lógica: el prosecco es más económico que el cava.

La apuesta por este espumoso italiano es decidida en las bodegas de Sant Sadurní d’Anoia. El consejero delegado de Freixenet, Pedro Ferrer explicó en la presentación de la campaña de Navidad que en 2020 aspira a poner al mercado unos 15 millones de unidades frente a los cinco millones que se producen en la actualidad. “El objetivo es saltar del 5% que el prosecco representa ahora mismo en la división de espumosos a un volumen que ronde el 15%”, cuantificó.

El vino se elabora en la región italiana de Véneto, donde el grupo Henkell–Freixenet ya cuenta con bodegas.

Las ventas de Freixenet, por regiones

Las ventas de los últimos meses de Freixenet presentan resultados resultados desiguales según la zona del planeta que se enfoca. Precisamente en el corazón de Henkell —Alemania, Austria y Suiza–, la facturación cayó el 4% hasta los 60 millones de euros. «Entre Freixenet y Henkell, la cuota de mercado en el segmento de los vinos espumosos supera ya el 20%», contestan desde el grupo.

El declive se repite en América, continente en el que la cavista de origen catalán vendió 37,8 millones de euros, el 1,7% más. La razón, defienden, las condiciones macroeconómicas en Argentina y Brasil, que terminaron por impactar en la cuenta de resultados.

A falta de entrar en Europa del Este a lo largo de 2019, sí fue positivo el resultado en Europa Occidental. Entre agosto y diciembre, la compañía disparó las ventas el 10,3% hasta los 120,3 millones. Sin embargo, no fue gracias al cava: «El Freixenet Prosecco y el Ferixenet Italian Rosé fueron los responsables del crecimiento», desvela Henkell.

El embrollo administrativo de Freixenet

Más allá de las ventas, Freixenet declina desvelar el Ebitda o los beneficios tras un ejercicio en el que ganó menos que nunca en lo que va de siglo: 1,06 millones de euros. El año, eso sí, fue complejo a nivel administrativo, pues obligó a cerrar hasta tres veces las cuentas.

La primera ocasión fue el 30 de abril, cuando la empresa cierra sus cuentas anuales por norma. Sin embargo, se tuvo que realizar una revisión adicional a finales de julio, cuando la Comisión Europea dio luz verde a la adquisición por parte de Henkell del 50,67% de la empresa –una ampliación de capital posterior dejó su parte del pastel en el 50%–. La última recolección fue el 31 de diciembre, pues a partir de 2019 la cavista acordará su ejercicio al año natural.

A falta de las cifras actualizadas, las cuentas de la temporada 2017/2018 revelan la reducción de los márgenes por unas ventas que sólo crecieron el 1,3%​, desde los 535 hasta los 542 millones, antes de la entrada del grupo alemán en el accionariado. Así, el resultado de explotación fue de apenas 3 millones frente a los 11,8 millones del periodo comparable