La diezmada nueva Abengoa apenas necesitará 500 millones más

La empresa asegura que el pago de las nóminas de junio está asegurado, pero en julio requeriría de una nueva inyección de capital para cubrir gastos generales, haya o no acuerdo

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En Abengoa ya están todos los proyectos auditados, la nueva due dilligence hecha a instancias de los bonistas, la estrategia a seguir muy encarrilada entre los nuevos propietarios, pero falta por saber exactamente el dinero que al final pone cada uno.

Una cantidad que cada día que pasa se va reduciendo un poco más por las ventas de activos y la renuncia a proyectos que requerían de fuerte apoyo financiero.

Descartados aquellos 1.800 millones que se barajaban a finales de marzo, cuando se alcanzó el preacuerdo de financiación para facilitar prorrogar el preconcurso de acreedores, el monto sobre el que ahora se negocia estaría en el entorno de poco más de 500 millones de euros, prácticamente los mismos ya aportados a través de las inyecciones de capital realizadas por bancos, fondos y bonistas entre septiembre de 2015 y marzo de 2016.

El capital a inyectar se reduce a la mitad en dos meses

Una disminución a la mitad de lo que se había contemplado, motivada por el hecho de que la revisión a fondo de los proyectos llevada a cabo entre abril y mayo, a instancias de los bonistas, vino a determinar que Abengoa no estaría en condiciones de obtener ingresos suficientes para devolver, en un plazo de cinco años, el abultado capital que iba a recibir.

Al final, lo que se aporte dependerá de los proyectos que se vendan o se abandonen hasta el momento en que se firme el acuerdo de rescate definitivo. «Lo que está claro es que el riesgo de que la operación no salga ya es muy limitado porque el dinero a poner cada día que pasa es menor», comentan fuentes cercanas a los acreedores aglutinados en torno al G-6 que encabeza el Banco Santander.

Más dinero para las nóminas, con o sin acuerdo

Aunque todavía se desconoce cuándo se producirá esa firma definitiva del acuerdo –que luego debe conseguir, como en marzo, el respaldo de tenedores de al menos un 75% del pasivo financiero para conseguir la homologación judicial– lo que la empresa sí va a volver a necesitar es más dinero para cubrir los gastos generales, con acuerdo o sin él.

En principio, desde la compañía aseguran que el pago de las nóminas del presente mes de junio estaría garantizado. Aunque los gastos disminuyen casi cada día, como consecuencia del personal que está saliendo y de los proyectos abandonados, se van a cumplir tres meses desde que Abengoa recibiera los últimos 137 millones de euros aportados por los fondos, con los que se ha ido tirando desde entonces.

La paralización de proyectos cuesta un dineral

Desde la empresa se confía en que no sea necesario poner un euro más de manera transitoria, y que lo que se inyecte se produzca ya dentro de lo pactado en el plan de rescate, porque el tiempo corre en su contra.

«El acuerdo tiene que salir adelante ya. No podemos estar así por mucho más tiempo porque la paralización de los proyectos nos cuesta cada día un dineral», comentan desde la compañía ahora presidida por Antonio Fornieles.

Entre septiembre y marzo, Abengoa sobrevivió gracias a los 231 millones prestados por los bancos y el Instituto de Crédito Oficial (ICO), los 118 que puso el fondo TCI y los últimos 137 millones que aportaron los bonistas en marzo, como paso previo a la firma del preacuerdo. Casi 500 millones de euros que formarían parte de la deuda nueva de Abengoa a devolver antes de 2021.

Renuncia a los grandes proyectos

Más o menos la cantidad adicional que ahora se está negociando aportar, junto a otros aproximadamente 300 millones en avales. Menos de la mitad de los que se habían previsto en marzo tras renunciar a proyectos de calado, como la planta de cogeneración en México para Pemex, por un importe de 900 millones de euros, o la mayor planta de biomasa del mundo que Abengoa se había preadjudicado, en agosto de 2015, en la localidad británica de Middlesbrough.

Lo que, en principio, no cambiaría sería el reparto de la propiedad futura de Abengoa. Los que pongan el dinero nuevo se quedarán con el 55% del capital, los tenedores de la deuda antigua con el 35% y los que aporten los avales con el 5%. Quedando el 5% restante para Inversión Corporativa –la sociedad que vehicula las acciones de los fundadores– y el resto de antiguos, siempre y cuando cumplieran los compromisos de deuda.

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