Las infraestructuras de gas, claves para la descarbonización

El gas natural genera de media un 30% menos de emisiones de CO2 y es un elemento crucial para impulsar un modelo energético más sostenible

Crisis energética: el sector del gas exige rebajas fiscales como las de la electricidad./ Pxhere

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Lenta pero progresivamente, el tejido social, institucional y empresarial trata de avanzar hacia el compromiso de una economía baja en carbono. La Comisión Europea se ha fijado unos objetivos vinculantes para los países, que incluyen una reducción del 40% de las emisiones contaminantes.

Muchas compañías están apostando por reducir sus emisiones y por impulsar energías más comprometidas con el desarrollo sostenible.

Esta transición, no obstante, no puede hacerse de a cualquier coste. Debe ser eficiente. Por ese motivo, el gas natural se muestra como una opción realista, al ser una energía competitiva y respetuosa con el medio ambiente.

La alternativa segura y competitiva

Pese a los grandes avances en la producción y mejora de infraestructuras que se han llevado a cabo, las energías renovables siguen siendo caras respecto a las energías tradicionales, y es necesario encontrar un punto de equilibrio.

Además, su carácter intermitente hace imprescindible otra energía limpia que ejerza de respaldo en los momentos de menos sol o viento.

El gas natural general de media alrededor de un 30% menos de emisiones de CO2 que otras energías 

El gas natural genera de media alrededor de un 30% menos de emisiones de CO2 que otras energías tradicionales. Su utilización supone la reducción de otros contaminantes, como óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión.

Esto, unido a su disponibilidad y flexibilidad, le sitúan como el respaldo más limpio y competitivo de las energías renovables.

En 2016, el pesso del gas en el consumo nacional de energía era del 18,6%

Estas características hacen del gas natural como una energía clave para España y para el resto del mundo. El Informe BP Statistical Review of World Energy 2017 señala que el peso del gas en el consumo nacional de energía primaria en 2016 fue del 18,6%, habiendo superado en un 139% a la energía eléctrica.

Las infraesctructuras del gas, clave para la energía renovable

Por su parte, los datos de la Agencia Internacional de la Energía apuntan a que el gas natural suministra el 22% de la energía utilizada en todo el mundo, y representa casi una cuarta parte de la generación de electricidad, además de desempeñar un papel crucial como materia prima para la industria.

El potencial del gas renovable

La alternativa del gas natural puede, además, aportar resultados positivos en el más corto plazo: actualmente existen infraestructuras gasistas ya desarrolladas, modernas, seguras y disponibles para hacer uso de ellas de forma inmediata, sin que sean necesarias inversiones adicionales.

Estas infraestructuras están preparadas para transportar tanto gas natural como gases de origen renovable como el biogás o el hidrógeno, que también pueden jugar un papel clave en la transición energética.

La utilización del gas renovable podría ahorrar a Europa más de 140.000 millones de euros

Atendiendo a este razonamiento, varias compañías y organizaciones europeas, entre las que se encuentra la empresa española Enagás, conformaron el grupo Gas for Climate, que ha elaborado un informe en el que se concluye que “la utilización del gas renovable en Europa contribuiría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta niveles nulos para mediados de siglo y supondría un ahorro anual para el continente de 140.000 millones de euros”.

Tal y como indica en su blog el Presidente de Enagás, Antonio Llardén, “el gas natural, junto a otros gases renovables (biogás/biometano, hidrógeno…), será una parte clave de ese nuevo mix” hacia el que nos dirigimos.

Mientras las nuevas fuentes de energía se consolidan de forma eficiente, el gas natural toma fuerza como hidrocarburo limpio y eficaz económicamente para actuar como motor de esta transición.

La necesidad de una mayor interconexión

La Unión Europea se enfrenta a ciertas dificultades para cumplir los compromisos adquiridos. En su apuesta por el gas, el mayor reto es reducir su dependencia externa del gas natural ruso. Durante la tensión vivida tras la ocupación de Crimea, la UE ya tuvo que hacer frente a las amenazas de un posible bloqueo del suministro.

Es necesario mejor las infraestructuras de transporte

En el marco internacional, el auge de la producción de gas natural licuado (GNL) en EEUU y la infraestructura con Argelia puede servir como alternativa de abastecimiento para la UE a través de España, para lo que es necesario un mayor desarrollo de interconexiones. Se reduciría así la dependencia de Rusia.

Es una gran oportunidad para España, que cuenta con un suministro muy diversificado. Tal y como recuerda Alexandre Muns, profesor de la OBS Business School en Barcelona y Washington, en su artículo Gas natural: puente a un modelo sostenible: “España es el miembro de la UE con más plantas de regasificación”. En 2017, estas terminales recibieron GNL de 10 países distintos, lo que se traduce en una mayor seguridad de suministro energético para el país.

Perspectivas de futuro

Con el fin de diseñar una propuesta del modelo energético que debería tener España en los próximos años, se conformó la Comisión de Expertos de Transición Energética, formada por 14 miembros escogidos entre Gobierno, grupos parlamentarios, sindicatos y patronal. Entre las conclusiones extraídas por la comisión destaca que la demanda de gas crecerá un 33% hasta 2030.

Además, la comisión también apunta en su informe que el potencial del gas natural sumado a las renovables no eléctricas en 2050 superaría incluso el consumo de gas natural para usos finales estimado a 2030.

Gases renovables como biogás o el biometano serán claves en las tecnologías renovables

El potencial de las tecnologías renovables no eléctricas anticipa un rol clave para los gases renovables como el biogás, biometano y el hidrógeno. Para lograr este cambio, las infraestructuras gasistas son clave para el futuro energético.

El informe también señala la creciente importancia del gas en el transporte marítimo y terrestre. Ya existen, de hecho, iniciativas para impulsar el uso del gas como combustible en estos sectores, como el proyecto europeo CORE LNGas hive, que cuenta con 42 socios de España y Portugal.

Mercado único europeo

La Comisión de Expertos también indica en su informe que es necesario continuar incrementando la integración de los mercados para la creación de un verdadero mercado europeo único a través del refuerzo de las interconexiones internacionales.

La implantación definitiva del gas como fuente de energía de referencia es, por tanto, cuestión de tiempo. La necesidad de avanzar hacia un futuro sostenible así lo reclama.

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