Javier Pagés (Codorníu) toma el mando del Consejo Regulador del Cava

El director general de Codorníu se impone en la renovación del organismo sectorial

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Javier Pagés, director general del grupo Codorníu, ha sido elegido esta tarde nuevo presidente del Consejo Regulador del Cava. Su candidatura ha salido adelante en la segunda votación con el apoyo de siete de los doce miembros del plenario, después de que en la primera no obtuviera los respaldos necesarios.

En el pleno también ha salido reelegido Xavier Farré, de Cevipe, como vicepresidente, por mayoría absoluta de votos.

Fuentes empresariales y del nuevo consejo regulador señalaron a Economía Digital que Pagés era el “candidato natural” para suceder en la presidencia a Pedro Bonet, directivo de Freixenet, que renunció a seguir en el cargo en el Consejo Regulador del Cava.

«Inicio esta nueva etapa con orgullo, convicción y compromiso. Es un reto ilusionante tomar el relevo de la última presidencia, que ya asentó las bases de la construcción del prestigio del sector del cava«, ha afirmado Pagés en la tarde de este martes tras imponerse en la votación.

Asimismo, ha añadido que su compromiso «pasa por trabajar junto a todos los representantes del mercado: viticultores, bodegas, cooperativas e instituciones, para seguir potenciando el valor del cava y situarlo en la primera línea de calidad que le corresponde, entre los mejores espumosos del mundo».

Así se gestaron las candidaturas para el Consejo Regulador del Cava 

En un primer momento la candidatura de Javier Pagés estaba en el aire por la venta de Codorníu al fondo Carlyle, que se sella el 4 de septiembre. Las mismas fuentes explicaron a este medio que, aunque Pagés dejara de ser ejecutivo de Codorníu, estaba capacitado para ser presidente del consejo regulador por su know-how y su conocimiento del sector.

La lucha por el poder del Consejo Regulador del Cava, organismo desde el que se gobierna un sector económico que vende más de 250 millones de botellas anuales, consiguió que Freixenet y Codorníu defendieran la misma trinchera.

El otro lado lo ocupaban algunos pequeños y medianos productores, que se oponen a las marcas blancas y a lo que consideran “cava barato”. El máximo exponente de estas tesis era Josep Graells, presidente y accionista de Vallformosa. Se presentaba como el outsider y reconocía que no ser «el candidato de los grandes embotelladores”.

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